Renfe calcula que el AVE 'robe' 3,4 millones de viajeros al avión por el Covid
No obstante, considera que el AVE y la Larga Distancia no recuperarán hasta al menos 2023 un volumen de pasajeros similar al de principios de este año.
31 mayo, 2020 10:49Noticias relacionadas
Renfe calcula que sus trenes AVE podrían 'robar', al menos temporalmente, hasta 3,4 millones de viajeros al avión en trayectos domésticos ante las condiciones con las que el transporte aéreo deberá operar para adaptarse a las medidas de prevención y seguridad por la crisis sanitaria.
La compañía ferroviaria estima así que, inicialmente, captará más de una cuarta parte (un 27%) del total de viajeros que hasta ahora se decantaban por el avión en vez de por el tren para viajar por el país.
No obstante, este porcentaje se irá paulatinamente reduciendo hasta el 18% por las "medidas correctoras que vaya impulsando el transporte aéreo", según se desprende del estudio de evolución de demanda ante la crisis realizado por Renfe, al que tuvo acceso Europa Press.
Tres ejercicios para recuperarse
A pesar de este 'robo' de pasajeros de avión, el informe indica que los trenes comerciales de la operadora, esto es, el AVE y la Larga Distancia, no recuperarán hasta al menos 2023 un volumen de pasajeros similar al que registraban a comienzos de este año, justo antes del inicio de la crisis sanitaria y económica.
Renfe tardará así tres ejercicios en recuperarse del desplome del 46,4% que calcula registrará el número de viajeros transportados este año.
En concreto, estima que el número de pasajeros del AVE y la Larga Distancia se hunda hasta un mínimo de 17,1 millones de usuarios este año, frente al máximo histórico de 33,7 millones cosechado en 2019.
En 2021 prevé remontar hasta unos 28,5 millones de viajeros, volumen que si bien arroja un crecimiento del 65% respecto al mínimo de 2020, aún está un 15,4% por debajo de 2019.
Para 2022, la operadora confía en crecer otro 14%, hasta alcanzar los 32,5 millones de pasajeros, un número un 3,5% inferior que el alcanzado antes de la crisis.
En su informe, Renfe detalla que estas previsiones no tienen en cuenta la puesta en servicio de nuevas líneas AVE, ni la liberalización del transporte en tren el próximo mes de diciembre.
No obstante, esta entrada de competidores está también condicionada por la crisis. La francesa SNCF está analizando si comienza a operar en España desde el mismo momento de la apertura del mercado tal como tenía previsto, mientras que el otro nuevo operador, Ilsa, controlado por Air Nostrum y Trenitalia, ya indicó que no arrancaría el servicio hasta 2022.
El tren ofrece "mayor sensación de seguridad"
En cuanto a la previsible captación por parte del AVE de pasajeros del avión, el informe de Renfe indica que, si bien las medidas adoptadas ante la crisis afectan a todo el transporte, "hay algunos aspectos que, de cara al futuro, podrían generar trasvases de demanda del modo aéreo al ferroviario".
En este sentido, apunta a la posibilidad de que compañías aéreas dejen de operar rutas o suban los precios por el impacto que supondría en su rentabilidad que se limitara su ocupación.
Asimismo, Renfe considera que, "en un primer momento", la "mayor disponibilidad de espacio, tanto en superficie como en volumen, que tienen los trenes, puede transmitir a los viajeros una sensación de mayor seguridad sanitaria".
La operadora pública también considera que está "creciendo con fuerza la idea de que, por razones medioambientales, en recorridos de hasta dos o tres horas de duración, debería prevalecer la oferta ferroviaria sobre la aérea".
"Todas estas circunstancias pueden permitir que el ferrocarril capte un determinado volumen de pasajeros que, antes de la crisis, utilizaban el avión", concluye el informe de Renfe, que no obstante, cuenta con que "este fenómeno sea de carácter temporal".
"El modo aéreo reaccionará presionando para incrementar el porcentaje de plazas puestas a la venta y con campañas comerciales enfocadas a no perder cuota de mercado", reconoce.
En la actualidad, mientras que según las recomendaciones de la UE los aviones no tienen que dejar asientos vacíos para preservar las distancias de seguridad, Renfe sólo vende un tercio de las plazas, ratio que, posteriormente, se elevará a la mitad. De esta forma, quedará vacío el asiento contiguo a un viajero.