Los trabajadores de la central térmica de As Pontes, propiedad de Endesa, temen lo que pueda pasar si la eléctrica solicita su cierre. Una vez paralizada la actividad, los sindicatos están poniéndose la venda antes de que llegue la herida para tratar de encontrar el remedio que limite los daños ante un posible cierre: no solo para los propios trabajadores de la central, sino para la comarca entera en la que desarrolla su actividad.
Así las cosas, hace casi dos semanas que se reunieron con representantes de la compañía, con la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y con la Xunta de Galicia. En aquella reunión, unos y otros se repartían las culpas, y lo único que quedó claro fue que todos los implicados debían ponerse manos a la obra cuanto antes para evitar la catástrofe.
Los sindicatos salieron de allí con una promesa: de forma "urgente", Fomento y la Xunta pondrían remedio a la situación de los transportistas de carbón, afectados desde el primer día por la decisión de paralizar la central. No obstante, hasta hoy no han recibido más respuestas y no está claro que esta medida vaya a llegar. Según ha podido saber este periódico, Fomento se ha reunido en varias ocasiones con el Ministerio que preside Ribera para tratar este tema.
En esos encuentros, el departamento que dirige José Luis Ábalos ha explicado el esquema de ayudas existentes en el Ministerio para el sector del Transporte por Carretera (centradas en las ayudas a la formación y el cese de actividad) y su posible aplicación para algunos transportistas concretos afectados por la reducción temporal de actividad en la central de As Pontes. Sin embargo, también ha puesto sobre la mesa la dificultad para modificar el esquema de ayudas existentes para el sector, dada la "intensa vigilancia" que ejercen sobre ellas las Autoridades Europeas y las Autoridades de Competencia.
Por ello, y sin respuestas claras, este miércoles tendrá lugar una concentración frente al Congreso de los Diputados. Así, será el propio Ayuntamiento de la localidad de As Pontes el que flete autobuses para acudir a la protesta, protagonizada por trabajadores y vecinos.
A ella se sumarán, según ha podido saber este periódico, trabajadores de la otra central paralizada, la de Litoral (Almería), así como empleados y representantes de las centrales de Andorra (Teruel) y Compostilla (León), que ya han anunciado su cierre.
Endesa no descarta el concurso de ideas
Mientras tanto, Endesa asegura que sus planes van en la línea de mitigar el impacto que pueda tener el cierre de la central. Eso sí, solo en lo que compete a los trabajadores de la misma y no al empleo indirecto que genera la central. Así, desde junio la compañía sigue haciendo pruebas con biocombustibles, para ver si tienen sentido en la zona, pero no descartan otras opciones.
En este sentido, la eléctrica no descarta en un futuro cerrar la central 'al estilo Enel', como está haciendo en Compostilla, mediante la organización de un concurso de ideas sobre negocios que puedan instalarse en la zona.
No obstante, las compañías subcontratadas exigen soluciones urgentes. Tanto es así que, este mismo lunes, representantes sindicales y trabajadores de compañías auxiliares de la central acudieron a las oficinas de la eléctrica en A Coruña para reclamar compromisos de que, durante la transformación de la central, no habrá despidos. De este modo, buscan que la garantía expresada por Endesa a sus trabajadores propios se traslade también a estos empleados.
Endesa confirmó este lunes que mantendrá hasta finales de año las "tareas" que realizan las empresas auxiliares de la central térmica de As Pontes (A Coruña), mientras que precisaron que mantener los empleos "es cuestión del empresario", apuntaron en alusión a cada una de las contratas.