La nacionalización de empresas en los sectores más sensibles o críticos de la economía española no forma parte de la hoja de ruta del Gobierno para salir a su rescate. La ministra portavoz María Jesús Montero ha explicado este martes que "no hay ninguna decisión respecto a ninguna participación en ninguna de ellas".
Así lo ha explicado Montero en su comparecencia posterior al Consejo de Ministros celebrado hoy. Como ya hizo la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, hace unas semanas, la titular de Hacienda ha defendido que las medidas de apoyo económico desplegadas hasta ahora están resultando "efectivas" y que no se han debatido otras posibilidades de respaldo financiero.
En este sentido, Montero ha explicado que "lo que está haciendo el Gobierno es un seguimiento muy detallado, muy exhaustivo, de aquellas empresas que se consideran estratégicas, de sectores críticos como el transporte o la energía". De este modo, la posible entrada del Estado como accionista, tal y como se está planteando en otras economías europeas, no estaría sobre la mesa.
Avales del ICO
La ministra ha defendido la opción del Ejecutivo para ir "poniendo poco a poco, de forma progresiva las líneas [de avales] del ICO". Montero defiende que así se pueden ir adaptando "a la demanda de solicitudes, tamaño y área", sin dejar de hacer hincapié en que "las pymes son las que han obtenido una mayor cantidad de fondos puestos a su disposición".
El pasado 21 de abril, Calviño se pronunció en parámetros similares al término del Consejo de Ministros celebrado aquel día. A una pregunta a este respecto, la gallega señaló que esta no era la opción preferente del Gobierno español. “En nuestro caso hemos apostado desde el primer momento por reforzar la liquidez de las empresas”, subrayó.
El foco en Iberia
Por lo que se refiere a asegurar la españolidad de compañías con actividades críticas para la buena marcha de la economía, el Gobierno ya aprobó el mes pasado un paquete de medidas que contemplaba la imposibilidad de que ningún inversor externo de la Unión Europea (UE) pudiera alcanzar si quiera un 10% del capital de las cotizadas con consideración estratégica. Después esta medida se amplió para incluir en el veto a sociedades de inversión con pasaporte europeo, pero controladas por terceros desde fuera de la región comunitaria.
Uno de los puntos que más preocupa es la españolidad de Iberia, el brazo español del grupo hispano-británico IAG que conforma con British Airways. Sin embargo, las tensiones en este punto se han relajado desde que Reino Unido optó por una fórmula también de préstamos con condiciones preferentes para el sector de las aerolíneas en lugar de proceder a un inyección directa de capitales. Por su parte, Alemania sí que está planteando la entrada en el capital de Lufthansa como socio mayoritario.
Aunque este martes Montero ha sido directamente interpelada por la situación de la antigua aerolínea de bandera española, en su alocución no ha hecho referencia alguna a la compañía.