Vivimos en un mundo cada vez más complejo y competitivo. Los negocios se mueven en un entorno con multitud de riesgos e incertidumbres, en el que cada poco tiempo deben hacer frente a nuevos retos para no quedarse atrás. Y el desafío más importante en estos momentos es el medioambiental, pues la lucha contra el cambio climático ocupa una gran parte de las preocupaciones de empresas y administraciones.

Adaptándose a los nuevos tiempos a lo largo de toda su historia, el grupo ACS ha consolidado un modelo de negocio líder a nivel mundial en su sector, el de la construcción. Lo ha hecho a través de una estrategia basada en la diversificación geográfica y de actividades, pero con unos objetivos claros: optimizar la rentabilidad de los recursos empleados y promoviendo el desarrollo sostenible.

Estos tres pilares le han valido a la compañía un gran crecimiento, que le ha llevado a operar en la actualidad en más de 50 países. La creación de un valor compartido por todos los involucrados en la empresa, desde sus accionistas hasta sus clientes, sirve también para explicar la posición de liderazgo alcanzada. Pero en los últimos años ha habido un elemento clave que ha cobrado cada vez más protagonismo: la sostenibilidad.

Compromiso sostenible

El grupo fijó hace tiempo entre sus objetivos la reducción de emisiones y desde entonces trabaja para la consecución de los compromisos de la Agenda 2030 y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), planteados por la ONU, a través de su actividad en el desarrollo de infraestructuras, de transporte y energéticas, dos sectores que, además, tienen un gran peso en la lucha contra el cambio climático. La contribución de ACS se hace efectiva en los ODS que más relación guardan con su actividad, como pueden ser Energía asequible y no contaminante (Objetivo 7),Trabajo decente y crecimiento económico (Objetivo 8) o Industria, innovación e infraestructura (Objetivo 9).

Estos son los ODS que ACS ha incluido en su plan estratégico.

Así, los esfuerzos del grupo por la sostenibilidad se han materializado en un plan estratégico que agrupa todas las acciones planteadas entre 2021 y 2025 para alinear los objetivos de la compañía con los planteados por la ONU en materia de desarrollo sostenible.

A través de este plan el grupo ACS invierte, por ejemplo, en nuevos proyectos de energía e infraestructura. Las energías renovables son la gran apuesta para alcanzar la descarbonización, de manera que la compañía ha aumentado su cartera de proyectos de energía renovable, que alcanza en estos momentos los 24.668MW en todo el mundo. Un 48% corresponde a energía solar fotovoltaica, otro 48% a energía eólica y el resto lo forman otro tipo de energías renovables.

Respecto a su reparto geográfico, se concentra sobre todo en Europa, ocupando España el 10% de los proyectos de energías renovables y el resto de Europa el 35%. Fuera de estas fronteras, en Latinoamérica se llevan a cabo otro 36% de estos proyectos y un 12% en Norteamérica.

Otras acciones que se han tenido en cuenta en este plan de sostenibilidad son la racionalización de residuos, la disminución del consumo de agua (desde 2020 se ha empezado a reportar el consumo de agua en zonas de estrés hídrico) y el uso eficiente de productos energéticos, para mejorar de forma global el uso de los recursos que el grupo precisa para su actividad.

Asimismo, se están llevando a cabo proyectos de innovación, como la construcción de edificios sostenibles (más de 850 en 2020) y proyectos de I+D para la mejora de la resiliencia y eficiencia energética en las ciudades.

La política de sostenibilidad de ACS mira hacia el futuro, reafirmando su compromiso con la creación de valor compartido con toda la sociedad y comunidades en las que opera en ámbitos tan importantes como la lucha contra el cambio climático. Lo hace acercándose a los recursos locales, favoreciendo la creación de empleo como motor económico y buscando en su entorno soluciones innovadoras y sostenibles para dar respuesta a los grandes desafíos globales.