“Es un problema de confianza, pocos se creen que la entidad pueda acercarse a sus objetivos tras estos resultados”. Estas palabras de Albert Enguix, analista fundamental de GVC Gaesco, resumen a la perfección el sentir del mercado sobre Banco Sabadell, que se ha hundido un 14% en bolsa desde que el pasado 31 de enero anunciase un descenso del 54% en su beneficio de 2018, hasta los 328 millones de euros. 

Salvo el cierre positivo del miércoles, la entidad acumulaba siete sesiones consecutivas de fuertes descensos, y este jueves volvió a perder más de un 3%. El consenso de analistas ha rebajado bruscamente el precio objetivo del banco. Eso sí, aún le otorga un potencial alcista de más del 60% hasta los 1,41 euros, desde los 0,86 a los que cotiza la entidad.

Pero, ¿a qué se debe esta reacción? “Esperábamos la brusca caída del beneficio, pero las principales partidas de la cuenta de pérdidas y ganancias muestran más signos de debilidad debido a la fuerte caída de los ingresos por trading (-63%), la presión en los márgenes de explotación (-33,5%) y los gastos extraordinarios”, advierte Rafael Alonso, analista de Bankinter.

“El castigo a la cotización es normal”, insisten desde otra casa de análisis. Recuerdan que “Sabadell compró TSB por 2.350 millones de euros, más una ampliación de capital de 1.600 millones”. Estas cifras pueden resultar ahora abultadas en comparación con los poco más de 4.900 millones que el banco de origen catalán vale hoy en bolsa, tras dejarse un 14% en lo que va de año, que se suma al desplome de casi el 40% sufrido en 2018.

DUDAS SOBRE LOS INGRESOS

Los inversores no perdonan el enorme coste que la crisis tecnológica de TSB ha tenido en el banco presidido por Josep Oliú. En concreto, 460 millones de euros que impidieron al Sabadell ganar 783,3 millones de euros excluyendo esos impactos extraordinarios. “Ha sido una batalla que nos ha costado mucho dinero”, reconocía el propio Oliú en la presentación de resultados anuales del banco del pasado viernes. 

“Las dudas del mercado se centran en un tema de confianza sobre la evolución de los ingresos y el margen de intermediación”, insisten desde GVC Gaesco. Recuerdan que los ingresos por comisiones han crecido porque la entidad ha desplazado a muchos de sus clientes a fondos de inversión. “Eso está muy bien, pero no sirve de nada si no mejoras el margen de intermediación en un entorno de tipos de interés en mínimos”, indican. Gisela Turazzini, CEO de BlackBird, coincide en señalar la mejora de las comisiones, “pero en el lado negativo está la caída en las operaciones financieras (-60%) o la caída en un 79,5% de una menor aportación de los dividendos de participadas”, advierte. 

El analista Albert Enguix considera que, al final, “el mercado solo se fija en cuáles son tus ingresos, en cómo vas a sobrevivir”. Los expertos lo tienen claro. “Los directivos del banco nos dicen que piensan incrementarlos con los préstamos a pymes”, explican. Pero advierten de que esa estrategia “es un ejercicio de ‘suma cero’, porque este segmento se desarrolla en un entorno muy competitivo y tienes que ser mucho más agresivo que el resto para cumplir tus objetivos, también en la parte de comisiones”. Además, el de los créditos a pymes ha sido históricamente un mercado más ‘fallido’, incrementando el riesgo de morosidad para el banco. 

Desde GVC Gaesco consideran, además, que el problema no viene solo de ahora ni solo por cuestiones tecnológicas. Recuerdan que la filial británica del Sabadell está íntimamente ligada al negocio de las hipotecas, “que en Reino Unido está cayendo a plomo, y no es fácil generar ingresos en un negocio así y tan competitivo, con muchísimos bancos operando”. 

MENOR EN RENTABILIDAD

 “Las cuentas nos dicen que es prácticamente imposible que la entidad cumpla con sus objetivos”, insiste un gestor de fondos nacional que cuenta con fuerte exposición al banco, en referencia al retraso en el Plan Estratégico que la entidad pensaba culminar en 2020. Albert Enguix recuerda que Sabadell aspiraba a una cifra de rentabilidad de doble dígito el próximo año, por encima del coste de capital, que se estima en un 10% para la banca española. Sin embargo, su rentabilidad sobre recursos propios (ROE) se hundió del 6,1% al 2,6% en 2018. 

No solo preocupa el coste de la migración tecnológica. Las dudas en torno a cómo evolucionarán las negociaciones por el Brexit pesan, y mucho, en el ánimo de los inversores. “El equipo directivo no sabe muy bien lo que va a pasar, pero les preocupa que, si hay un Brexit duro, se encontrarán con que son dueños de un banco fuera de los mecanismos de supervisión bancaria”, advierten fuentes consultadas. 

LA REDUCCIÓN DE ACTIVOS TÓXICOS, EL PUNTO A FAVOR

Los expertos consideran que la reducción de activos problemáticos ha sido el gran logro del Sabadell en los últimos meses. “Apenas representan ya el 1,8% del balance del banco tras una reducción de 7.800 millones de euros”, indica Rafael Alonso desde Bankinter. Del mismo modo, la morosidad de la entidad ha descendido al 4,22% desde el 5,14% de hace un año, con una tasa de cobertura “que parece adecuada al situarse en el 54% frente al 57,4% del tercer trimestre de 2018”.

Más pesimista se muestra Gisela Turazzini desde BlackBird. “La caída de la morosidad es una buena noticia, pero el banco debería mejorar la ratio de cobertura sobre dudosos, que es lo que realmente aporta riesgo al Sabadell”, advierte, y menciona como ejemplo que BBVA tiene una ratio de cobertura del 73%.

En este complejo escenario, los próximos resultados de la entidad serán determinantes para comprobar si, efectivamente, el Sabadell ha aflorado todos sus problemas en las cuentas de 2018.

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