Cierre de sucursales y teletrabajo, moratorias en hipotecas y préstamos al consumo, donaciones, suspensión de dividendos y de bonus de directivos, cambios en las políticas de comisiones… por no hablar de la prácticamente nula comercialización de productos financieros.
Los bancos se enfrentan en apenas tres semanas a una nueva ronda de resultados en un escenario de incertidumbre sin precedentes. Las previsiones de los equipos directivos siguen en ‘stand by’ y también la de la mayoría de los analistas, que a estas alturas del año ya suelen tener publicadas sus estimaciones para los tres primeros meses del año.
Algunas firmas internacionales sí se han atrevido a cifrar el impacto del coronavirus en el beneficio de la banca para el conjunto de 2020. Bank of America, por ejemplo, anticipa un resultado bruto de unos 21.000 millones de euros para las seis grandes del Ibex, un 16% menos que en 2019. Otras como Goldman Sachs han ido un paso más allá y consideran que Bankia o Sabadell podrían ver su beneficio por acción entrar en números rojos.
Defensa de la solvencia
Desde el sector llevan semanas defendiendo su fortaleza de balance y capital. Preparados para enfrentarse a lo peor. Pero toda precaución es poca en un momento en el que, además de los bajos tipos de interés, la industria tendrá que luchar contra la paralización de los ingresos y el previsible aumento de los impagos, que de momento no tendrán que provisionar, de las empresas que han sido golpeadas por la crisis.
De momento, Banco Santander ha sido el único que ha ofrecido una previsión de impacto, con una caída del beneficio del 5% para el conjunto de 2020 con un escenario de recuperación en ‘V’, algo que de momento está por ver. Sin embargo, la entidad lanzó esta estimación a mediados de marzo, cuando lo peor de la crisis aún no había pasado.
Fuentes consultadas indican que el 28 de abril, durante la presentación de cuentas del primer trimestre, podría ofrecer una nueva guía en este sentido. Sin embargo, descartan que los bancos sean capaces de detallar la evolución del beneficio, “cuando ni siquiera saben todavía lo que va a durar la crisis”.
Desde Banco Santander indican, no obstante, que no esperan daños graves por el virus en el beneficio del primer trimestre. “Al final, lo fuerte de la crisis se ha desarrollado en apenas nueve días de marzo, y el negocio se comportó con normalidad en enero y febrero”, indican desde la entidad.
Sin daños abultados
La misma expectativa manejan desde el resto de entidades consultadas, donde aún no tienen previsiones detalladas sobre el conjunto del año, pero coinciden en que el primer trimestre “no será malo” para el sector.
Banco Sabadell será el encargado de inaugurar las presentaciones el 28 de abril que, previsiblemente, también se desarrollará de forma telemática. Igual que la de Bankia,que se celebrará el 29 de abril.
El mercado seguirá muy de cerca esta presentación pues, además del impacto de la crisis, Bankia también es la entidad más expuesta a los tipos negativos aplicados por el Banco Central Europeo (BCE). “Aún es pronto para determinar cómo afectará a nuestra rentabilidad, pues estamos ante una situación sin precedentes y es difícil calibrar su intensidad y persistencia”, indican desde la entidad.
No obstante, coinciden con el resto de bancos en que los niveles de actividad registrados en los dos primeros meses de 2020 “están muy en línea con lo previsto”, por lo que no esperan un fuerte revés del coronavirus en las cuentas del primer trimestre.
Visión de futuro
“El efecto de la crisis del Covid-19 en trimestres posteriores estará en función de su evolución y del éxito, tanto de las medidas para su contención como de las actuaciones en materia de política económica que se están adoptando por parte de las autoridades nacionales y europeas”, indican desde otra entidad financiera nacional.
En todo caso, ninguno de los bancos consultados descarta por completo que el shock económico que pueda generarse tenga impacto en los resultados e incluso en los niveles de solvencia, aunque sin duda la posición de capital de la banca es ahora más fuerte que hace años, a pesar de seguir a la cola de Europa.
Bankia, por ejemplo, contaba a cierre de 2019 con una CET1 phase-in del 14,32%, lo que implica un exceso de más de 500 puntos básicos sobre los requerimientos mínimos de capital comunicados por el supervisor para 2019. Asimismo, al cierre del pasado ejercicio, el grupo contaba con activos líquidos por más de 33.000 millones de euros. “Estas fortalezas nos proporcionan un colchón amplio para afrontar las consecuencias que puedan derivarse de los escenarios más adversos”, aseguran.
Ante la nueva situación, el recorte y cancelación de dividendos con cargo a 2019, y los posibles que vengan para este ejercicio como ya ha hecho Banco Santander, servirán para que las entidades sigan dando crédito a los afectados por la crisis sin dañar en exceso su solvencia. Aún así, los expertos como Fernando de la Mora, director de Álvarez y Marsal, tienen claro que “la gestión del riesgo de crédito en los próximos meses será crítica” para aminorar el impacto de la crisis en el beneficio del conjunto del año… y de los siguientes.