La banca europea lleva tiempo mirándose en el espejo de sus rivales en Estados Unidos para subrayar la mayor rentabilidad de la que disfruta el sector al otro lado del Atlántico. Sin embargo, el negocio bancario en EEUU también tiene sus puntos débiles, como demostró el ajuste negativo contable que anunció este jueves BBVA para su filial norteamericana, que representa el tercer mercado más importante para su cuenta de resultados por detrás de España y México.
El banco español se ha convertido en el tercero de Europa en verse obligado a asumir un deterioro en el fondo de comercio de su filial de EEUU. Antes que él, BNP Paribás y HSBC afloraron pérdidas en sus negocios estadounidenses tras aplicar un procedimiento contable similar (impairment test) que realiza cada año.
En el caso de la entidad que preside Carlos Torres, el ajuste negativo ha sido por valor de 1.500 millones de dólares (unos 1.348 millones de euros).
Un cambio contable que se ha anunciado pocos días después de que la Reserva Federal decidiera mantener los tipos de interés en el rango de entre el 1,5 y el 1,75% en su última reunión del año.
Antes de comenzar 2019, BBVA Research había previsto que la Fed acometería tres subidas de tipos de interés este año. Lejos de esta proyección, la Reserva Federal ha bajado los tipos en 2019. Frente al 2,5% en el que cerraron 2018, este ejercicio se despedirán en el 1,75%.
Una decisión comunicada a los mercados por su presidente, Jerome Powell, que ha sido aplaudida por Donald Trump -a quién le hubiera gustado incluso una rebaja mayor para impulsar la economía de EEUU-, pero que no ha celebrado la banca.
Menos crecimiento del PIB
La ralentización económica de la primera potencia mundial ha estado detrás de esa decisión de bajar los tipos este año en contra de lo esperado hace tan solo unos meses. En este apartado, las previsiones del servicio de estudios de BBVA también son elocuentes de hasta qué punto las tensiones por la guerra comercial han dañado su economía.
Frente al crecimiento que había estimado BBVA Research para 2019 del 2,8%, ahora se prevé que el año cierre con un avance del PIB estadounidense del 2,3%.
Peor aún es el panorama que se dibuja para 2020, año para el que se había previsto un crecimiento del 2,5% que ahora se ha recortado al 1,8%.
Una debilidad de la economía que está impactando en la cuenta de resultados de las entidades europeas que han apostado por crecer en EEUU.
La pérdida de rentabilidad de su negocio en Estados Unidos fue uno de los elementos que lastró los resultados del banco británico HSBC en el tercer trimestre. El coloso financiero registró entre junio y septiembre una caída de su beneficio del 24% y anunció deterioros en sus fondos de comercio dentro de algunas otras medidas, entre las que también figuraban recortes de gasto.
Un ajuste de costes que también acecha a BBVA, entidad que como toda la banca europea está abocada a mejorar su eficiencia y reducir gastos.
El pasado año, la entidad disfrutó en EEUU de los efectos de la rebaja fiscal de Trump y la buena marcha de la inversión crediticia en EEUU con un crecimiento del 7,4%. Dos factores que fueron clave para que lograra un resultado en el ejercicio completo de 735 millones de euros.
En la cuenta de resultados de este año, EEUU pesará como una losa por el impacto de los 1.500 millones de dólares (unos 1.348 millones de euros) que tendrá que anotar por ese deterioro. Se trata de un impacto importante para la valoración de su filial, que superaba los 5.000 millones.
No obstante, este saneamiento no afectará a los dividendos comprometidos, ni al capital del banco, según subrayó BBVA para calmar a los inversores.