Nuevos movimientos en la cúpula de ING en España. El banco naranja ha decidido que sea un hombre de la casa, Ignacio Juliá, el que asuma el cargo de consejero delegado en la península, puesto por Roel Huisman tras la salida de César González Bueno a finales de 2019.
Según indican desde la entidad, Huisman seguirá en un puesto de responsabilidad del banco tras el regreso de Juliá a España a partir del próximo 1 de enero y tras ocupar diversos cargos en el negocio internacional de la entidad. En concreto, Juliá estará al frente de los negocios de banca minorista y banca mayorista y reportará directamente a Aris Bogdaneris como Head of ING Challengers & Growth Markets y miembro del Comité de Dirección del Grupo ING.
Se trata de un directivo de total confianza de la casa, que se incorporó al banco en su misma fundación en España y ocupó diferentes posiciones hasta ser nombrado Director Financiero y de Riesgos en el país.
De 2010 a 2012, como responsable de negocio minorista, fue junto al consejero delegado el responsable estratégico para impulsar la transformación de ING, que pasó de ser un banco orientado al producto a través de banca directa a una entidad centrada en el cliente a través de los canales digitales.
Tras su trabajo en España, Ignacio continuó su carrera profesional en Polonia donde dirigió el negocio de banca minorista de ING Bank Śląski. Con objetivo de replicar el éxito logrado en la transformación del negocio en Polonia, Ignacio fue nombrado en 2016 Responsable Global de Banca Minorista de ING. Durante ese período compaginó este cargo con el de Director Global de Innovación.
Ahora, el nuevo CEO de ING en España debe enfrentarse al reto de mantener el crecimiento experimentado en los últimos años en productos estrella como la Cuenta Nómina, que ahoa pasan a ser eje central del banco tras la reciente decisión de cobrar una comisión de 10 euros mensuales a los clientes de la Cuenta Naranja con más de 30.000 euros en saldo si no tienen domiciliada su nómina.
Una estrategia que, como adelantó Invertia, apenas afectará al 4% de la base de clientes del banco en España, pero que puede marcar el camino a futuros movimientos en el sector. El objetivo es convertir a ING en el banco principal para sus clientes. Y eso pasa, sobre todo, por acentuar los esfuerzos en la captación de nóminas.