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Banca

La banca europea suspende el reparto de 27.000 millones en dividendos, según el BCE

La cifra supone un 75% del total de pagos que las entidades tenían previstos para sus accionistas antes de la crisis.  

5 mayo, 2020 13:35

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La banca europea ha suspendido el pago de más de 27.000 millones de euros en dividendos a sus accionistas a causa de la pandemia de Covid-19. En tnotal, un 75% del pago con el que las entidades que tenían previsto 'premiar' a sus inversores antes de la crisis han puesto en cuarentena estos planes, según ha detallado en el Parlamento Europeo el presidente del Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo (BCE), Andrea Enria.

El italiano ha explicado ante la comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara que el instituto emisor recomendó a los bancos retener en sus balances el dinero previsto para dividendos para este año, una cuestión "vital" en este momento para "mantener todo el capital posible dentro del sector bancario".

"La mayoría de los bancos han cumplido nuestra recomendación", ha celebrado Enria. "De los 35.000 millones de euros en dividendos que iban a ser pagados, más de 27.000 millones han sido retenidos totalmente en los balances, y eso es un resultado muy importante", ha especificado.

Los que sí han repartido

El máximo responsable de la supervisión bancaria en la UE ha explicado que aquellas entidades que sí han repartido dividendos, como es el caso de Bankinter o BBVA en España, lo han hecho porque el pago ya había sido aprobado en las juntas de accionistas y, en esos casos, habría sido ilegal parar el desembolso. "Hay algunos casos en los que los dividendos ya habían sido pagados o aprobados, en esos no hemos podido parar los pagos", ha indicado.

Enria ha apuntado que su departamento ha "ajustado" las labores de supervisión a una crisis "sin precedentes" cuyas consecuencias son todavía "impredecibles en gran medida" con el objetivo de asegurar que los bancos pueden seguir prestando a la economía real "y que serán también capaces de apoyar la recuperación".

La banca, preparada para la reconstrucción

En cualquier caso, el presidente del Consejo de Supervisión del BCE ha resaltado que el hecho de que se haya construido en los últimos años parte de la Unión Bancaria "permite una respuesta mucho más unificada y oportuna a la crisis de la que era posible en la crisis financiera de 2008".

"Y gracias a una regulación y supervisión europea más estricta tras la crisis financiera global, los bancos de la eurozona tienen unos balances mucho más fuertes de los que tenían antes de 2008", ha añadido.

En la misma línea, la presidenta de la Junta Única de Resolución, Elke König, ha destacado que el sistema financiero europeo tiene "unos pilares mucho más firmes hoy que los que tenía durante la crisis de hace una década", aunque ha garantizado que el organismo que preside vigila "de cerca" los acontecimientos.

"Las decisivas acciones adoptadas por los gobiernos nacionales, la Comisión Europea, el BCE y la JUR en las últimas semanas deberían hacernos confiar en que el sector bancario pueda resistir el impacto de la Covid-19", ha dicho la alemana ante la misma comisión de la Eurocámara, ante la que ha intervenido antes que Enria.

König, además, ha subrayado que la "caja de herramientas" de la JUR para gestionar potenciales crisis bancarias es "suficiente", así como que el marco vigente es adecuado. Entre las opciones, ha recordado, se encuentra la posibilidad de utilizar fondos públicos para recapitalizar entidades financieras, una ayuda que, sin embargo, sólo se podría conceder bajo "estrictas condiciones".

Las recapitalizaciones preventivas son una excepción en la norma general según la cual los bancos no son rescatados con dinero público, sino que son los accionistas y los acreedores los que asumen las pérdidas. Esta figura sólo ha sido utilizada por ahora una vez, en el rescate del banco italiano Banca Monte dei Paschi di Siena.

Por otro lado, König ha explicado que la JUR seguirá construyendo el Fondo Único de Resolución a pesar de la crisis. En concreto, este año las más de 3.000 entidades financieras europeas tendrán que aportar a esta red de seguridad 9.100 millones de euros, lo que elevará sus fondos hasta los 42.000 millones.