Esta semana, España perdía una gran oportunidad para confeccionar una ley que regulase el uso del cannabis con fines terapéuticos y lúdicos. PSOE, PP y Vox votaron en contra de la proposición de Ley de Más País. Una decisión que no afecta al otro gran negocio del cannabis que en España empieza a despuntar y en EEUU mueve 2.000 millones de dólares.
Estamos hablando del negocio del cannabidiol, comúnmente conocido como CBD. Es uno de los cannabinoides que contiene la planta Cannabis Sativa y no es psicoactivo. Es decir, no ‘coloca’ ni produce alteración de la conciencia ni genera dependencia. Se usa para solucionar problemas de dolor crónico, insomnio o ansiedad, entre otras dolencias.
Se trata de un negocio legal en muchos países, entre ellos España. Y lo es principalmente por dos razones: la falta de regulación concreta y la condición a nivel europeo de contener menos de un 0,2% de tetrahidrocannabinol (THC), el compuesto que causa la psicoactividad por el que es famoso el cannabis. Su plantación, por ejemplo, no está permitida. Pero sí su comercialización.
Sin embargo, empresas del sector aseguran que se encuentran en “una especie de vacío legal”. En España, los productos de CBD solo se comercializan como producto cosmético o industrial a pesar de que en muchos casos se consideran suplemento alimenticio, según explican.
Además, una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TUE) en 2020 avala su comercialización. En ella, se aclara que no se puede prohibir comercializar el CBD, un producto legalmente fabricado y comercializado en otros Estados miembros sin riesgo sanitario suficientemente probado.
Industria en España
Este desconocido negocio en nuestro país comienza a crecer a través de empresas a pie de calle que venden este derivado del cannabis de dos formas. O bien como producto de cosmética (cremas y aceites) o bien para ingerir (flores y aceites también).
Esta última es la más buscada por el consumidor, según Jorge Durán, fundador de Serenity, empresa de aceites de CBD premium que nació en plena pandemia de Covid y al calor del auge de esta nueva industria.
La Tía María es uno de los negocios que comercializan flores de cáñamo CBD. Actualmente cuenta con 33 franquicias abiertas en España, la gran mayoría en el norte del país y se han convertido en el mejor ejemplo para explicar el boom de este negocio. “Hace dos meses solo teníamos cinco franquicias. Ahora son 33 y tenemos 15 más pendientes de abrir”, cuentan a EL ESPAÑOL-Invertia Daniel y José, los fundadores de la compañía.
También empieza a ser común escuchar anuncios de televisión de algunas de estas empresas. Tal es el caso de Laboratorios Naturasor, que se alza como la primera industria española en la transformación del cannabis con fines terapéuticos. Desarrolla la línea de uso cosmético y medicinal de productos Origin, entre otros. Productos que entre los deportistas de élite ganan mucha fuerza.
Las empresas de esta industria defienden las propiedades medicinales del CBD: es antiinflamatorio, antioxidante, neuroprotector y contribuye a la relajación psicofísica. Y la mayoría avisan de que estos productos no pretenden ser sustitutivos de cualquier tratamiento médico.
Negocio en EEUU
En España este negocio aún es incipiente aunque el interés crece. “España va por detrás de muchos países. Hay más de 40 países donde está regulado y en Alemania incluso está en gasolineras”, asegura Jorge Durán.
Cierto es que en otros países está más asentado. Por ejemplo, en EEUU ya mueve más de 2.000 millones de dólares y se espera alcanzar los 20.000 millones en 2025, según la consultora especializada en cannabis BDSA.
De hecho, es una industria tan en auge que empresas y personalidades se han subido al carro del CBD. En el primer caso, destaca Moolson Coors, la multinacional cervecera que en España tiene el 51% de La Sagra. Esta ha entrado en una línea de negocio de cerveza de CBD con otra empresa y ya está presente en 17 estados de EEUU. Hasta Coca-Cola llegó a plantearse entrar en el segmento de bebidas de CBD.
En el segundo caso los ejemplos son más abundantes. Justin Bieber anunció que invierte en porros ya liados a los que llama 'Peaches', el nombre de una canción de su álbum más reciente. Y Gwyneth Paltrow y Rosario Dawson participan en el fabricante de bebidas con THC Cann.
Oportunidad política
De vuelta a la proposición de ley que se debatía en el Congreso, desde el Observatorio Español de Cannabis Medicinal creen que es urgente regular el uso médico del cannabis. Primero por los pacientes que lo necesitan y segundo por aflorar el mercado negro que se salta la ley.
“Regular este mercado, desde un punto de vista económico, supone la creación de puestos de trabajo y recaudación de dinero en forma de impuestos”, asegura Cristina Sánchez, portavoz y profesora de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad Complutense de Madrid.
Aunque desde el observatorio no tiran la toalla. A pesar de saber que España va muy por detrás de otros países en este tipo de regulaciones, consideran que nuestro país acabará aprobando una regulación para el uso del cannabis de forma terapéutica por “las evidencias científicas” que existen.
La lista de países que aprueban regulaciones en este sentido crece. El último ha sido Costa Rica, que ha dado luz verde a la legalización del uso del cannabis con fines medicinales y terapéuticos y la del cáñamo para alimentación e industria.
Quizás España se sume más adelante. Pero mientras tanto, el negocio del cannabis que no coloca sigue creciendo en nuestro país.