Tras el daño que sufrió la reputación de la banca y su supervisor por la crisis financiera de 2008, el Banco de España no ha querido ni quiere que se cometa ningún error en esta crisis que pueda volver a golpear la imagen del sector. Más teniendo en cuenta que los bancos tienen que jugar un papel fundamental para evitar que los daños sobre la economía y las familias sean aún más dramáticos de lo que aventuran las proyecciones macroeconómicas.
En este contexto, la institución que dirige Pablo Hernández de Cos ha reforzado los contactos al más alto nivel con las entidades en las últimas semanas, durante las que está haciendo un seguimiento detallado de la evolución de los créditos con avales del ICO y las moratorias hipotecarias, entre otras cuestiones.
La primera de esas reuniones la mantuvo la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, con los consejeros delegados de las entidades españolas después de la aprobación de los primeros decretos de medidas que implicaban al sector.
A ese encuentro telemático, se conectaron José Antonio Álvarez (Santander), Jaime Guardiola (Banco Sabadell), José Sevilla (Bankia), Gonzalo Gortázar (CaixaBank), María Dolores Dancausa (Bankinter) y Onur Genç (BBVA). A todos ellos se les pidió la máxima discreción para que no trascendiera la conversación.
Delgado pidió a los CEO de los bancos que fueran extremadamente rigurosos en la concesión de los préstamos con avales del ICO y evitaran las ventas cruzadas o cualquier tipo de práctica dudosa relacionada con este tipo de préstamo.
También pidió al sector que se pusiera a remar en la misma dirección en un momento crítico para la economía y la sociedad en el que la banca tiene que demostrar más que nunca su responsabilidad social corporativa, según fuentes conocedoras del encuentro.
Esa petición se hizo en un momento en el que habían trascendido algunas informaciones sobre el intento de 'robo' de clientes de unas entidades a otras con los préstamos de emergencia a empresas.
Más controles
Pero la conversación no quedó ahí. Desde entonces, las entidades han reforzado el contacto con el organismo y se ha intensificado el reporte de las entidades al Banco de España. Así, tienen que informar a diario de los créditos ICO que se aprueban y también de las moratorias sobre hipotecas que están concediendo tanto vinculadas al Real Decreto-Ley del Gobierno como al acuerdo sectorial.
Pese a que a la banca española le preocupa tanto o más que a su supervisor mejorar su reputación, con este control reforzado se pretende garantizar que todo se haga bien y los intereses de los clientes estén protegidos. De hecho, se pidió a las entidades que no hicieran negocio con esta crisis.
Mejora la reputación
De momento, los datos avalan la gestión del sector, pese a que se encuentra en un momento delicado por la presencia de las voces hostiles de Unidas Podemos dentro del Gobierno de coalición.
Según una encuesta de reputación de OMG a la que ha tenido acceso este periódico, los bancos y las energéticas se han convertido en las empresas que son percibidas como las que más están haciendo por mejorar la situación de la población.
En el caso de la banca, esa mejora en su percepción tomó fuerza a partir de la última semana de abril, cuando llegó a superar a los supermercados en este ranking reputacional.
Según los últimos datos del Ministerio de Economía, hasta este domingo, el ICO había registrado más de 318.000 operaciones por un monto de casi 31.400 millones de euros. Una cuantía que ha permitido movilizar 41.266 millones de euros de financiación. El 98% de esas operaciones corresponden a pymes y autónomos.