Critican a menudo los obstáculos que se encuentran en diferentes localidades para levantar la persiana, pero Ballenoil, líder en España de las gasolineras low cost, prevé cerrar el año con cerca de 120 puntos abiertos.
En este sentido, la compañía acelera y trata de ampliar su presencia en el país, pocos meses después de haber dado la mano a dos grandes eléctricas, Iberdrola y Endesa, para que incluyan puntos de recarga de coche eléctrico en sus instalaciones.
Con estas alianzas, la low cost podría llevar este servicio a más de la mitad sus estaciones; tanto es así que, solo con la compañía que dirige José Bogas, firmó la instalación de 106 puntos de recarga en 53 gasolineras.
Nuevos aterrizajes
Así las cosas, Ballenoil pretende ganar fuerza en España expandiendo su negocio y levantando la persiana en nuevas localizaciones. Según su plan de aperturas, al que ha tenido acceso este periódico, de aquí a final de año abrirá nueve estaciones de servicio, que se sumarán a las 10 que se hicieron desde inicio desde enero.
En concreto, la low cost cuenta ahora con cinco estaciones en obras repartidas entre Segovia, Madrid y Valencia y tiene previsto empezar en estos meses con siete estaciones más repartidas por Castilla y León, Asturias, y de nuevo Madrid. A la espera de la luz verde oficial, y con los trámites burocráticos realizados, según sus cálculos antes de diciembre podrían levantar la persiana a nueve.
En algunos de estos lugares, Ballenoil abre por primera vez. Es el caso de la estación de La Lastrilla (Segovia), que se convierte en la primera en esta provincia, aunque la low cost pretende abrir otra más en los próximos meses.
Al aterrizaje en Segovia se suma el de Cantabria, donde en 2020 pretende poner en marcha seis estaciones de servicio, y al estreno en Salamanca y Palencia. Hoy, Ballenoil opera en Cataluña, Valencia, Andalucía, Castilla La Mancha, Madrid, Castilla y León y Asturias.
La CNMC, aliada
Asegura la low cost que, con las aperturas de sus estaciones, se espera que las zonas donde comiencen a operar bajen los precios unos 10 céntimos el litro en el resto de las gasolineras.
"La ventaja que tienen nuestras estaciones es que no solo proporcionamos un ahorro a nuestros clientes, sino que los conductores que eligen las gasolineras tradicionales también se benefician de la bajada de los precios de la zona”, explica Juan Sanz, socio y director de operaciones de Ballenoil.
Una afirmación que corrobora la propia CNMC cuando habla de estas gasolineras automáticas. En este sentido, hace dos meses realizó un estudio en el que, centrando su análisis en la Comunidad de Madrid, una de las regiones donde más extendidas están este tipo de estaciones de servicio, el regulador concluyó que su entrada provocó que los precios de las estaciones cercanas se redujeran en alrededor de un 0,5% en gasóleo A y de un 0,21% en gasolina 95. Esto, apuntó el regulador, supuso un ahorro de entre 15 y 24 millones de euros para los consumidores de las gasolineras tradicionales.
En el estudio, el regulador denunciaba además las "fuertes barreras" que existen en la regulación estatal y autonómica para la implantación de estas gasolineras automáticas, que representan más del 9% del mercado de la distribución de carburantes.
Con todo, Ballenoil tratará de cumplir con su plan en un momento en el que estas estaciones están creciendo a un ritmo alto. En 2013, representaban menos del 2% del mercado.