Si uno piensa en Ferrero Rocher tiene complicado no recordar aquel anuncio de 1999 en el que Isabel Presyler celebraba una lujosa fiesta en su casa y agasajaba a sus invitados con decenas de bombones dorados. Una acertada campaña publicitaria que ha pasado a la historia y que tenía como objetivo reforzar a la marca en España transmitiendo lujo, glamour y alta posición social. Lo consiguieron.
Así, tras Isabel Preysler llegaron Judit Mascó o Paloma Cuevas, que también fueron embajadoras de la marca, y que venían a transmitir los mismos valores. Con ello, Ferrero Rocher se convirtió pronto en líder en su categoría, logrando que el que compraba los bombones se sintiera, de alguna forma, parte de todo aquello.
No obstante, echando la vista atrás, no ha pasado demasiado tiempo desde que los bombones dorados entraran en el mercado español. En este sentido, la marca celebra este año su 30 aniversario en este país. Antes que ella, llegó su hermano, Kinder Sorpresa (1985), bajo el paraguas del italiano grupo Ferrero.
De la confitería al mundo
La expansión del grupo, por tanto, fue determinante. La historia de la compañía comenzó en una pequeña confitería en Alba (Piamonte), que sacaron adelante los hermanos Giovanni y Pietro Ferrero. Ya en los años 40, Pietro y su mujer, Piera, transformaron esta pastelería en una fábrica que creara dulces y chocolates.
Además, Pietro y Piera trajeron al mundo a Michele Ferrero, quien sería el propietario de la empresa hasta su fallecimiento, en 2015, y uno de los hombres más ricos del mundo, según la revista Forbes. De hecho, a él se le atribuye la construcción del imperio que hoy es el grupo.
Tras triunfar en Italia, Michele Ferrero dio en 1956 el paso para expandir la compañía al extranjero, con éxito en varios países de Europa. En las siguientes décadas, Ferrero se hizo global con aperturas de fábricas en todo el mundo. Una de ellas, en España.
En este sentido, en los años 80 Barcelona se convirtió en el centro de operaciones para distribuir los productos de Ferrero para España y Portugal. Desde entonces, llegaron al mercado marcas tan conocidas hoy como la ya mencionada Ferrero Rocher, Mon Chéri, Kinder Chocolate o Nutella.
Con todo, hoy el bombón dorado del grupo, que no se comercializa durante los meses calurosos, sigue siendo protagonista de celebraciones navideñas en centenares de hogares españoles. El sueño de Michele Ferrero se ha cumplido.