El trastorno del juego representa el 3% de los comportamientos adictivos diagnosticados. Según los datos oficiales, hay 6.500 personas en tratamiento por trastornos del juego en todo el país. La industria del juego ha evolucionado mucho en los últimos años y además se ha visto afectada por los últimos cambios en la legislación.
España se sitúa por debajo de la media en este tipo de adicciones, por debajo de países como Alemania, Francia e Inglaterra, y empata en porcentaje con otros como Suecia. Algo que desde el sector analizan muy positivo, pues "la población española participa de manera generalizada y responsable en el sector del ocio".
Así lo recoge el informe anual Juego y Sociedad elaborado por la Universidad Carlos III de Madrid en colaboración con el Consejo empresarial del Juego (CEJUEGO) que analiza las principales tendencias y perfiles de los jugadores durante el pasado año.
El estudio recoge cómo desde 1990 se observa una tendencia decreciente en este tipo de comportamientos y los expertos analizan que esto se debe a una excelente regulación. Del total de casos atendidos por drogadicciones, el trastorno del juego se mantiene dentro del 3%, aunque sí se encuentra un incremento en otras adicciones.
Por ello, Alejandro Landaluce, director general de CEJUEGO , ha destacado que uno de los problemas a los que se enfrenta la industria se debe precisamente a la "importante crisis de percepción".
Ley Garzón y regulaciones
Tras darse a conocer el borrador del decreto ley elaborado por el ministro de Consumo, Alberto Garzón, las empresas del sector mostraron su desacuerdo con la medida, que no había abogado por un entendimiento entre las partes.
Durante la presentación, Landaluce no ha descartado recurrir la medida en "todos los sitios en los que creamos que sea necesario" para evitar el agravio comparativo que observaba el pasado mes de julio entre los operadores públicos y privados. "Siempre hemos defendido que un anuncio a las 10:00 de la mañana tiene el mismo efecto en el menor sea de una casa de apuestas que un anuncio de Loterías", ha defendido.
Con todo, abogan por mantener una estrecha colaboración para seguir desarrollando nuevas legislaciones. Sobre esto, Landaluce ha puesto en valor las medidas implantadas en el control de acceso por algunas comunidades autónomas que "son acertadas, porque la cantidad de menores que accede a los locales está disminuyendo".
El jugador español
El estudio refleja dos grandes bloques dentro del sector. Por un lado, los denominados juegos de suerte, encabezados por la Lotería de Navidad, que reunió a 25,5 millones de personas el pasado año y que 2015 se muestra como la forma principal de juego en España. Esta es seguida por la Lotería del Niño, que en comparación con años anteriores mantiene el segundo puesto muy seguida de las Loterías de la Primitiva.
En el otro bloque se encuentran los juegos de entretenimiento, con una cifras de jugadores mucho más reducidas pero que mantienen estables. Si bien es cierto que los salones de juego son los más frecuentados en este tipo de ocio, tan solo recibió un 8% del total de jugadores que hay en España, que corresponde a 3 millones.
Cabe destacar que a pesar de que el juego en línea parece haberse disparado en los últimos meses, el estudio recoge que solo hay 630.000 cuentas activas al año. Los expertos consideran que se trata de un ámbito en el que el número de clientes es muy reducido debido a la elevada tasa de deserción. Sin embargo, 1,5 millones de personas afirman haber jugado alguna vez a lo largo del año.
Los ‘públicos’ del juego
Desde el sector defienden que no es posible hablar de un único perfil de jugador. Cada tipo de juego es frecuentado por un público distinto. Así, los datos de la encuesta reflejan que la Lotería de Navidad y del Niño son las actividades a las que juega una mayor cantidad de gente y de un intervalo de edad más amplio, además son las únicas en las que participan hogares con problemas económicos.
Por el contrario, los casinos, bingos y salones son puntos de encuentro social. Precisamente en los salones de juego son clientes jóvenes de menos de 35 de condición social media-alta. El bingo, por el contrario, se trata de una actividad para clientes algo más maduros y de un perfil socio económico similar al de los salones de juego.
Las apuestas deportivas fueron las menos frecuentadas en 2019, con 1,3 millones de participantes. Se trata de una forma de entretenimiento en la que solo participan aficionados del deporte, mayores de 45 años.
Ganar no importa
Los participantes de los juegos de suerte, que en España están en manos de los operadores públicos, ven como motivación la ilusión por el premio, el "ser tocados" por la fortuna.
La fuente de motivación en los juegos del entretenimiento es más compleja. Los encuestados aseguran que su participación en los juegos no se mueve por la codicia, sino por el poder demostrar que "se sabe" apostar, jugar al póker… En el caso de los casinos y salas de entrenimiento, por el contrario, las personas que han participado en la encuesta señalan que lo importante es estar con amigos.
Al ser preguntados por su actitud ante las pérdidas, un 43,5% prefiere no pensar lo que ha perdido y un 49,2% lo entiende como parte del juego y como un coste que se debe asumir a modo de "entrada".