Las tecnologías críticas que Bruselas quiere poner a salvo de China: cuánticas, chips, IA y biotecnología
La lista es la primera pieza de la estrategia de seguridad económica con la que la UE quiere reducir riesgos en su relación con Pekín.
3 octubre, 2023 15:36"La tecnología está ahora mismo en el corazón de la competencia geopolítica y la Unión Europea quiere ser un actor y no un escenario del juego", argumenta la vicepresidenta de la Comisión, Vera Jourova. Bruselas ha publicado este martes la lista de cuatro tecnologías críticas que la UE quiere mantener a salvo de China: semiconductores avanzados, inteligencia artificial, tecnologías cuánticas y biotecnologías.
El documento, la primera pieza de la Estrategia de Seguridad Económica que la Comisión de Ursula von de Leyen presentó en junio, contiene un total de diez tecnologías de riesgo. Pero estas cuatro han sido señaladas por la Comisión de Ursula von der Leyen como particularmente peligrosas si caen en las manos equivocadas o si la UE desarrolla una dependencia excesiva respecto a Pekín.
La gran paradoja es que el Ejecutivo comunitario no nombra en ningún momento directamente a China, aunque nadie en Bruselas tiene ninguna duda de que el régimen de Xi Jinping es el destinatario de esta iniciativa. "Estamos cumpliendo nuestra promesa de reducir los riesgos para la economía europea, identificando 10 áreas de tecnologías que son críticas para nuestra seguridad económica, especialmente debido al riesgo de fusión civil-militar", ha dicho el comisario de Industria, Thierry Breton.
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"Este es un paso importante para nuestra resiliencia. Necesitamos monitorear continuamente nuestras tecnologías críticas, evaluar nuestra exposición a riesgos y, cuando sea necesario, tomar medidas para preservar nuestros intereses estratégicos y nuestra seguridad. Europa se está adaptando a las nuevas realidades geopolíticas, poniendo fin a la era de la ingenuidad y actuando como una verdadera potencia geopolítica", alega Breton.
A la hora de identificar estas cuatro tecnologías de alto riesgo, Bruselas ha utilizado tres criterios: su carácter transformativo a la hora de generar cambios radicales; el riesgo de una fusión civil-militar que socave la paz y la seguridad; y la posibilidad de que puedan utilizarse en la vulneración de derechos humanos o la restricción de libertades fundamentales.
¿Cuáles son ahora los siguientes pasos? El Ejecutivo comunitario pide a los Estados miembros que elaboren de aquí a final de año una evaluación de riesgo colectiva sobre estas cuatro tecnologías críticas, con la participación también del sector privado.
A partir de las conclusiones que se obtengan, Bruselas presentará en primavera de 2024 nuevas iniciativas para afrontar los riesgos detectados. Entre las medidas que podría adoptar la UE se encuentran la introducción de controles o restricciones a la exportación, como ya ha hecho Países Bajos con las máquinas de fabricación de chips que se venden a China.
Pero los Estados miembros pueden optar también por otras soluciones, como impulsar la producción de estas tecnologías en territorio comunitario o colaborar con otros socios fiables para reducir la dependencia respecto a China. Otros países como Estados Unidos, Reino Unido, Japón o Australia ya están adoptando medidas similares, según destaca la Comisión.
"La publicación de la lista de tecnologías críticas constituye una señal clave de la voluntad y la capacidad de la UE para proseguir los esfuerzos de reducción del riesgo de China", explica Agathe Demarais, investigadora del European Council on Foreign Relations. No obstante, ella misma advierte de que pasar de la teoría a la práctica va a ser difícil porque esta cuestión "ha creado división entre los Estados miembros".
"En particular, la economía de Alemania está mucho más expuesta a China que otras economías europeas. Las exportaciones alemanas de productos y servicios a China representan más del 3% del PIB de Alemania, el porcentaje más alto en la UE y el doble de los niveles de Francia, Italia y España. Al mismo tiempo, los países del Este siempre han sido más duros hacia China, lo que se ha agravado por el apoyo implícito de Pekín a la invasión de Rusia a Ucrania", señala la investigadora.
"La fragmentación de la UE no es algo nuevo, hay pocos temas que unan a los europeos. Sin embargo, sin un consenso sobre China, cualquier esfuerzo para reducir riesgos se convertirá en una tarea abrumadora", concluye Demarais.