Cambio de tendencia, y de forma radical, en los seguros de vida en los que el tomador asume el riesgo de la inversión. Lo que hasta hace poco era un negocio prácticamente residual, como los llamados unit-linked, han sobrevivido a la crisis con un espectacular crecimiento del 67,5% en el número de asegurados, los únicos que crecen junto a las rentas vitalicias y frente a la caída media del 0,35% experimentada por el total de los seguros de vida.
“Los seguros de Vida Inversión aún no tienen un peso especialmente importante en el mercado, representando un 7% sobre el total del ahorro gestionado, pero ese volumen creció hasta noviembre un 5,5%”, explica Ricardo González, director de análisis sectorial y de regulación de Mapfre.
En total, y según los últimos datos publicados por el servicio de estadísticas y estudios del sector (ICEA), el número de asegurados vinculados a activos (riesgo tomador) se situó en 1.206.551. Y ese crecimiento del 67,5% ha provocado que se supere ya a los clientes de planes individuales de ahorro sistemático (con 1.205.050 de asegurados). Ya solo se sitúa por detrás de los 3,2 millones registrados en capitales diferidos y los 2,4 millones en rentas vitalicias.
La gran rotación
Queda así en evidencia que productos como los unit-linked han logrado resistir al complejo curso en el que, por la evolución de los mercados y los efectos de la pandemia, el resto de las modalidades que ICEA engloba en los seguros de ahorro/jubilación registraron caídas en el número de asegurados (salvo rentas vitalicias, que también creció un 11%).
Desde el sector indican que esa tendencia que se empieza a detectar refleja cómo “está llegando a España esa gran rotación que se produjo hace años desde los productos de seguro de vida tradicionales hacia otros en los que el tenedor toma el riesgo de la inversión… y cada vez van a tener más importancia”.
En este sentido, insisten en que para llegar a buen puerto la clave está en explicar bien al asegurado que con estos productos corren un riesgo, como con cualquier fondo de inversión. Es decir, el cliente debe tener claro que la rentabilidad no está asegurada, como tampoco lo está el capital.
“Si se respeta esa máxima, irán bien”, indican, recordando algunas malas experiencias como la ocurrida en Holanda, donde los unit-linked se intentaron introducir y finalmente se cancelaron, precisamente, por problemas de protección al consumidor.
Invertir con el seguro
El unit-linked en concreto se estructura en torno a un seguro de vida y parte de la inversión se destina al pago de la prima, mientras que el resto del dinero se utiliza para invertir en una cesta de fondos, siendo el tenedor el que elige la composición de su cartera.
Se trata de un producto con el que las aseguradoras intentan desde hace años competir con los fondos de inversión tradicionales de los gigantes bancarios, en un entorno de tipos de interés en mínimos que también ha obligado al sector a reinventarse para captar clientes interesados en productos de ahorro e inversión.
No obstante, y según advierten desde Mapfre, el crecimiento de este segmento de negocio no implica que las primas del sector vayan a crecer de forma directa, pues se trata más bien de una tendencia de rotación, del trasvase de unos productos a otros.
Los datos del sector reflejan que el crecimiento de estos seguros en los que el tomador asume el riesgo de la inversión, se produce en un momento en el que las primas del negocio de Vida están cayendo un -23,7% a consecuencia del retroceso de las primas de los seguros de Vida ahorro (-28,7%) y del ligero retroceso de los de Vida riesgo (-0,25%).
Y la industria tiene claro que, pese al inicio de la recuperación esperada para este año, las primas van a seguir sufriendo mucho por el contexto económico. “Los efectos de las restricciones derivadas del combate a la pandemia sobre el consumo, el comercio, la hostelería y los negocios relacionados con el turismo siguen afectando de manera particularmente intensa a la economía española y a la renta disponible de las familias”, explican desde Mapfre.
Insisten en que el impacto negativo sobre el empleo, los negocios y la solvencia de hogares y empresas se están trasladando ya al mercado asegurador. La recuperación dependerá, a su juicio, “del ritmo de las vacunaciones hasta alcanzar una inmunización de grupo que permita relajar las medidas adoptadas a consecuencia de los rebrotes”.