Fábrica de Talgo en Álava.

Fábrica de Talgo en Álava. Iñaki Berasaluce Europa Press

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Operación arraigo: Gobierno y empresarios vascos se unen para retener a Talgo y Uvesco en Euskadi tras el éxito de ITP

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Ser una empresa con origen vasco tiene un plus si necesitas un comprador o un socio. Y lo tiene porque el Gobierno de Euskadi premia el arraigo de estas sociedades y sale al rescate de cualquiera de ellas, como ya ocurrió con ITP. El éxito de esta operación es el mismo -o al menos parecido- que el que se quiere tener con Talgo y Uvesco (BM Supermercados).

Tanto el fabricante de trenes como el grupo de supermercados se encuentran en una situación parecida: uno de los fondos quiere salir de su capital y dar entrada a otros socios. En ambos casos, las ofertas por parte de compañías extranjeras han activado el interés de empresarios vascos y del propio Gobierno del País Vasco para plantear otras alternativas.

En el caso de Talgo, el grupo vasco Sidenor comunicó esta semana su intención de comprar la totalidad o una parte de la compañía. Esa parte podría alcanzar el 29,9% para evitar tener que lanzar una opa. Su entrada permitiría la salida del fondo Trilantic, que controla un 40% y lleva tiempo interesado en vender su participación. 

El Gobierno vasco también podría entrar en la operación a través del fondo Finkatuz, un instrumento financiero gestionado por el Instituto Vasco de Finanzas (IVF) y que se creó en la época de Iñigo Urkullu para mantener el arraigo de las empresas vascas.

Un arraigo que también se traduce en empleo y prosperidad económica. No hay que olvidar que Talgo cuenta con una fábrica en Rivabellosa (Álava) que da trabajo a 700 personas.

De momento sólo se sabe que respalda oficialmente la operación, pero no está confirmado si entrará y, si lo hace, con qué participación. En otras operaciones empresariales ha participado con porcentajes de entre el 3% y el 5%, pero podrían alcanzar hasta el 10%, señalan fuentes del sector. La ecuación la completaría la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). 

Así que aquí el pastel se reparte entre una empresa vasca (Sidenor), el Gobierno vasco y el español. Una jugada que sería vista con buenos ojos por el Ejecutivo de Pedro Sánchez, que rechazó la opa del consorcio húngaro Magyar Vagon sobre Talgo. La operación valoraba el fabricante de trenes español en 620 millones de euros. Alegó razones de seguridad nacional

Diferentes fuentes del mercado consultadas por este periódico reconocen que esta podría ser la “oferta buena”, aunque es verdad que habría que ver el precio que se ofrece y si convence a los accionistas.

Antes de esto, el Consejo de Administración de Talgo rechazó la oferta de fusión de la checa Skoda. Y el Gobierno polaco también ha mostrado interés en el fabricante español, pero sin lanzar una oferta en firme. Por lo que en Europa hay ganas de quedarse con Talgo.

“Talgo no necesita ser salvado, sino que necesita un socio que le ayude a dar salida a todos los pedidos que tiene”, explican a este periódico fuentes del sector. La compañía tiene que hacer frente a una cartera de pedidos que supera los 4.000 millones de euros. De ellos, el 80% son para proyectos internacionales.

En concreto, más de 2.100 millones corresponden a los exigentes mercados de Alemania, con los proyectos Intercity desarrollados para Deutsche Bahn, y Dinamarca, para DSB. Además, el tren está en un momento de auge en el Viejo Continente y el fabricante es puntero en alta velocidad.

BM Supermercados

Algo parecido pasa con el grupo Uvesco (que controla la cadena BM Supermercados y Amara). En 2021, PAI Partners, una de las principales firmas europeas de private equity, entró con una participación mayoritaria en el capital de Uvesco.

Ahora, el fondo se quiere ir. Desde hace meses, Carrefour ha mostrado interés por hacerse con la compañía en una operación que podría alcanzar los 700 millones. De hecho, están en “negociaciones avanzadas”, según ha podido saber este medio. 

Un supermercado BM en Irún (Guipúzcoa).

Un supermercado BM en Irún (Guipúzcoa). BM Supermercados

Pero un grupo de empresarios vascos prepara una oferta competidora por Uvesco para mantener el arraigo de esta entidad y evitar que caiga en manos de la cadena gala, según publicó El Correo. Aquí, el Gobierno vasco ha admitido “conversaciones discretas” para frenar la compra por parte de Carrefour.

Así que la alternativa se está intentando, la cuestión es saber si llega con tiempo suficiente para frenar las negociaciones con Carrefour, señalan fuentes del sector. Se trata de una operación de gran calado que permitiría a los galos crecer más en España y afianzar su posición de segundo distribuidor (sólo por detrás de Mercadona). 

Y a su vez genera mucha incertidumbre sobre el futuro de la cadena vasca, que teme que los cambios acaben con su modelo de negocio basado en la proximidad.

Estas dos operaciones en las que el tejido empresarial vasco y el Gobierno de Euskadi están inmersas quieren mirarse en el espejo de ITP. La firma de motores para aviación fue adquirida por el fondo Bain, y el Ejecutivo le puso como condición crear un grupo de accionistas españoles.

Así, en el capital de ITP entró el Gobierno vasco, JB Capital, la compañía familiar guipuzcoana Sapa Placencia y, sobre todo, Indra, que compró el 9,5%.