Las aseguradoras se han convertido en uno de los principales afectados por el proceso de consolidación bancaria. Ante las previsibles rupturas en los acuerdos de bancaseguros que se producirán al calor de las fusiones, el sector se enfrenta al reto de encontrar nuevos socios o dar un giro a su estrategia para navegar mejor por un entorno de tipos negativos que también afecta, y mucho, a su negocio.
Fuentes consultadas indican que la industria ha acelerado en las últimas semanas los pasos para evitar perder cuota en el potente canal de distribución que para ellos suponen los bancos, especialmente en el ramo de Vida, en el que, según cálculos de Afi, las aseguradoras vinculadas a grupos bancarios concentran el 65% de la actividad del sector y el 75% de los beneficios. En total, las ventas a través del canal bancario suponen en torno a un 40% de las primas registradas por las aseguradoras, según cálculos de Moody's.
Con este escenario, y con una crisis de por medio, las aseguradoras empiezan a estudiar alternativas y posibles sustitutos si sus actuales matrimonios con los bancos se terminan. Bodas y divorcios que en los últimos años se han convertido en habituales, pero que en 2021 serán de obligado cumplimiento si se van cerrando las fusiones.
Primeros movimientos
El presidente de Mapfre, Antonio Huertas, ya ha dejado claro que empleará la indemnización de Bankia por romper su alianza para impulsar nuevos proyectos y alianzas, recordando que este pacto apenas supone un 2% de las ventas del Grupo.
En 2019, la aseguradora también cerró un acuerdo con Banco Santander para vender seguros de coches y pymes en España, alianza que después extendieron a Portugal. De momento, esa parte parece intocable y compite en el sector con Línea Directa, de Bankinter, que espera que las aguas se calmen para retomar su esperada salida a bolsa. En seguros de vida ahorro, Santander mantiene su acuerdo con Aegon.
Precisamente, la aseguradora holandesa también es socio de Liberbank que, si se confirma el proyecto de fusión con Unicaja, tendrá que asumir que el acuerdo de la entidad malagueña con Santa Lucía en Vida y Pensiones primará sobre el suyo propio. Además, Santalucía cuenta con un 3,2% del capital de Unicaja, algo que puede jugar a su favor en las negociaciones sobre los futuros pactos en la entidad resultante.
En el ramo de No Vida, ambas entidades ya firmaron la renovación de los acuerdos con Caser, en el marco de la compra por parte de Helvetia del 70% de la aseguradora, que también mantiene una alianza con Bankia en Baleares que, previsiblemente, sí se terminará tras la fusión con CaixaBank. La entidad ha dejado claro que primará a VidaCaixa como líder en seguros de Vida y a la alianza con Mutua Madrileña en SegurCaixaAdeslas.
Atentos a Sabadell
El mercado también espera algún tipo de movimiento en Banco Sabadell, que tiene a Zurich como principal socio en bancaseguros. En una teórica fusión con BBVA, es probable que la aseguradora suiza fuera la principal damnificada, indemnización mediante, ante el mayor peso del acuerdo que recientemente alcanzó el banco con Allianz en seguros de No Vida.
La aseguradora alemana es, a su vez, uno de los claros ejemplos sobre cómo recomponer su negocio tras un sonado divorcio, como fue el que protagonizó junto a Banco Popular, una vez integrado la entidad resuelta en Santander y con una indemnización que se acercó a los 1.000 millones de euros.
Todo apunta a que el baile de piezas empezará en los próximos meses para terminar de encajar a mediados de 2021. Y no solo en materia de acuerdos de bancaseguros. Los expertos consideran que el sector también debe buscar estrategias alternativas para paliar el impacto que las caídas del mercado pueden provocar en sus carteras de inversiones financieras.