Orange ha vuelto a poner en el punto de mira del sector a las operadoras de bajo coste. Según indicó este martes su CEO en España, Laurent Paillassot, estas segundas marcas son las grandes responsables de la caída de ingresos que afectó a su compañía durante los primeros nueve meses del año y que probablemente se traduzca en el que el sector cierre este año reduciendo su facturación por primera vez en un lustro.
Según Orange, la proliferación de estas ofertas de bajo coste y, en especial, desde que hace 18 meses incorporan productos convergentes con fibra, han dinamitado un ya complejo panorama en el que los tres grandes -Movistar, Orange y Vodafone- ya reducen fuertemente sus precios para evitar fugas de clientes.
Un diagnóstico similar al que hace Moody's, que este martes también cargaba contra el sector 'telco' indicando que la naturaleza altamente fragmentada de la industria de las telecomunicaciones crea una competencia "excesiva" que mantiene los precios bajos a pesar de la creciente demanda de datos.
En este contexto, Paillassot indicó que la oferta de marcas y de ofertas convergentes ha crecido en casi un 25% en el último año, lo que se traduce en que las grandes marcas casi no ganen clientes de portabilidad y las pequeñas logren récord de captación de líneas.
El bajo coste se hace de oro
Los datos de portabilidad a los ha tenido acceso EL ESPAÑOL y que deben ser confirmados por la CNMC indican que este segmento ha ganando un millón de líneas desde enero de este año en el mercado móvil, un dato que contrasta con las poco más de 700.000 que han perdido las grandes marcas -Vodafone, Movistar, Orange y MásMóvil- en este mismo periodo.
En el caso de las segundas marcas y las compañías denominadas de bajo coste, existen tres locomotoras de crecimiento: Lowi (Vodafone), Yoigo (MásMóvil) y Digi. La segunda marca de la compañía británica ha ganado más de 300.000 portabilidades móviles en lo que va de año, mientras que la marca premium de los amarillos ha ganado 250.000. Digi, la operadora virtual de origen rumano, ha ganado 155.000 en este mismo periodo.
Las operadoras que solo son obligadas por la CNMC a dar el dato por compañía, aglutinando todas las marcas, por lo que el dato de portabilidades en fibra y ADSL de estas compañías de bajo coste no se comunica. No obstante, las fuentes del mercado indican que no menos de una cuarta parte de este millón de altas corresponde al segmento fijo y de internet en el hogar.
En cualquier caso, Orange no estaba tan equivocada en identificar el enemigo. Lowi de Vodafone y Digi se han convertido en el mayor dinamizador de las portabilidades y lo que Paillassot denominó "convergentes de bajo coste". El CEO de Orange España -y otras fuentes del sector- creen que la línea que divide estos convergentes de las ofertas de mayor valor, supera los 80 euros al mes por factura y pocos productos en el mercado de estas compañías alcanzan este precio.
Reducción de costes
Pero, ¿es todo culpa del bajo coste? Otras fuentes del sector consultadas por este diario indican que el verdadero problema es la proliferación de marcas, una veintena de las cuales, al menos quince, pertenecen a las cuatro grandes operadoras: Vodafone, Movistar, Orange y MásMóvil.
Estas fuentes indican que, mientras más marcas existen, los esfuerzos comerciales se multiplican y se aumenta el gasto en publicidad y la fuerza comercial. Si al mismo tiempo es imposible subir los precios ante una gran fragmentación de la oferta, existe un territorio abonado para reducir los ingresos.
Un panorama que obliga a las grandes marcas aferrarse a los clientes de alto valor. Orange dice que no les importa perder clientes si mantiene los que más pagan por sus servicios. Aunque también tiene segundas marcas -y bajo coste- para que eviten que se marchen clientes a los brazos de la competencia. Una estrategia de alto valor en la que también confía Telefónica con más productos y servicios.
Al mismo tiempo, Orange ha indicado que siguen reduciendo costes en sus procesos y automatizando sus sistemas de atención, para recortar gastos fijos. Vodafone realizó un ERE a 1.000 empleados a comienzos de año y Telefónica firmó un nuevo Plan de Suspensión Individual del empleo (PSI) abierto a unas 4.300 personas. Fórmulas de reducir costes para mantener el Ebitda y los beneficios ante la arremetida del bajo coste.