La crisis económica derivada del coronavirus se ha convertido en el gran riesgo para el sector bancario, que lleva años lastrando el peso de los tipos negativos establecidos por los bancos centrales. El sector en bloque prevé una caída de los ingresos por negocios como las hipotecas o los préstamos al consumo y ahora se apoyan en la financiación empresarial para tratar de ‘compensar’ el escenario que se avecina.
Esta situación ha obligado a las entidades a empezar a provisionar desde ya el esperado incremento del riesgo de crédito, ante los impagos que llegarán una vez pasadas las moratorias establecidas para ayudar a los afectados por la crisis, tanto por parte del Gobierno como de los propios bancos.
Pero hay otro factor de riesgo para las cuentas de las entidades que, sin hacer mucho ruido, también preocupa desde hace meses en las cúpulas directivas del sector. Incluso antes de que la crisis estallase… y ahora todavía más. Se trata del riesgo del mercado y de la fuerte volatilidad que ha dejado sonoras caídas en las cotizaciones de algunas empresas en la bolsa española en las que los grandes bancos mantienen participaciones elevadas.
Preocupación por los dividendos
Esta parte del negocio no solo depende de que la cotización de estas empresas vaya bien en el día a día. Los bancos suelen compensar las pérdidas de sus participadas en bolsa con los ingresos por dividendos que perciben. Pero ahora, esta pata tampoco es segura en un momento en el que muchas compañías estudian fórmulas para mantener su retribución al accionista sin dañar su caja en exceso ante el escenario actual.
Y si las políticas de dividendos cambian, los resultados de los bancos que participan en estas compañías también lo harán, pues estos ingresos han sido una parte muy importante del beneficio de algunas entidades en los últimos años. Un ejemplo. Hace dos años, BBVA se vio obligado a ajustar sus cuentas de 2017 tras cifrar en 1.123 millones de euros las minusvalías de su participación en Telefónica ante la caída en bolsa del valor.
“Claro que preocupa, las caídas en bolsa afectan a la confianza de los accionistas, que además de ver cómo se han suspendido o rebajado dividendos en el sector, tienen que sufrir el impacto en los resultados de la caída de las participadas”, indican fuentes financieras.
“La volatilidad que ahora puede ser el mejor amigo del negocio de trading tiene esa doble cara, pero no esperamos grandes impactos por la caída del valor de nuestras participadas industriales”, indican desde una entidad consultada.
Riesgo de caída
Es cierto. Las pérdidas de las participadas de los bancos en la bolsa española no implican, de momento, ningún drama para el sector. Pero sí empiezan a preocupar entre las entidades. CaixaBank ya ha reconocido este riesgo en su último folleto continuado, remitido la pasada semana a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
En el documento, la entidad indica que “en el ámbito de los riesgos vinculados a la evolución de los mercados, incluyendo las carteras de inversión en instrumentos de deuda y las participadas accionariales, la materialidad de estos podría aumentar significativamente como consecuencia de los elevados niveles de volatilidad observada en los mercados financieros globales”. En este sentido, destaca también “el riesgo de caídas relevantes en la cotización de las acciones u otros títulos emitidos por CaixaBank”.
Desde las entidades consultadas insisten en que uno de los desencadenantes de la volatilidad del mercado es, precisamente, “el desconocimiento del impacto exacto de la crisis para cada uno de los riesgos que afronta la banca, más allá del parón económico, como los impagos en la morosidad o la solvencia del sector”. “Las perspectivas macroeconómicas han empeorado de forma notable pero, en este momento, también son previsiones difíciles de cerrar”, insisten.
En este sentido, los tres grandes bancos del Ibex con participación en cotizadas en la bolsa española han visto cómo el valor de esta parte de su cartera se ha reducido casi a la mitad, como consecuencia de la caída del mercado este año. En concreto, el valor de las inversiones que Banco Santander, BBVA y CaixaBank mantienen en acciones de cotizadas en el parqué nacional asciende a 3.821 millones de euros, frente a los 6.300 millones de euros a cierre de 2019. Es decir, un 40% menos.
Cotizada a cotizada
Por valor de mercado, y solo teniendo en cuenta la evolución de las cotizaciones sin la ‘compensación’ del dividendo, BBVA ha sido el principal damnificado este año. El valor de sus inversiones ha caído en unos 940 millones de euros este año, al pasar de los 2.536 millones a los 1.596,2 millones de euros, a precios de cierre del lunes.
La entidad mantiene una participación del 6,96% en el capital de Telefónica que, a precios actuales y sin contar el impacto positivo de los dividendos, supondría un valor de 1.434 millones de euros. A finales de 2019, esa participación valía 2.251 millones de euros.
BBVA también cuenta con un 14,87% en Tubos Reunidos y con un 20,84% en Metrovacesa. La caída de las dos cotizadas ha supuesto 'minusvalías' de unos 1,4 millones y 122 millones de euros, respectivamente.
La situación se repite en Banco Santander. Su inversión directa en cotizadas de la bolsa española ha caído en más de 906 millones de euros este año, al pasar de 2.096 millones a cierre de 2019 a los 1.189 millones de euros actuales. La entidad tiene participaciones en Metrovacesa (un (49,36%), en Compañía Española de Viviendas en Alquiler (24,06%), Merlin Properties (22,26%), General Alquiler de Maquinaria (4,47%) y Prisa (4,14%).
Por su parte, CaixaBank aún mantiene una participación del 5,01% en Telefónica, con un valor de mercado de 1.032 millones de euros, y un 4,99% en Deoleo, por 3,08 millones de euros. En total, un valor de 1.035 millones a precios de mercado.
La cifra supone 586 millones de euros menos que el valor de estas participaciones a cierre del pasado año. Y eso sin contar con las pérdidas que también ha sufrido Criteria con su participación en Naturgy, en la que posee un 24,4% o Telefónica (1,2%). Al holding le salva su apuesta por Cellnex, donde mantiene un 5,2% que supone un valor de mercado de 987 millones de euros, frente a los 769 millones de cierre de 2019 después de que la cotizada se haya revalorizado un 28%.