En mitad de una profunda y costosa transformación de todo el sector hacia la electrificación, la industria automovilística ha recibido un brutal golpe en sus cuentas por culpa del coronavirus y sus efectos en la economía y la sociedad.
Los resultados de los diez mayores constructores de vehículos del mundo han dejado una diferencia negativa de 38.412 millones de euros entre los presentados este año y los registrados en 2019. Además, en el caso de los fabricantes japones solo se muestra su primer trimestre fiscal, entre abril y junio de 2020. Aun así, el gráfico es suficientemente claro sobre cómo ha afectado la Covid-19 a este sector.
Sin duda, el grupo automovilístico que más ha sufrido ha sido Renault. El fabricante francés pasó de ganar 1.048 millones de euros a perder casi 7.400 millones de euros. Como consecuencia, la firma ha anunciado un plan para reducir costes por valor de 600 millones de euros.
El estreno de Luca de Meo al frente de la firma del rombo no ha podido ser más complejo. Aunque la relación con Nissan parece solventada una vez repartidas las regiones con el programa de líder y seguidor, la Covid-19 ha dejado el balance de la compañía con un fuerte agujero. No obstante, tal y como apuntó Invertia, su plan para relanzar Renault pasa por el diseño, la tecnología y la movilidad, para lo que ya ha dado los primeros pasos como el fichaje de Alejandro Mesonero-Romanos (Seat) y Gilles Vidal (Peugout).
Hyundai, PSA y Toyota, en positivo
De los diez mayores fabricantes de vehículos del mundo, solo tres han presentado resultados positivos (por los pelos) en el primer semestre. Estos son la surcoreana Hyundai, el grupo francés PSA y la japonesa Toyota. El principal denominador común de ambos es su fuerte empuje hacia la electrificación.
Aunque redujo su beneficio un 81%, PSA terminó los primeros meses seis del año en positivo y eso, en los tiempos que corren para el sector, resulta digno de mencionar. En esos números España tiene algo que decir. Las tres plantas del grupo en nuestro país están a la cabeza en la electrificación de los nuevos modelos. En todas ellas (Vigo, Figueruelas y Madrid) fabrica al menos un modelo eléctrico desde que se anunció recientemente la llegada del nuevo C4 a Villaverde.
En el horizonte de PSA está también su fusión con FCA. Bautizado el nuevo grupo como Stellantis, el proceso sigue su curso con el objetivo de cerrar la operación el primer trimestre de 2021. Con ella nacerá el cuarto grupo automovilístico del mundo por volumen de ventas y el tercero por ingresos.
En cuanto a Hyundai, además de ser una de las marcas favoritas para los analistas de bolsa, ha marcado su apuesta por los motores alternativos. Tanto es así que mientras otras marcas optan por filiales de lujo (DS, Cupra, Lexus, Infiniti, etc.) ellos han dado nombre propio a la suya basándose para sus coches eléctricos (Ioniq).
Por último, Toyota. Hay que recordar que en el caso de los fabricantes japoneses, las cifras son del primer trimestre fiscal de su ejercicio, que va de marzo a junio. Una vez aclarado de nuevo, la marca nipona fue de las pioneras en montar vehículos con motor eléctrico.
Ahora ha dado un paso adelante y la segunda generación del modelo Mirai será el primero en contar con un propulsor de hidrógeno. Esta fuente de energía es vista por muchos como una alternativa mejor al motor eléctrico. De momento, las cuentas le salen.