Mientras Javier Pérez Dolset culpa a Mikhail Fridman, dueño de Dia, de la quiebra de Zed WorldWide, la defensa del magnate ha desvelado, según un recurso al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, que fue el empresario español quien intentó contactar con Fridman en diversas ocasiones para venderle la compañía.
Fuentes cercanas a Fridman, así como el documento presentado por la defensa, sostienen que el actual máximo accionista de Dia no tenía poder de maniobra ni en Vimpelcom ni en Amsterdam Trade Bank, como ya explicó este periódico. Sin embargo, Javier Pérez Dolset intentó contactar con el empresario ruso para que este invirtiese en Zed.
Así, el 5 de noviembre de 2014, Alexey Reznikovich respondió a un correo electrónico de Dolset explicando que “el señor Fridman no se ocupa de cuestiones operativas relativas a nuestras filiales de telecomunicaciones”. En ese momento, Reznikovich ocupaba el cargo de presidente del Consejo de Supervisión de Vimpelcom, empresa de telecomunicaciones a la cual Zed prestó servicios de la mano de la compañía Tema.
Esa no fue la única ocasión en la que se hizo saber a Dolset que Fridman no era el encargado de tomar decisiones ejecutivas en relación a Zed. Según el recurso de la defensa, en enero de 2015, Reznikovich volvió a responder a Dolset e insistió en que “Fridman no se encarga de la operativa de Vimpelcom”.
Negativa a una futura inversión
Las declaraciones de Dolset culpan a “los inversores rusos” de perjudicar la situación económica de Zed. Sin embargo, “el 17 de noviembre de 2015, cuando el señor Reznikovich confirmó al señor Pérez Dolset que LetterOne Technology no iba a recomendar una inversión en Zed+, informó de que “su decisión no tiene nada que ver con la operativa que existe entre Zed y Vimpelcom”, describe el escrito de la defensa de Fridman.
Un día después, y tras la insistencia de Dolset, Reznikovich declaró que su cargo no tenía “nada que ver con la gestión operativa de Vimpelcom”. Este intercambio de comentarios se produjo en unos correos electrónicos que dejan claro que fue el empresario español quien intentó recabar ayuda rusa.
Por otra parte, la decisión de LetterOne de no invertir en Zed se produjo después de que se realizase una due dilligence que determinó que la situación económica de la compañía no era favorable. Fue en ese momento en el que el brazo inversor de Fridman conoció que Zed no había devuelto el préstamo sindicado que obtuvo en 2014 por 140 millones de euros.
Fuentes cercanas a Fridman explican que LetterOne “incluso se negó a considerar una inversión en Zed en 2015 después de haber llevado a cabo un exhaustivo proceso de due dilligence debido a que el negocio presentaba demasiados riesgos, incluyendo altas deudas, una gran exposición a los mercados emergentes, un equipo de gestión de bajo rendimiento y riesgos de litigio debido a las numerosas disputas entre accionistas”.
Reputación
Ante las acusaciones a las que se ha visto sometido Mikhail Fridman, que está siendo investigado por delitos de insolvencia punible, corrupción privada entre personas jurídicas, maquinación para alterar el precio de las cosas y administración desleal; un portavoz del magnate ruso ha confirmado a este periódico que “Fridman tiene la intención de emprender acciones legales contra terceros en España y en cualquier otro lugar donde hayan proporcionado información falsa, engañosa o inexacta, así como documentación potencialmente alterada, a las autoridades españolas, u otros, sirviendo a sus propios intereses”.
Pese a todo, como ha publicado EL ESPAÑOL, Fridman tiene intención de colaborar con la justicia y ha pedido declarar en calidad de testigo y no como imputado.