La banca lleva meses buscando fórmulas para compensar el impacto de los tipos de interés en mínimos, con los de depósito en negativo. La mayoría de las entidades han apostado por empezar a cobrar por sus depósitos a los clientes institucionales y corporativos, e incluso algunos como Bankia han abierto el espectro a determinados clientes de banca privada.
En este escenario, el consejero delegado de Banco Santander, José Antonio Álvarez, ha confirmado que la entidad también cobra desde hace tiempo a institucionales y grandes corporaciones. “Probablemente tengamos que ampliar la medida a los depósitos no operativos de los grandes clientes", ha indicado el directivo durante la presentación de resultados del banco. Álvarez asegura que aún no hay ninguna decisión tomada, pero no ha descartado la posibilidad de aplicar un sistema escalonado como el que establece el Banco Central Europeo (BCE) para el sector.
Álvarez sí ha querido dejar claro que cualquier medida en esta dirección no afectará a los clientes particulares minoristas. "Con el actual nivel de los tipos de depósito en el -0,50% no llegará al 'retail', no lo veo", asegura el banquero, que también ha se mostrado algo crítico con las medidas del organismo monetario para 'compensar' el impacto de los tipos negativos. “El ‘tiering’ no compensa el paso del -0,40% al -0,50%... está bien, pero nos gustaría algo más”, ha criticado el consejero delegado de la entidad, recordando que “cada 100 puntos básicos de movimiento de la curva, tendríamos 1.300 millones de euros más en ingresos”.
Desde la entidad cántabra aseguran, además, que no cobrarán nuevas comisiones a sus clientes en el actual escenario de tipos. “Las comisiones deben reflejar el servicio que se presta”, asegura Álvarez, descartando también aplicar costes a servicios que actualmente son gratuitos, como ya hacen otros competidores en determinadas operaciones en oficina.
NEGOCIO EN REINO UNIDO Y ESPAÑA
Banco Santander ha presentado este miércoles sus resultados trimestrales, marcados por el ajuste contable de 1.500 millones de euros aplicado en su filial británica, anunciado ya a finales de septiembre. Con este y otros cargos extraordinarios, el banco cántabro ganó hasta septiembre 3.732 millones de euros, un 35% menos que en el mismo periodo de 2018. Entre julio y septiembre, las ganancias alcanzan los 501 millones, por encima de los 455 millones esperados por el mercado, pero claramente por debajo de los 1.990 millones del tercer trimestre de 2018.
Pese a las dificultades, Álvarez ha destacado la capacidad del Santander para generar resultados, en un momento de “desaceleración económica en el que los bancos centrales han respondido con rebajas de tipos de interés en nuestros principales mercados”. Brasil se ha convertido en este entorno en la principal apuesta del Grupo para ‘compensar’ la desaceleración en otros países, con una rentabilidad del 22% en la región.
En España, con un beneficio ordinario de 1.185 millones hasta septiembre (+3%), Santander destaca el aumento de su actividad en el sector consumo, así como en empresas y en TPVs. Sin embargo, esta mejora no se ha reflejado en el crecimiento del crédito en el país, por la contracción del mercado hipotecario. “La producción es buena, pero no compensa la amortización de los préstamos en cartera”, indican desde la entidad. Álvarez advierte que “la actividad se ha ralentizado en un momento en el que los procesos de formalización son más largos”, explica en referencia a la nueva Ley Hipotecaria.
Respecto a la actividad comercial en un entorno de tipos de interés en mínimos, “la situación competitiva es intensa y hay segmentos de mercado en los que hemos caído porque el capital no está siendo remunerado”. Sin embargo, descarta entrar en una guerra de precios en el sector. “No vamos a comportarnos de forma irracional”, ha asegurado Álvarez.
CAPITAL Y DIVIDENDOS
El difícil entorno macroeconómico que anticipa Banco Santander para el próximo año ha puesto sobre la mesa ciertas dudas sobre la capacidad de la entidad de generar el capital suficiente para pagar los dividendos comprometidos con los accionistas. Mucho más después de su decisión de suspender la promesa de pagar todo su dividendo en efectivo.
Con una ratio de capital del 11,3% a cierre de septiembre, el banco calcula que en en los próximos meses, y hasta el cierre de 2020, habrá todavía un impacto regulatorio en el capital de unos 20 o 30 puntos básicos. Sin embargo, en su hoja de ruta la entidad esperar generar, de media, 10 puntos básicos al trimestre, dentro del objetivo establecido entre el 11% y el 12% en su Plan Estratégico presentado el pasado abril.
Aunque reconoce que “no estamos satisfechos con la evolución del precio de la acción”, la entidad mantiene su compromiso de ‘pay out’ (porcentaje de beneficios destinado a dividendo) de entre el 40% y el 50%. “Es la política correcta y vamos a seguir con ella”, aseguran desde la entidad, que en el cuarto trimestre del año incorporará a sus cuentas una plusvalía de 700 millones gracias al acuerdo con Crédit Agricole.