José María Méndez, director general de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA), ha explicado que las entidades financieras están haciendo un esfuerzo para que su modelo de negocio esté cada vez más basado en las comisiones que en los márgenes debido a la situación de bajos tipos de interés que impera en la zona euro.
Eso sí, a esta intención debe acompañar un "esfuerzo cultural" por parte de los clientes para entender que deben asumir parte de los costes que genera el negocio, "para que puedan asumir que una transferencia, que es el negocio típicamente bancario, también genera costes para las entidades financieras y, de alguna manera, lo tienen que trasladar", dado que "solo si se trasladan los costes el negocio financiero es sostenible".
Méndez cree que las cuentas de resultados de los bancos deben "descansar" cada vez más "en ese modelo recurrente basado en las comisiones", según ha explicado durante su intervención en el Observatorio de las Finanzas, un encuentro organizado por Invertia en su primer aniversario dentro de EL ESPAÑOL, que reúne estos días a los principales actores del sector financiero.
En este contexto, las oficinas y los canales de distribución de productos de la banca deben convertirse en "una especie de supermercado de muchos productos que tengan que ver con los seguros, los valores, los fondos de inversión y los fondos de pensiones".
Dentro del contexto adverso en el que se encuentra la economía en la actualidad, una de las palancas con las que cuentan los bancos para salir airosos de la crisis son las integraciones, que en el sector bancario son "muy relevantes porque este es un negocio de escala", según Méndez.
Fusiones transfronterizas
En este escenario, las fusiones de bancos "dan mayor capacidad de resiliencia a la crisis", si bien aún existen algunos obstáculos para la puesta en marcha de operaciones transfronterizas.
"Echo de menos un esfuerzo por establecer las condiciones para que también sean posibles. La Unión Bancaria es un proyecto muy interesante, pero todavía hay un camino por recorrer muy importante en armonización fiscal, tanto de tributos que pagan los bancos como de tributación de productos financieros", ha apuntado el director general de CECA.
Méndez también echa de menos un "esfuerzo mayor" en la organización de las insolvencias, pues "los procesos concursales siguen siendo divergentes" dentro de la Unión Europea, como lo son también las validaciones de los modelos internos en los distintos países. "Hay una densidad de activos ponderados por riesgo mayor en España que en el resto de Europa", ha puesto como ejemplo.
El papel de la banca
De cara a la recuperación económica y la gestión de los fondos procedentes de la Unión Europea, Méndez ha puesto en valor el papel que pueden ejercer los bancos gracias a su "capilaridad" y a las 23.000 oficinas con las que cuentan en España, así como al "conocimiento experto" del que disponen y su "cercanía" con los principales beneficiarios de los fondos.
Asimismo, los bancos pueden aportar su "infraestructura digital", pues estos proyectos van a generar "mucha documentación, custodia de documentos, reporting... y esto se puede hacer bien a través de las oficinas bancarias y otros canales", según Méndez.
"Y, sobre todo, los bancos pueden adelantar esta liquidez. El Next Generation EU es un proyecto a seis años, por lo que probablemente si los bancos son capaces de adelantar, financiar o completar esas ayudas van a tener un efecto multiplicador en la recuperación económica", ha señalado.
Desde la CECA, las entidades aspiran a tener un papel similar al que tendrán en la ejecución de los programas del paquete fiscal puesto en marcha por la Administración Biden los community banks, con los que la patronal comparte su pertenencia al Instituto Mundial de Cajas de Ahorros y Bancos Minoristas, que preside Isidro Fainé, el también presidente de CECA.
En relación con el plan de salvación a las pymes de 11.000 millones de euros puesto en marcha por el Gobierno hace algunas semanas, que incluye 7.000 millones en ayudas directas, Méndez cree que "va en la buena línea", pues "no todas las empresas que están en dificultades están endeudadas".
El sector, según ha explicado, sigue trabajando con el Gobierno para sacar adelante el código de buenas prácticas al que se adherirán voluntariamente los bancos y que pondrá sobre la mesa los criterios para la concesión de reestructuraciones de deuda.