Aunque han llegado tarde, las invitaciones para acudir a la conferencia de Pedro Sánchez de este lunes han surtido efecto. Lleno hasta la bandera el que se espera en la Casa de América para escuchar al presidente del Gobierno bajo el lema “España puede. Recuperación, Transformación, Resiliencia”.
Allí estarán representantes de la sociedad civil, entre ellos muchos de los altos ejecutivos de este país. Representantes de grandes empresas del Ibex 35 ya han confirmado su asistencia a Moncloa.
Desde el Gobierno y las empresas ni se confirma ni se desmiente, pero se da por descontado que a la cita acudirán -entre otros muchos- Ana Botín, presidenta del Santander; Ignacio Galán, primer ejecutivo de Iberdrola; José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica; o Florentino Pérez, presidente de ACS.
Apoyo correspondido
El mensaje principal que van a recibir está claro: unidad para hacer las grandes transformaciones que necesita España; y un llamamiento a la unidad institucional para robustecer las instituciones del Estado. Y en esa llamada a la unidad es donde radica la clave para buena parte de los líderes que acudirán a la cita.
Todos ellos confían en que la petición de apoyo al Gobierno, que se demostrará con su asistencia al evento, se vea correspondida a la hora de decidir cuáles y cómo son las transformaciones que debe llevar a cabo nuestro país en materia económica.
No se trata de que sean las empresas las que decidan cómo y cuánto debe invertirse; al contrario, lo que esperan es ser consultadas por el Gobierno a través de la oficina que se está preparando en Moncloa en línea directa con el departamento que lidera en CEOE Luis Socías Uribe.
Los líderes empresariales esperan también que en esas negociaciones se reciba el consejo de ‘independientes’ que permitan ofrecer nuevas visiones sobre las necesidades de la economía española.
Cumplir lo prometido
Se trata, en definitiva, de que se les tenga en cuenta y el Gobierno cumpla con su promesa de atender a algunas de sus reclamaciones. Algo a lo que se comprometió la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, tras la última gran cumbre de CEOE en la que participaron buena parte de los empresarios de este país liderados por Antonio Garamendi y el presidente de Inditex, Pablo Isla.
Aunque ninguno lo reconocerá en público, sotto voce sí que existe cierto malestar entre algunos representantes del Ibex 35. Creen que Sánchez les pide respaldo, unidad y adhesión, pero luego no les tiene en cuenta a la hora de tomar grandes decisiones. Por eso esperan que en esta ocasión la situación sea diferente y no ocurra como con el permiso retribuido recuperable o con las últimas negociaciones en el diálogo social donde prácticamente ha habido imposición.
¿Por qué esa confianza? En primer lugar, por la cercanía de los Presupuestos Generales del Estado; en segundo lugar, porque la labor de los empresarios será clave para intentar impulsar la recuperación cuanto antes y, por último, porque son conscientes de que el Ejecutivo todavía no sabe cómo van a llegar los 140.000 millones de euros de Bruselas.
La fecha clave será el 15 de octubre, cuando el Gobierno tendrá que presentar a la Comisión Europea cuáles son sus planes de cara al año que viene para elaborar los Presupuestos. A partir de ahí se decidirá de qué manera y cuándo llegará el dinero, aunque en estos momentos ya existen negociaciones entre el departamento que lidera Nadia Calviño y los representantes de la Unión Europea.
Las fuentes consultadas explican a Invertia que entre las empresas existe cierta esperanza en que cuando concluyan las conversaciones sean citados para escucharles y que la decisión de cómo y en qué hay que invertir el dinero no se tome sólo desde la parte política.
Sea como sea, lo que parece claro es que Pedro Sánchez logrará este lunes esa imagen de unidad y cercanía con el empresariado, alejándolos así del resto de la oposición. Un movimiento similar al que ya hizo en 2018, cuando los citó también en la Casa de América y en donde junto a los anteriormente citados también estuvieron presentes -entre otros- el máximo ejecutivo de Iberia, Luis Gallego, o Gonzalo Gortázar, CEO de CaixaBank, entre otros.
En aquel entonces el presidente del Gobierno los reunía para conmemorar los primeros 100 días de Gobierno socialista y en su discurso fijaba el objetivo de que la economía española pudiera ir adaptándose para cumplir con los objetivos de la Agenda 2030. Unas reformas que vendrían acompañadas de cambios en materia laboral y de apoyo a los más desfavorecidos.