La caída del beneficio y el 'caso Orcel' marcarán los resultados del Santander
- Las previsiones apuntan a un beneficio un 16% inferior al del primer semestre de 2018
- Los expertos contemplan un aumento de las provisiones por riesgos de litigios
Noticias relacionadas
Semana clave para los inversores. Quizá, la más importante antes de cerrar las maletas e irse de vacaciones. La banca inicia este martes su presentación de resultados semestrales y lo hace por todo lo alto, con Banco Santander como el primero en rendir cuentas al mercado.
Será un día de lo más ajetreado para la entidad comandada por Ana Botín que, por la mañana y tras presentar sus cuentas al mercado, celebrará su junta extraordinaria en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Santander para aprobar una ampliación de capital con la que financiará la compra del 25% que aún no posee de su filial mexicana.
El encuentro será, además, la ocasión perfecta para que los accionistas conozcan de primera mano las novedades judiciales por el fichaje frustrado de Andrea Orcel, que amenaza con aumentar las provisiones por litigios del banco, que según su Memoria Anual de 2018, ascienden a unos 3.174 millones de euros.
El conflicto se recrudeció a mediados de enero, cuando la entidad dio marcha atrás en el nombramiento del banquero de inversión por su “coste inaceptable”, tal y como anunció entonces la propia Ana Botín. Orcel ya ha demandado al Santander, al que reclama más de 100 millones de euros para, entre otras cosas, compensar su salida de UBS y obtener la ‘carta de libertad’ del banco suizo para poder trabajar en otras entidades.
El ‘lío judicial’ será protagonista de la junta y de la posterior presentación de cuentas ante los medios. Sobre todo porque el propio Banco de España lleva meses advirtiendo del coste de los litigios como uno de los principales riesgos para el sector. No solo por el posible aumento de provisiones para hacer frente a este tipo de procesos, sino también por su impacto en la reputación.
SANTANDER, EN NÚMEROS
Los números tampoco dejarán grandes alegrías en la presentación de cuentas de la entidad. El consenso de analistas de Thomson Reuters estima que la entidad presentará un beneficio de 1.320 millones de euros en el segundo trimestre. La cifra se quedaría así por debajo de los 1.840 millones del primer trimestre y también de los 1.698 millones de euros que ganó en el mismo periodo del año anterior.
Así, las previsiones para el conjunto de los seis primeros meses del año apuntan a un beneficio de 3.160 millones, un 15,7% menos que los 3.752 millones de euros que la entidad ganó en el primer semestre de 2018.
Nuria Álvarez, analista de Renta 4 Banco, considera que los datos recogerán una serie de extraordinarios negativos, entre los que se encuentran esas “nuevas provisiones por litigios y los Payment Protection Insurance (PPI) en Reino Unido”, así como los gastos de reestructuración asociados al programa de bajas incentivas tras la integración del Popular. “Habrá que esperar al cuarto trimestre para compensar estos impactos con las plusvalías pendientes de reconocer fruto del acuerdo con Credit Agricole, que asciende a 700 millones de euros”, indica la experta.
Estos extraordinarios, junto con los impactos regulatorios pendientes de absorber, podrían llevar al nivel de capital CET 1 ‘fully loaded’ de la entidad por debajo del 10%, frente al 11,25% alcanzado en el primer trimestre del año. El banco, en su plan estratégico, mantiene la guía de entre el 11% y el 12% para este año. “Lo más importante es que en la segunda mitad del año sea capaz de mantener la generación orgánica de capital en 10 puntos básicos”, explican los analistas.
DIFÍCIL ESCENARIO EN BOLSA
Las dificultades por las que está atravesando el sector para generar rentabilidad y capital en un entorno de tipos de interés en mínimos es uno de los factores que ha provocado la huida de los inversores de estos valores en las últimas semanas. En el caso concreto del Santander, la entidad sigue haciendo equilibrios para mantener los 4 euros por acción.
No lo tendrá fácil. En las últimas semanas, especialmente desde que se rumorea con la posibilidad de nuevos estímulos por parte del Banco Central Europeo (BCE), numerosas casas de análisis han recortado de forma brusca el precio objetivo de la entidad. Ahora, el consenso lo sitúa en los 4,91 euros por acción, por primera vez en años por debajo de los 5 euros por acción. El valor cotiza con un precio de valor en libros de 0,65 veces y a punto de entrar en negativo en 2019.