Ángel Simón, presidente de Agbar.

Ángel Simón, presidente de Agbar. Sara Fernández

Empresas

Ángel Simón, el ingeniero apasionado por la sostenibilidad por el que Fainé apuesta en Criteria Caixa

Criteria Caixa nombra a Ángel Simón nuevo consejero delegado y también tendrá la misión de dirigir el brazo inversor de la Fundación La Caixa.

26 enero, 2024 02:00
Laura Ojea Arturo Criado

Comprometido con la sostenibilidad y el impulso de la acción social en las empresas, Ángel Simón (nacido en Manresa en 1957), se convierte en el nuevo hombre fuerte de Criteria Caixa. Un puesto que compaginará con la presidencia no ejecutiva de Agbar en el que se mantendrá tras ceder las funciones ejecutivas que mantenía hasta el momento. 

Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos siente "una atracción holística por el agua", como él mismo reconoce en su página web. De hecho, la mayor parte de su vida ha estado ligada a ella. Ya en 1989 fue gerente del Área Metropolitana de Barcelona, a propuesta del entonces alcalde Pasqual Maragall. 

Un paso por el sector público en el que se bregó con los problemas de los ciudadanos, y en el que se 'empapó' de la importancia del servicio a las personas. Una experiencia que le fue de gran ayuda a la hora de dar el salto a la vida privada en 1995. Aquel año fue nombrado delegado de Agbar en Barcelona. Y desde entonces, ha permanecido en ella en distintas posiciones. 

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Teniendo "a las personas en el centro" de su filosofía de trabajo, ha ocupado también posiciones en Latinoamérica hasta que en 2002 fue nombrado director general de Agbar. Una carrera que le ha llevado a presidir la compañía y, desde 2013 -con el cambio de accionistas- a ocupar la vicepresidencia ejecutiva de Suez, a cargo de Europa del Sur y América Latina. 

Una carrera vinculada siempre al grupo Criteria Caixa, accionista sempiterno de Agbar. Incluso después de la fusión con Suez y, posteriormente, con Veolia. Movimientos capitaneados siempre por el propio Simón, a la par uno de los hombres fuertes de Isidro Fainé, el máximo patrón de la Fundación La Caixa y de su brazo inversor. 

Ahora, a sus 65 años, este "enamorado de las ciudades y el ambiente el que se mueven las personas que habitan en ellas", tendrá que ponerse al frente de Criteria Caixa. Lo hará con un objetivo claro: que el holding patrimonial (actualmente valorado en 26.000 millones) se revalorice para conseguir mayor rentabilidad y sostener la obra social de la Fundación. 

Su llegada a Criteria Caixa supondrá un giro en la gestión de un grupo que tiene un marcado perfil conservador. Aunque no podrá pegar un gran golpe de timón y lanzarse a grandes operaciones corporativas, en 'la casa' están convencidos de que su llegada supondrá la llegada de una nueva estrategia. 

Ángel Simón durante una intervención en un desayuno de CEDE.

Ángel Simón durante una intervención en un desayuno de CEDE. angelsimon.com

El perfil de Simón es, sin duda, toda una declaración de intenciones: la apuesta por la sostenibilidad, las infraestructuras en España, Europa y Latinoamérica, pero también con posibilidad de rotar activos cuando sea necesario.

Basta, por ejemplo, ver su papel esencial en la fusión Agbar - Suez y, posteriormente, Suez - Veolia, en donde ha ocupado hasta ahora el papel de vicepresidente ejecutivo para España, Sur de Europa y Latam. O las desinversiones llevadas a cabo por la propia Agbar. 

Cuando llegue a su nuevo despacho, sobre la mesa se encontrará varias carpetas con el sello de urgente. La situación en Telefónica tras la entrada de la saudí STC y el Gobierno; o la de Naturgy, donde la actual ‘paz’ social entre Criteria Caixa, IFM, CVC y GIP puede saltar por los aires en cualquier momento. Todo pendiente ahora de que el Gobierno decida si debe o no autorizar la compra de este último fondo por parte de BlackRock. 

Todo ello por no hablar de la venta de Saba, compañía de aparcamientos, que lleva enquistada año y medio. Su experiencia internacional y sus contactos en Europa y Latinoamérica serán útiles para lograr cerrar un proceso que ya empieza a urgir y cuyo valor puede alcanzar los 700 millones de euros.

Discreto en lo personal, Ángel Simón no duda en exponerse en público cuando hace falta y no rehúye ningún debate. Una cualidad que también ha sido muy bien valorada a la hora de que Fainé se decantara por él. 

En su nuevo rol tendrá que salir a defender aquellos debates en los que Criteria Caixa tenga que dar su visión, pero también fajarse en el día a día de todas aquellas cuestiones con derivadas políticas, como pueden ser los casos de Telefónica o Naturgy.

Su figura se puede considerar un ‘respaldo’ a Fainé, que en los últimos años se ha fajado -en público y en privado- en defensa de los intereses propios y de España. Muestra de ello es el empeño en la compra permanente de acciones de Telefónica para mantener un ‘núcleo duro de españolidad’. O su pelea por mantener el control en Naturgy, con Francisco Reynés al frente pese a los embates de los fondos de inversión. Ahora, será él quien tenga que dar la batalla. 

Precisamente, su experiencia empresarial lo convierte en la persona adecuada para gestionar esas cuestiones. Quienes le conocen aseguran que no necesita alzar la voz, y que su habilidad para moverse en los círculos políticos es muy elevada. Una cualidad muy adecuada para el puesto que va a ocupar. 

Otro gran atributo, muy apreciado por Fainé, es su carácter apolítico. Si bien hay quien quiere vincularlo con el PSC, no está ni de lejos en la órbita política. Ahora bien, sí exhibe cierta sintonía.

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Esa posición es relevante en un contexto tan polarizado como el actual, y en el que Junts presiona para que las empresas que se fueron de Cataluña tras el 1-O vuelvan. Ahora será él otro de los muros de contención para evitar que el independentismo trate de aprovechar alguna fisura para hacerse con su mayor ‘objeto de deseo’: el entorno Caixa.

Una tarea hercúlea la que tiene Simón por delante, pero para la que tiene un objetivo claro: lograr que la Fundación La Caixa siga cerrando año tras año presupuestos récord para luchar contra la desigualdad y la pobreza.

Veremos si le queda tiempo para disfrutar de Menorca o Gran Canaria, islas por las que siente una gran pasión. Pero también de la "sensación de libertad que se siente al leer un buen libro".