Las aceiteras españolas se sienten “desvalidas”. Si el director general de Acesur, Gonzalo Guillén, afirmaba que piensan buscar una envasadora en Estados Unidos, desde la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (Asoliva) consideran que las gestiones del Gobierno de Pedro Sánchez no han sido efectivas.
Una sensación que coincide con la que manifestó Acesur, que señaló que “España va a sufrir más que ningún país europeo”. Y es que el aceite de oliva envasado español está gravado por Estados Unidos con un arancel del 25%; nuestro país exporta 120.000 toneladas de aceite de oliva a EEUU, de las cuales la mitad son envasadas, las que sufren la imposición arancelaria.
Se trata de un perjuicio de unos 250 millones de euros si se tiene en cuenta únicamente el aceite, pero que asciende a “una cifra mucho más alta” si se incluyen industrias auxiliares como la “logística”, defiende el director general de Asoliva, Rafael Pico en una conversación con este periódico.
Ante esta situación se abren varios caminos para las aceiteras españolas. El primero, exportar el aceite a granel hasta Washington y crear una envasadora en territorio estadounidense para poder venderlo sin arancel. Esta es la opción que valora Acesur, que comercializa marcas como Coosur o La Española. La segunda opción es la de centrar la producción en fábricas que no estén en España; esta podría ser la opción de Deoleo (Carbonell, Hojiblanca, Bertolli), que cuenta con una fábrica en nuestro país y otra en Italia.
Por otra parte, desde Asoliva explican que también se están buscando mercancías de orígenes “griego, portugués o tunecino” en lugar de España. Estas ayudarían a que las empresas aceiteras no tuvieran que pagar un arancel en su exportación dado que el origen no sería España. Rafael Pico señala que esta opción serviría para “salvar las marcas”. Según Pico, las marcas españolas gozan de un posicionamiento líder en la gran distribución estadounidense y un arancel como este puede hacerlas desaparecer de los lineales si perdura demasiado en el tiempo.
Por último, el fabricante de Coosur señaló que se van a “dejar la piel” en compensar la más que posible pérdida de exportaciones a Estados Unidos con ventas en otros mercados. Brasil suena como favorito. De hecho, fue el segundo importador de aceite europeo entre octubre de 2018 y mayo de 2019, según datos de la Comisión Europea. China también tiene potencial, según fuentes del sector. Y es que el país asiático tiene más tendencia al consumo de grasas vegetales que algunos vecinos europeos, como los países nórdicos o el Reino Unido.
"No tenemos la culpa"
Pero más allá de las decisiones que tomen cada una de las marcas, desde Asoliva aseguran que pedirán respuestas políticas. El director general de la asociación, Rafael Pico, explica que ejercerán “presión” sobre la administración española y europea: “Vamos a ver qué gestión de la crisis hace la Unión Europea y ver cómo podemos pagar estos aranceles”.
“No tenemos la culpa de que la UE haya dado ayudas a Airbus y suponga una guerra comercial de EEUU contra el aceite de oliva español”, critica. Pico insiste en que la UE “tiene una responsabilidad indirecta porque es la garante de que no se pierda el equilibrio en el mercado único y es la garante de la política agrícola comunitaria”.
En este sentido, desde Asoliva hacen hincapié en que el arancel al aceite de oliva español envasado “es el único que afecta a un producto de un solo país”. “No está el champán francés”, ponen como ejemplo. El director general no cree que el hecho de que el Ejecutivo esté en funciones haya perjudicado al sector porque “las instituciones europeas también estaban en funciones”. Sin embargo opina que “la administración española ha delegado en la UE todas estas gestiones y hay cuestiones que se tienen que tratar de forma bilateral, como han hecho Alemania o Francia”.
Almacenamiento privado de aceite de oliva
Con todo, todavía queda una bala para el sector. Las demandas del Gobierno español a la Comisión Europea han logrado que esta apruebe el almacenamiento privado en el aceite de oliva. Una propuesta que entrará en vigor en noviembre y que consiste en una ayuda para el almacenamiento privado del aceite a granel, una medida de alto valor puesto que la cosecha ha sido de récord, según el sector.
Normalmente es un mecanismo que se activa cuando el precio del aceite cae por debajo de mínimos, sin embargo, en esta ocasión no ha hecho falta que los precios bajen. Europa ha decidido ponerlo en marcha ante las condiciones en las que se encontrará el sector con los aranceles en vigor.