El Banco Sabadell se ha desplomado un 14% en la jornada de este jueves hasta los 0,81 euros por acción.
Un descenso que llega tras los resultados presentados este jueves al cierre de mercado, en los que el beneficio de 2019 alcanzó los 768 millones de euros, un 134% más que un año antes. Cifra que se debe a que dejaba atrás los extraordinarios provocados por los problemas de migración del TSB.
El margen de intereses cerró en los 3.622 millones de euros, lo que supone una caída del 1,4% respecto al 2018. Se debe, sobre todo, a la caída de los tipos de interés, la aplicación de IFRS16 y la titulización de préstamos.
Buen ejercicio
Cifras que convencen al presidente de la entidad, Josep Oliu, para quien el 2019 era un año "de normalización de resultados, fortalecimiento del capital y la solvencia que ha servido para sentar las bases del banco hacia el futuro".
También el CEO del grupo, Jaime Guardiola, se ha mostrado satisfecho y cauto sobre la evolución en el mercado del banco. Reclama "esperar" a que los analistas e inversores "ponderen" todas las operaciones llevadas a cabo en el último trimestre para reducir los activos problemáticos.
En buena medida desde el banco achacan la reacción de los inversores al mal resultado del último trimestre del año. Sabadell perdió en esos tres meses 15 millones de euros. Una situación que no ha gustado a los analistas y a los inversores que no esperaban un resultado así, máxime porque un año antes se lograron cerca de 85 millones de euros.
Cabe destacar que en el último trimestre cerró la transmisión de la mayor parte de los activos inmobiliarios que tenía en cartera. Esto ha llevado a reducir los activos improductivos en más de 8.200 millones de euros.
Sin fusiones
La ratio del mora se situó en el 3,8% al cierre del ejercicio.
En cualquier caso esta presión del mercado lleva a que la entidad vuelva a tener encima de la mesa la opción de llevar a cabo una fusión. Ha sido el propio Oliu ha insistido en que en estos momentos la hoja de ruta de la entidad "no contempla una fusión específica porque el banco está centrado en reducir los costes".
Desde el banco se abre la puerta a seguir conversando con los inversores y analistas para explicarles las cuentas, e intentar así dar a conocer cuál es su hoja de ruta de cara a los próximos ejercicios.
El futuro de Oliu
A Oliu también se le ha preguntado sobre cuándo tiene pensado retirarse de la presidencia de la entidad, y qué banco pensaba dejar. A la primera ha evitado dar respuesta, pero a la segunda ha señalado que espera dejar "un buen sistema de gobierno corporativo, una solvencia adecuada -que ya la tenemos- y una rentabilidad adeucada para el accionista a la que no hemos llegado".
Eso sí, ha insistido en que su intención es dejar el banco "en buenas manos".