Ha sido la hoja de ruta del último año y así seguirá más allá de 2021. La avalancha de salidas y cierres de sucursales prevista con la ola de fusiones y otros planes de ajuste no será suficiente para que los bancos recuperen los niveles de eficiencia previos a la crisis. Reguladores, agencias de rating y grandes firmas de inversión lo dejan claro: el sector debe acelerar al máximo este proceso para seguir siendo competitivos.
Los propios bancos saben que deben apretar el acelerador en la ola de ajustes que se avecina este año. “Es un reinventarse o morir, debemos apoyarnos en la digitalización para ser más rentables, lo que inevitablemente implicará más cierres de sucursales incluso después de las fusiones”, explican desde una entidad financiera de menor tamaño a Invertia.
El objetivo sigue siendo mejorar en rentabilidad y eficiencia a golpe de digitalización. Pese a la mejor evolución de los últimos meses de 2020, esta última ratio que compara los costes de una entidad con sus ingresos, rondaba el 51,2% de media en los seis bancos que cotizan en el Ibex 35 a cierre de septiembre.
La cifra mejora respecto al año anterior, pero que se queda corta para bajar al 50% que los inversores consideran apropiado para este indicador. Y lejos del 46% que rondaba en la anterior crisis financiera.
Es decir. Pese a los recortes de costes aplicados, los bancos siguen gastando más de lo que deberían en comparación con sus ingresos, que (aunque también se han ido recuperando) han sufrido mucho por la crisis del coronavirus.
El ajuste continúa
Esta situación ha empujado a las fusiones ya conocidas entre CaixaBank y Bankia o Unicaja y Liberbank. Y a fuertes planes de ajuste ya anunciados en entidades como Banco Santander (con el mayor recorte de su historia), Banco Sabadell o Ibercaja. Salidas y cierres de oficinas que se irán concretando en los próximos meses hasta reducir en más de 20.000 el número de empleados en los próximos meses, según cálculos de CCOO.
Los nuevos recortes llegan, además, tras una década en la que el sector ya ha bajado la persiana de cerca del 50% de sus sucursales y ha prescindido del 37% de los trabajadores. Según los datos del Banco de España, el número de oficinas de las entidades de depósito en el país se sitúa en 22.761 a cierre de septiembre, notándose especialmente el bajón en el tercer trimestre, pues a cierre de junio la cifra se situaba en 23.340 sucursales.
Las entidades están obligadas a seguir este ritmo de descenso, no sin el reto que supone el riesgo de exclusión financiera en el proceso.
La presión de los reguladores va en la misma dirección, insistiendo en la urgencia por aprovechar el tirón que la pandemia ha dado a la operativa online para acometer de una vez por todas el cambio de modelo que desde hace años se exige al sector. Especialmente en España, donde la banca mantiene una rentabilidad negativa del -3,6%, según datos del Banco Central Europeo (BCE), a la cola de Europa.
Más tijera
“Los bancos seguirán dependiendo de la reducción de costes para tratar de mejorar sus beneficios”, explica la agencia de rating S&P Global en un informe publicado esta semana.
Reconocen que los costes operativos del sector ya se redujeron más de un 4% en los nueve primeros meses del año. Pero los indicadores de eficiencia siguen bajo presión por la caída de los resultados. “Por lo tanto, esperamos que los bancos sigan reduciendo su red de sucursales y el número de empleados en 2021”.
Una tendencia que desde Boston Consulting Group amplían a más largo plazo. De hecho, consideran que la banca (esta vez a nivel mundial) no recuperará los ingresos previos a la crisis hasta 2024. Su análisis constata que los bancos que sean capaces de reducir de forma más ágil sus costes operativos serán los que antes recuperen la normalidad.
De hecho, de las entidades analizadas, han comprobado que las mejores tienen un 40% menos de costes y un 50% menos de empleados que el 'banco tipo' analizado, representativo de una media del sector. Los expertos indican que “estos bancos ya hacen más ventas, y lo hacen en sucursales menos enfocadas a las transacciones”.
Según sus cálculos, los bancos con mejores condiciones en este sentido son capaces de abrir un 69% más de cuentas por oficina realizando un 80% menos de transacciones por cliente, en comparación con el ‘banco tipo’ analizado en el informe.
“Los bancos que no estén planificando ahora un cambio en su estructura de costes se encontrarán en una desventaja competitiva insostenible, quizás antes de lo que piensan”, advierten.