El Banco de España ha advertido este lunes de que las medidas que se adopten para paliar los efectos de esta crisis tendrán que acompañarse del diseño de un programa de consolidación fiscal de medio plazo que reduzca los desequilibrios de las finanzas públicas españolas una vez que se deje atrás la pandemia.
En su Informe de Estabilidad Financiera de primavera, la institución ha recordado que es el momento de la “política fiscal” para combatir esta crisis y ha apuntado a medidas como la garantía de las rentas de hogares y empresas como necesarias para atravesar este momento.
Sin embargo, no ha querido olvidar que el coste de esas medidas tendrá que ser abonado en el futuro, con lo que es necesario que España ponga en marcha “un programa de reformas estructurales, que permitan aumentar el potencial de crecimiento de nuestra economía.
El informe recuerda las previsiones macroeconómicas que presentó el pasado 20 de abril y advierte de que la magnitud del deterioro económico en el corto plazo no tiene precedentes cercanos, con lo que es necesario mantener una “vigilancia estrecha”. El organismo que tiene al frente a Pablo Hernández de Cos predijo una caída del PIB español de hasta el 13,5%.
En su informe de este lunes, recuerda que la duración de las medidas para contener la pandemia y controlar el virus será fundamental para determinar si se llega al peor escenario. Y advierte que “el plazo para alcanzar esta normalización será tanto más acotado cuanto mayor sea la efectividad de las medidas de política económica”.
No obstante, el organismo reconoce que "es difícil valorar hasta qué punto se podrá conseguir una normalización relativamente rápida de los procesos productivos una vez se supere la alerta sanitaria". En este escenario, es complicado establecer proyecciones económicas.
Como resultado de esta incertidumbre, el organismo afirma que "los agentes económicos se han replanteado las decisiones de gasto, en particular de consumo de bienes duraderos y de inversión". Algo que tiene implicaciones directas en el sector financiero, cuyos riesgos se analizan en el citado informe.
Crédito al consumo
El Banco de España recuerda en su informe el riesgo de morosidad que el sector bancario afronta, sobre todo, en el segmento de crédito al consumo. Aunque la crisis ha provocado la práctica paralización de la nueva producción en mayo (con algunas entidades estimando la caída en hasta un 80%), la frenética actividad de los últimos años puede torpedear el objetivo de mantener a raya la morosidad en los próximos meses.
"La irrupción de la pandemia y las medidas de contención implementadas han afectado adversamente a las expectativas sobre el sector bancario, ya que cabe esperar que tengan un impacto negativo en la morosidad, presionando adicionalmente la rentabilidad a la baja”, advierte el organismo.
Es cierto que la morosidad es más elevada en la cartera de empresas (6,3%) que en la de los hogares (4,1%), pero en este último punto el Banco de España advierte de ese “aumento más rápido” de la mora en los préstamos al consumo, “dado el elevado crecimiento de la cartera en los últimos años y el comportamiento que tradicionalmente se ha observado en respuesta a este tipo de perturbaciones “.
El Informe de Estabilidad Financiera recuerda, además, que la exposición de las entidades de depósito a sectores especialmente sensibles a la crisis se situaba en diciembre de 2019 en torno al 20% del crédito a sociedades no financieras.
Exposición a la crisis
En concreto, estima que los sectores manufactureros más dependientes de las cadenas globales de valor y, por tanto, que más se pueden ver afectados por los efectos de la pandemia, representan aproximadamente un 5% del crédito bancario, mientras que los del sector servicios como turismo o transporte suponen más del 15%.
El Banco de España confía en que las medidas adoptadas por los reguladores europeos y el propio Gobierno español, especialmente en lo que se refiere a las ayudas de rentas de las familias, ayude a paliar el esperado incremento de la mora en todos estos segmentos.
Además, considera que “el sector dispone de colchones de capital significativos para afrontar las pérdidas inesperadas asociadas a esta crisis, aunque no todas las entidades están en la misma situación”.
Según el organismo, el 'colchón voluntario' del CET 1 del conjunto del sistema bancario español se situó en diciembre de 2019 en 28.000 millones de euros. En diciembre de 2019, disponían de 194.500 millones de euros de CET1 y el organismo estima que la liberación de colchones permitida por la respuesta prudencial a la crisis sería suficiente para cubrir un aumento de la tasa de morosidad de alrededor de 8,2 puntos porcentuales, "que se eleva sustancialmente cuando se añade el efecto positivo de las moratorias y del programa de avales a empresas comprometido por el Gobierno", que, además, contribuye a reducir los APR.
“La suma de todos estos recursos de capital podría cubrir un volumen de pérdidas equivalente a casi dos veces el volumen actual de crédito dudoso en el sistema, esto es, el 8,2% del total de crédito bancario actualmente. Si a esto se añaden las moratorias sobre préstamos y el programa de avales del Gobierno, la capacidad de absorción de mora del sistema bancario aumenta significativamente”, añaden.