Antonio Coimbra tenía un plan. La operadora británica realizó una refundación a partir del ERE realizado a comienzos de año añadiendo los clientes de bajo coste, a su estrategia de los de más alto valor. Un proyecto que pasaba por reducir los costes de plantilla, maximizar su estructura y ofrecer productos más simplificados.
Este plan tomaba como ejemplo la irrupción de MásMóvil en el segmento residencial a partir del año 2017. El análisis que se hacía en Vodafone era que la compañía amarilla dirigida por Meinrad Spenger atacó el mercado alquilando redes (a Orange) lo que les permitía tener ofertas mas ajustadas, precios más competitivos y, en definitiva, ganar muchos clientes de manera más rápida.
Es por ello que -nunca lo ocultaron- uno de los objetivos de Vodafone fue precisamente buscar los clientes de MásMóvil, lo que sumado a su renuncia al fútbol le permitió abarcar otros segmentos.
Las caras más visibles de esta nueva estrategia fueron sus tarifas de datos ilimitadas, paquetes de televisión más sencillos y 5G. No obstante, el verdadero granero de nuevos clientes y de portabilidades arrebatadas a la competencia, ha sido Lowi. Una segunda marca extremadamente fuerte con precios que rondan los 30 euros y que se ha convertido en la marca -no el grupo- que más clientes ha ganado en los últimos seis meses.
Se recortan las diferencias
Un crecimiento que le ha permitido, al menos en este pasado mes de agosto, que Vodafone comience a reducir su balance negativo con MásMóvil. Los datos de portabilidad de los últimos dos meses han sido muy gráficos para confirmar esta tendencia e indican que en móviles grupo MásMóvil ganó 13.000 líneas, mientras que grupo Vodafone mejoró 8.000.
Es la menor distancia en un año con tendencias son inversas. Mientras que MásMóvil ganó 38.000 líneas móviles en agosto del año pasado, Vodafone se dejó 94.000 en medio de la guerra del fútbol.
Durante los meses posteriores grupo MásMóvil siempre ha ganado entre 50.000 y 30.000 líneas de portabilidades, hasta el frenazo de agosto pasado con 13.000 positivas. Por el contrario, grupo Vodafone, ha perdido entre 40.000 y 70.000 líneas dependiendo del mes, hasta ganar 4.000 y 8.000 líneas en julio y agosto.
Dentro de estos datos tenemos dos elementos, el primero es la ya mencionada Lowi, que ha ganado la friolera de 305.000 líneas en doce meses, lo que ha afectado al segmento low cost de MásMóvil. Por otro, las nuevas ofertas de Vodafone de datos ilimitados y de 5G, han atacado la parte alta de las ofertas de la compañía amarilla, centradas en móvil y fibra.
El impacto en Digi
El resultado -al menos en estos dos meses de verano- ha sido que Vodafone ha arrebatado como grupo unos 10.000 clientes a MásMóvil, una cifra similar en julio, cuando hace un año perdían unos 16.000 con la misma compañía. En el caso de Vodafone, también ha reducido al mínimo (menos de mil portabilidades) sus pérdidas con Digi, el otro gran ganador de clientes durante el último año.
¿Qué significa esto? Que mientras MásMóvil se ha hecho fuerte arrebatando clientes de la gama baja de Movistar y Orange, Vodafone ha comenzado a recortarles terreno en esta misma batalla, principalmente de la mano de Lowi.
La operadora roja ha recuperado terreno, pero también minimizando las pérdidas con Digi, el otro gigante del bajo coste del último año, que ha pasado de ganar 16.000 hasta 11.000 comparando agosto de 2018 con el pasado mes.
Pese a ello, MásMóvil sigue siendo la operadora que más gana, aunque con menos comodidad que en meses anteriores, lo que les ha obligado a reforzar sus estrategias comerciales y sus ofertas las últimas semanas. La batalla está servida.