Con seis marcas diferentes y sus respectivas variedades, Artiach es una de las empresas de fabricación de galletas y productos de panadería y pastelería de larga duración más longevas de España.
Sus inicios datan de 1907 y, a lo largo de sus 112 años de historia, se ha hecho un hueco en las sobremesas, desayunos y meriendas de muchos españoles. En los desayunos, con las galletas Chiquilín y Marbú Dorada, en las sobremesas con los surtidos Artiach y en las meriendas con las Dinosaurus, Filipinos, y Artinata.
Sí, todas estas marcas forman parte de esta empresa, que cerró el 2018 con unas ventas de 97,5 millones de euros, cifra que aumentó un 3,1% respecto al año anterior, de las cuales la mayoría procedieron del mercado español.
Concretamente, la cifra de negocios de nuestro país supera los 91,5 millones de euros, es decir, el 93,8% de toda la facturación, según la cuenta de resultados de la empresa. El resto, se divide de la siguiente forma: 5,04 millones proceden del resto de la Unión Europea (el 5,14%) y 930.000 euros del resto del mundo (el 0,9% del total).
Además, la empresa cerró el ejercicio con un beneficio de 5,2 millones de euros (un 33% más que en 2017), según se desprende de la cuenta de resultados de esta compañía, que cambió de manos hasta en ocho ocasiones en los últimos años.
Y es que, después de 76 años siendo dirigida por la familia que dio nombre a la compañía, Artiach fue comprada por Nabisco, que, entre otras cosas, tomó la decisión de trasladar la fábrica de Deusto (Bilbao) a la localidad de Orozko (Vizcaya), donde se ubica actualmente.
A Nabisco siguieron Tabacalera, Royal Brands, United Biscuits, Kraft Foods, Panrico (2008), Grupo Nutrexpa y, finalmente en 2015, Adam Foods, su actual propietaria.
Sin equilibrio de género
Actualmente, la planta cuenta con 232 trabajadores fijos, de los cuales 104 son hombres y 139 mujeres. Sin embargo, la mayoría de ellas ocupan puestos de poca responsabilidad. En las esferas más altas de la empresa, apenas hay representación femenina.
Entre los seis miembros que forman el consejo de administración solo se encuentra una mujer. Un desequilibrio que se repite en el equipo de comerciales y vendedores, en el que hay 14 hombres frente a tres mujeres.
Entonces, ¿de dónde salen esa mayoría de mujeres trabajadoras? Del equipo administrativo y del resto de personal cualificado. En el primero de ellos hay 12 mujeres frente a ocho hombres y en el segundo 123 frente a 76 hombres.
Alta temporalidad laboral
Además, actualmente Artiach se enfrenta a un juicio contra un grupo de operarias que estuvieron entre 13 y 17 años enlazando un contrato temporal con otro. Entre ellas se encuentra Ainhoa Marigorta, que en los 16 años que ha trabajado para Artiach ha llegado a acumular 750 contratos temporales. Una cuantía de papeles que, como afirma, le dan para empapelar toda su casa.
Todo empezó con un contrato diario a través de una Empresa de Trabajo Temporal (ETT). A ese siguieron otros muchos de distinta duración, aunque ninguno de ellos superó los 10 meses.
Ainhoa aguantaba esa situación porque necesitaba el trabajo y porque confiaba en que un día galletas Artiach le ofreciese un contrato en condiciones. Es decir, que la hiciese “fija”. Pero no fue así.
Esta situación llegó a acarrearle problemas familiares, principalmente con su marido y sus hijas, a quienes siendo pequeñas -cuando empezó a trabajar en Artiach tenía 35 años- tenía que dejar con su madre o su hermana.
Y así pasaron los últimos 16 años de Ainhoa, esperando un contrato indefinido que nunca llegó. Ahora, con 51 años, se enfrenta al juicio contra la empresa por despedirla en junio de este año para no hacerle un contrato indefinido.