La gravedad de la crisis económica desencadenada por el coronavirus está obligando a Bruselas a relajar al máximo las reglas de la UE que restringen las ayudas públicas a empresas. Si en una primera fase autorizó subvenciones nacionales directas de hasta 800.000 euros, ahora la Comisión permitirá a los Gobiernos entrar temporalmente en el capital de las compañías más golpeadas por la pandemia con fondos públicos, lo que en último término podría acabar en la nacionalización.
En concreto, el Ejecutivo comunitario ha propuesto este jueves ampliar el régimen temporal de ayudas públicas por el coronavirus para incluir también la recapitalización de las empresas con fondos públicos. Bruselas precisa que debe ser una medida de "último recurso" porque puede distorsionar la competencia en el mercado interior. Además, estará sujeta a condiciones estrictas en materia de remuneración del Estado, gobernanza y estrategia de salida tras la crisis.
"Las medidas de emergencia frente al coronavirus están provocando problemas a muchas empresas, que se enfrentan a una reducción de capital con consecuencias negativas en su capacidad para financiar sus actividades", ha dicho la vicepresidenta de la Comisión responsable de Competencia, Margrethe Vestager, para justificar las recapitalizaciones con fondos públicos.
"Vamos a garantizar que los contribuyentes reciban una remuneración suficiente por su inversión y que las empresas que reciban apoyo en forma de capital estén sujetas a controles y disposiciones en materia de gobernanza que limiten posibles distorsiones de competencia en el mercado único", destaca Vestager.
La propuesta de Bruselas, que se somete ahora a consulta de las capitales y se aprobará formalmente la semana que viene, significa que los Gobiernos podrán entrar en el capital de las compañías y convertirse en accionistas temporales como instrumento de último recurso. La eventual nacionalización dependerá del porcentaje de capital que el Estado adquiera, pero no es el objetivo último de la iniciativa.
Los Gobiernos deberán desarrollar una estrategia de salida, en particular en el caso de las grandes compañías en las que adquieran muchas acciones, con el objetivo de garantizar que éstas pueden volver a una situación de viabilidad sin necesitar apoyo público cuando la economía se estabilice.
La Comisión resalta además que si la recapitalización de una gran empresa se lleva a cabo a nivel europeo, teniendo en cuenta el interés común de la UE, las condiciones impuestas serán menos estrictas porque el riesgo de distorsión del mercado único se vería muy reducido.
Esta propuesta complementa la posibilidad que ya tienen los Estados miembros de adquirir las acciones de una empresa a precio de mercado con el fin de impedir compras hostiles de compañías estratégicas por parte de compradores extranjeros.