Uno de los principales cambios a los que se enfrenta CaixaBank con la fusión por absorción de Bankia será tener que 'lidiar' con la presencia del Estado en su accionariado. Según los detalles de la operación, el Gobierno, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) tendrá una participación del 16% en la entidad resultante, con un sillón en el consejo.
Frente a la posibilidad de que esto suponga cierta interferencia política en la gestión de la entidad, tanto el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, como el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, han demostrado su confianza en la "profesionalidad" del fondo público, insistiendo en que "su presencia supone una mayor responsabilidad" para la ejecución del negocio.
"Somos una entidad sin vocación política, no hemos entrado nunca en debates de este tipo y nunca lo haremos", ha defendido Gortázar, insistiendo en que la presencia del FROB en la entidad "es un motivo más para hacer un buen trabajo".
"Solo puedo decir que si otros nos sitúan en debates políticos, nosotros vamos a responder haciendo nuestro trabajo con un criterio empresarial y social", ha insistido el directivo durante la presentación del proyecto de fusión ante los medios de comunicación.
Por su parte, Goirigolzarri ha recordado que en estos últimos ocho años, Bankia no ha sentido presión política en su gestión. "Cuando nos incorporamos a Bankia se definió un mandato: gestionar la entidad desde la profesionalidad y la independencia buscando el máximo valor para los grupos de interés sin ninguna interferencia política y eso no va a cambiar ahora", explica el primer ejecutivo de Bankia. "Con un consejero dentro de un grupo de 15 estoy convencido de que el FROB va a mantener esa misma posición independencia", ha asegurado.
¿Se recuperarán las ayudas?
Preguntado sobre si la fusión ayudará a optimizar la recuperación de las ayudas públicas, Goirigolzarri ha dejado entrever que, ante el entorno de tipos de interés negativos y una macro "muy pesimista" que sigue presionando al sector, será complicado que se recupere la totalidad del rescate. Sin embargo, ha querido dejar claro que, ante ese mismo escenario, "la fusión es la mejor opción para los contribuyentes y para recuperar las ayudas públicas".
"Cuando hablamos de la recuperación de la inversión hay que distinguir dos cuestiones: las ayudas que se concedieron en el momento del rescate (que ascendieron a 24.000 millones si se incluye a BMN) y el análisis de la operación", ha matizado Goirigolzarri.
En este sentido, considera que "cuando se hizo el rescate no hablábamos de salvar a los accionistas ni al consejo, sino a los depositantes". El presidente de Bankia ha explicado que si el fondo de garantía de depósito hubiera tenido que hacer frente a su obligación de devolver los 100.000 euros que se garantizan a los clientes, estaríamos hablando de 60.000 millones de euros y no de los 24.000 que supuso el rescate.
"Con independencia de que la recuperación de las ayudas sea mayor o menor, la decisión que se tomó fue correcta", ha explicado.
Goirigolzarri también ha defendido que desde que se iniciaron las conversaciones con CaixaBank, "el valor de Bankia ha subido un 40% y, por tanto, también el valor de la inversión de los contribuyentes".
Así, ha insistido en que "en un entorno de tipos bajos y la crisis del coronavirus hay que reaccionar, y esto es una alternativa excepcional para los accionistas, para los contribuyentes y para devolver las ayudas, que se hará al cien por cien o no, pero será mejor que antes".
Proceso de salida
Respecto al proceso de salida, Goirigolzarri ha explicado que "no hay calendario". Es decir, a pesar de que el plazo límite para que el FROB venda su participación en Bankia es el 31 de diciembre de 2021, esa fecha puede volver a ser ampliada. Eso sí, es el Gobierno mediante la convocatoria de Consejo de Ministros quien tiene la competencia de hacerlo. "Si uno ve cómo está cotizando la banca europea, parece claro que no es el mejor momento para maximizar la recuperación de las ayudas", insiste el directivo.
La nueva CaixaBank tampoco ha marcado una política definitiva de dividendos, otra de las vías por las que el Estado puede recuperar las ayudas públicas a Bankia. De hecho, aseguran que esperarán a que el Banco Central Europeo (BCE) elimine el veto al sector para el reparto de dividendos para tomar esta decisión.
Ajuste de plantilla, a partir de marzo
Otro de los puntos calientes de las negociaciones en los próximos meses será determinar el imprescindible ajuste en la red de oficinas y servicios centrales como vía de reducción de costes para ganar en eficiencia. Al fin y al cabo, la entidad resultante contará en total con 6.727 oficinas y 51.534 empleados.
Reconociendo las duplicidades que puede generar el proyecto de fusión, el consejero delegado de CaixaBank ha recoocido que las negociaciones con los sindicatos serán "complicadas". Sin embargo, insiste en que todavía "es pronto para especular sobre las personas afectadas y el perfil de las posibles salidas".
En cualquier caso, el grupo se ha comprometido a alcanzar acuerdos no traumáticos y otras maneras innovadoras para que sea un proceso en el que todo el mundo gane. "Las negociaciones serán, más que duras, complicadas, pero nos dejaremos la piel para llegar a un acuerdo", ha indicado.
Además, insisten en que aún quedan más de seis meses para que empiece cualquier tipo de negociación, de la que serán los representantes de los trabajadores los primeros en enterarse. "No podemos especular, estoy pensando en mis compañeros de Bankia", ha advertido Goirigolzarri.
En este sentido, Gortázar ha rebajado las expectativas de que la entidad pueda utilizar todo el fondo de comercio negativo ('badwill') para pagar los costes de reestructuración. "No es ningún tesoro", asegura, indicando que solo se trata de un impacto contable debido a que la cotización de la entidad absorbida cotiza por debajo de su valor en libros. "No veremos un euro, podremos hacer pocas cosas con él, a excepción de reflejarlo en la cuenta", ha aseverado el consejero delegado de la nueva CaixaBank.