Wetaca o cómo un cocinillas y un "malcomedor" pasaron de compartir piso a enviar 7.500 'tuppers' a la semana
Los márgenes de beneficios se han reducido un 15% por la inflación en la cesta de la compra.
24 diciembre, 2022 02:36De cocinar los domingos para toda la semana en un piso de estudiantes a enviar más de un millón de pedidos con un surtido variado de 'tuppers' a domicilio. Esta es la historia de Wetaca, el negocio de un cocinillas y su amigo, que malcomía de platos preparados del supermercado.
Los gallegos Efrén Álvarez y Andrés Casal alimentan a 7.500 personas cada semana. Han perdido un 15% de los márgenes de beneficios operativos, aunque han enviado un 30% más de pedidos que el año pasado. "Hemos subido los precios un 10%, pero la comida se ha disparado, al igual que la energía, los combustibles o el packaging", explica Casal a EL ESPAÑOL-Invertia.
Su andadura se inicia en 2015, cuando ambos residían en Madrid. Álvarez había empezado a cocinar en un piso compartido y publicaba sus avances culinarios en un blog hasta participar en la primera edición de MasterChef. Tras ello, hizo prácticas con Jordi Cruz.
[Las suscripciones al 'tupper' a domicilio cogen fuerza con la inflación y la falta de tiempo]
Casal tenía "ingresos limitados" y empezó a comer de platos preparados para no desembolsar "200 o 300 euros al mes en el menú diario". Su amigo le reveló que en la alta cocina se preparaban platos como las salsas, sofritos o caldos en un día a la semana para sacarlos posteriormente en los menús diarios.
"En su piso empezamos a cocinar los domingos para toda la semana, nuestros amigos nos pedían platos hasta que nos decidimos a coger un local y dedicarle todo nuestro tiempo", asegura el cofundador de Wetaca.
Con 90 empleados, tiene su cocina central en Madrid, desde donde prepara platos para toda España, a excepción de Canarias. Por el momento, no tienen programado el aterrizaje en otros países, aunque a medio plazo les gustaría llegar a Francia o Alemania.
Primero empezaron con la opción de platos a la carta y, hace un año y medio, lanzaron el modelo de suscripción semanal que se ha convertido en la opción estrella del negocio. Con el tiempo, buscarán centrarse solo en este modelo, que sugiere semanalmente platos basados en los gustos del cliente.
Este 2022 lo despedirán con una facturación de 13 millones de euros y entrarán en el siguiente año con el reto de alcanzar los 17 millones. Como desafío para la próxima vuelta al calendario, Wetaca se centrará en hacer más saludables sus platos para que tengan mayor equilibrio nutricional.
"Nos hemos enfocado en hacer platos ricos y cocinados como en casa, el cliente nos pide opciones con menos calorías y queremos hacerlos sin que pierdan sabor", explica. Hasta ahora, sus platos más saludables no han tenido tanto éxito como los tradicionales "porque tenían un punto menos de sabor o eran algo menos apetecibles".
Adultos y urbanitas
El 60% de los clientes son personas preocupadas por su alimentación que buscan comer equilibrado. El 25% de los usuarios de Wetaca persiguen perder peso o mejorar su rendimiento deportivo.
Mayoritariamente, se trata de adultos de 25 a 45 años, que residen solos o en pareja en ciudades. Madrid es donde se concentra el mayor número de pedidos, seguida por Barcelona y las ciudades andaluzas de Sevilla y Málaga.
Negocio en auge
Los españoles cada vez demandan más la comida ya lista para consumir. De hecho, el 43% de la población se alimenta una vez por semana de platos preparados del supermercado y el 26% recibe en su hogar algún pedido a través de aplicaciones como Uber o Just Eat.
Estos datos se han incrementado notablemente en los últimos años. En septiembre de 2021, el porcentaje de consumidores que comían platos preparados del supermercado una vez a la semana era del 32% y en solo un año ha crecido un 11% situándose ya en el 43%, según un estudio de la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc).
Este periódico publicó una comparativa sobre cómo ha evolucionado la cesta de la compra de los españoles en 20 años. El consumo de platos preparados era uno de los productos que más había aumentado (un 131% más), hasta alcanzar los 16,77 kilos por hogar al año.