La reforma de los planes de pensiones no ha dejado a nadie indiferente en el sector financiero. Aunque se valora el intento de fomentar el ahorro privado de cara a la jubilación en el ámbito empresarial, el conocido como "segundo pilar", no se entiende que deba tener como consecuencia el "castigo" que se ha impuesto a los planes de pensiones individuales y el sector asegurador duda de que la reforma vaya a lograr su objetivo de potenciar el ahorro a largo plazo.
"¿Cuál es el incentivo que tiene el empresario para hacer esto? ¿Y cuál es el incentivo que tienen los trabajadores?", se preguntaba este martes Pilar González de Frutos, presidenta de Unespa, en un Encuentro Financiero organizado por KPMG y Expansión, para quien la vía para fomentar las aportaciones de empresa pasa por "coger un trozo del salario inmediato y convertirlo en salario diferido".
En opinión de la presidenta de la patronal del seguro, los españoles van a "necesitar algún empujoncito" para "no consumir hoy y consumir después", un esfuerzo en el que serán necesarios "una política decidida de apoyo, un gobierno que efectivamente esté convencido de la bondad de un ahorro a medio y largo plazo y una gran transparencia sobre la evolución del primer pilar", es decir, del sistema público de pensiones.
Y ese "empujoncito", en su opinión, no va a llegar a través del plan de José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, para impulsar el ahorro privado de cara a la jubilación, que pasa por ampliar el límite máximo de aportación anual para desgravarse en el IRPF desde 8.000 a 8.500 euros en los planes de empleo, al tiempo que se rebaja el umbral de los individuales hasta los 1.500 euros -después de haber bajado ya este año pasado desde 8.000 a 2.000 euros-.
"El pretendido fomento del ahorro en la empresa se hace a costa de la 'desaparición' virtual del apoyo al ahorro individual y esto es justo el camino contrario al que llevan todos los países de nuestro entorno. Aquí no solamente no lo fomentamos, sino que mandamos el mensaje a los ciudadanos de que ahorrar para la jubilación como una decisión individual no es lo correcto", criticó González de Frutos.
Deterioro
De hecho, para la presidenta de Unespa, con esta iniciativa "el ministro de Seguridad Social no arregla lo que es su competencia, que son las pensiones públicas, y deteriora bastante lo que no es de su competencia, que son las pensiones complementarias, el segundo y tercer pilar".
Para González de Frutos, el proyecto diseñado por el Gobierno se limita a introducir un máximo a las comisiones que se pueden cobrar por la gestión de estos planes de empleo, cuando el origen del poco desarrollo de este producto en España no se encuentra precisamente en la gestión ("No es un problema de gestión", insistió).
"Pero no hay nada más" en el plan para lograr que 10 millones de trabajadores se incorporen a este "segundo pilar", como es el objetivo del Gobierno, criticó la presidenta de la patronal del seguro, que cree, "sinceramente, con el proyecto en la mano", que el empresario de una pyme, como puede ser el dueño de un bar, no tiene muchos incentivos para promover este sistema de ahorro para sus trabajadores.
"Y, por el contrario, lo que sí tiene es muchas dificultades que gravitan sobre su negocio: una fiscalidad sobre el empleo bastante importante, que además ya se ha anunciado que va a subir; una revisión del Salario Mínimo Interprofesional (SMI); está anunciada una reforma fiscal que, dada la evolución de nuestras cuentas públicas, claramente debería ser más recaudatoria que otra cosa...", enumeró.
"Desvestir a otro santo"
Más allá de la opinión sectorial, también Ignacio Garralda, presidente de Grupo Mutua, valoró que la reforma tiene cosas positivas, como acercar la edad de jubilación efectiva a la real o trasladar el gasto de las pensiones de viudedad a los Presupuestos.
No obstante, criticó que el Gobierno "para vestir a un santo, que es el de los planes de empleo, ha desvestido a otro, que es el individual", a pesar de que "todo lo que sea apoyar los pilares (el público, el empresarial y el individual) va en la buena dirección". En opinión de Garralda, para fomentar los planes de empleo no es necesario perjudicar a los planes de pensiones individuales.
Y es que, en opinión del directivo, los planes de pensiones de empleo históricamente han tenido un desarrollo inferior al de los individuales debido, principalmente, a dos razones: que no se ha informado correctamente a los ciudadanos de cuál será su pensión de jubilación ("Todo el mundo tiende a ser optimista y cree que tendrá la de sus padres") y que los estímulos fiscales a este producto son "escasos".
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