Vuelve el aeropuerto de Ciudad Real. Lo que no está claro es si esta vez será para quedarse. Si todo va según lo previsto, el primer aeródromo privado español recibirá luz verde definitiva para reanudar la operación aérea el próximo 12 de septiembre. Un hito con el que los impulsores del proyecto pretenden tener éxito donde sus antecesores firmaron un gran fiasco que provocó que esta instalación lleve sin operar desde 2012.
¿Cómo pretenden tener éxito donde otros fracasaron? Poniendo en valor las singularidades de esta infraestructura: es el único aeropuerto en España que tiene capacidad para acoger vuelos internacionales, tiene conexión directa de alta velocidad y cuenta con conexión a la red de autovías. Un argumento que coincide exactamente con la defensa que en su día realizaron los primeros impulsores del aeropuerto.
La compañía Ciudad Real International Airport (Cria) se convirtió en propietaria de esta instalación tras imponerse en el proceso de compraventa del aeródromo, cuya adquisición se fijó en a 56,2 millones de euros en septiembre 2018.
En ese momento, los nuevos dueños de la instalación aérea anunciaron que su intención era poner en funcionamiento el aeropuerto en el primer trimestre de 2019, algo que no consiguieron. También avanzaron que las instalaciones tendrían un uso industrial, dedicando la mayor parte de su actividad al mantenimiento de aeronaves y al transporte de mercancías con unas previsiones de carga de entre 1.500 y 2.000 toneladas semanales.
Del mismo modo, dejaron la puerta abierta a dar servicio a la aviación privada y no descartaron servir de base de operaciones a compañías aéreas de bajo coste en vuelos transoceánicos. Algo que durante la última feria de turismo Fitur volvieron a recalcar.
Inversión británica que no se concretó
Desde ese momento, los acuerdos anunciados por los actuales gestores del aeropuerto no han tenido finales mucho más felices que los de la primera etapa del aeropuerto. Para empezar, en un comienzo se especuló con la intención de un fondo ingles de invertir más de 500 millones en el proyecto. Una operación que jamás se llegó a concretar.
Tras este primer fiasco llegaron los anuncios de acuerdos con una empresa portuguesa y una estadounidense para instalarse en el aeropuerto. En el primer caso la intención era construir un hangar en el aeropuerto para realizar el mantenimiento de aviones. Una obra que a día de hoy no ha comenzado.
El segundo de los acuerdos sí llegó a fructificar. La empresa estadounidense Skydweller, llegó a un acuerdo con Cria. Una operación que comenzó con una inversión inicial de cinco millones de euros. Este importe subirá hasta los 40 millones en los próximos años con el objetivo de crear 100 empleos.
La intención de la empresa es dedicarse a fabricar aeronaves con un alto componente tecnológico en el aeropuerto. La primera fase del proyecto de la multinacional se centrará en la integración de tecnología puntera en aviones con la previsión de empezar a producir en serie en unos 18-20 meses.
Si se cumple lo previsto, el próximo 12 de septiembre el aeropuerto de Ciudad Real comenzará su segunda vida. Una nueva etapa para la que será fundamental que las buenas intenciones anunciadas se conviertan en realidades. De no ser así, el futuro de esta instalación será similar al de su primera etapa.