La industria automovilística es un sector fundamental para la economía española. Con un peso del 8,6% en el PIB nacional en 2019, empleo para el 9% de la población activa y más de 2,8 millones de vehículos producidos en las 17 plantas repartidas por nuestro país, su cuidado y adaptación a la nueva realidad se antojan claves para seguir siendo el segundo productor europeo.
La alta cualificación de los empleados, la situación geográfica, los salarios medios y las ayudas han llevado a las firmas, con sede fuera de nuestro país, a seguir apostando por invertir y mantener los elevados estándares de las plantas españolas.
Sí, con una excepción: Nissan. La marca japonesa, con la nueva estrategia global para la alianza que forma con Renault y Mitsubishi, ha decidido cerrar sus plantas de producción en Barcelona. Al menos la lucha de los empleados ha alargado el adiós hasta el 31 de diciembre. Hasta entonces, administraciones públicas, empresa y sindicatos trabajarán de manera conjunta para encontrar una salida para los más de 2.000 empleos directos y casi 25.000 indirectos (ya hay una opción "muy avanzada").
Más allá de esta triste excepción, la Covid-19 ha acelerado todos los procesos de transformación que estaban sufriendo las plantas españolas, en distinto grado según sus necesidades y volúmenes de producción.
De esta manera, ante la incertidumbre en torno a la demanda mundial de vehículos, tanto en volumen como en motorización (de combustión, eléctrica, híbrida o alternativa), las marcas han tenido que adaptar sus plantas a esta nueva realidad. En el lado negativo, las plantas también han sufrido esta adaptación y los ERTE son una herramienta más para calibrar la producción.
PSA, el mayor exponente
Con el inicio de la producción del Citroën ë-C4 - 100% ëlectric en el Centro de Madrid, Grupo PSA se convierte en el único fabricante en España que produce turismos 100% eléctricos en todas sus plantas en nuestro país (el mencionado ë-C4 en Villaverde, el Peugeot e-2008 en Vigo y el Opel Corsa-e en Figueruelas). Para ello, ha tenido que realizar importantes inversiones tecnológicas y en formación de sus empleados. Solo en Madrid, 144 millones de euros desde 2017.
Desde 2019, el 100% de los lanzamientos de las distintas marcas de Groupe PSA incorporan una versión electrificada, que convivirá con motorizaciones gasolina y diésel eficientes Euro 6. El objetivo del fabricante francés es que el 100% de la gama esté electrificada en 2025.
Uno de los principales cambios que ha hecho posible esta rápida transición hacia la movilidad eléctrica ha sido la implantación de plataformas modulares multienergía en las fábricas de PSA. Permiten producir en una misma línea de producción versiones térmicas y electrificadas, lo que hace posible adaptarse rápidamente a las fluctuaciones de la demanda de vehículos por parte de los clientes. En 2019 salieron de las plantas españolas casi 930.000 vehículos.
Seat apuesta por Martorell
Por su parte, Seat invertirá 5.000 millones de euros entre 2020 y 2025, tal y como anunció la marca el mes pasado. Este montante irá destinado a nuevos proyectos de I+D para el desarrollo de vehículos en el Centro Técnico de Seat, en particular para electrificar la gama, y a equipos e instalaciones en las plantas de Martorell, Barcelona y Componentes. Con esta inversión, Seat se está preparando para desarrollar nuevos modelos y asumir la producción de nuevos proyectos para asegurar el empleo e impulsar el futuro de la compañía.
El plan más ambicioso de su historia permite a la planta de Martorell y a sus 15.000 empleados mirar al futuro con optimismo. No olvidemos que pese al origen español de la marca, las decisiones vienen desde Alemania.
De momento, la fábrica de Martorell afronta ahora una segunda mitad del año que estará marcada por el inicio de la producción del nuevo Formentor, el primer modelo 100% Cupra, y del nuevo León híbrido enchufable. Ambos vehículos se fabricarán en la línea 2 de la planta de Martorell, que este año ha lanzado la cuarta generación del León. De nuevo, la flexibilidad en las fábricas hace presencia.
Renault, Ford y Mercedes-Benz
Las plantas españolas de Renault, Ford y Mercedes-Benz sumaron casi otro millón de vehículos producidos en 2019. Con sus luchas internas y las dificultades que sufre todo el sector, las matrices siguen apostando por España y muestra de ello es que otorguen la fabricación y ensamblaje de nuevos modelos con motores alternativos a la combustión.
Por ejemplo, la factoría de Renault en Valladolid, tras sacar a la calle 1,6 millones de unidades del modelo Captur, también se encargará de fabricar en exclusiva la versión híbrida enchufable denominada Captur E-Tech Plug-in. La producción de este nuevo coche comenzó en mayo. En la factoría de Palencia, Renault monta desde junio el Mégane familiar híbrido enchufable (E-Tech).
La marca norteamericana Ford lleva más retraso en la electrificación de su gama. Sin embargo, también ha apostado por España. En su planta de Almussafes (Valencia) se produce la tercera generación de Kuga, primero de la marca con una versión eléctrica enchufable que sale de la línea valenciana.
Por último, aunque solo tuvo una producción de 145.000 unidades, la planta de Mercedes-Benz en Vitoria produce dos modelos de furgoneta: la Clase V y la comercial Vito. A ellas se ha unido la nueva versión eléctrica de la segunda, la eVito.