Fernando Cano Elena Lozano

Moncloa seguirá vigilante con los expedientes de regulación de empleo (ERE) de la banca el tiempo que duren las negociaciones con los sindicatos. Esto significa que mantendrá sus presiones públicas y privadas para que las entidades mejoren las condiciones y reduzcan los despidos anunciados, al tiempo que seguirá adelante con su intención de limitar los sueldos de los altos directivos del sector.

No obstante, no será hasta el final de estas negociaciones, que en el caso de CaixaBank y BBVA se extenderán durante los próximos dos meses, cuando el Gobierno decidirá qué caminos tomar.

Dicho de otra manera, en las próximas semanas se supervisarán estos procesos. Si al final de los mismos no hay un resultado satisfactorio se seguiría adelante con medidas.

Nadia Calviño, José Ignacio Goirigolzarri y Ángel Torres

Entre estas medidas se encuentra la mencionada limitación salarial a los directivos y la posibilidad de rechazar los ERE planteados por parte del Ministerio del Trabajo. En cualquier caso, en Moncloa se espera no tener que llegar a este punto y confían en que las negociaciones arrojen una importante reducción de los despidos anunciados.

Esta semana, tanto CaixaBank como BBVA siguen avanzando en las negociaciones de sus respectivos ERE con los sindicatos.

En el caso de la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri, la reunión de este martes ha servido para que CaixaBank reduzca la cifra inicial de afectados en medio millar, hasta los 7.791 empleados.

El banco ha decidido recolocar en empresas del grupo a 500 trabajadores, concretamente en CaixaBank Tech, la filial tecnológica que gestiona la infraestructura de IT de la entidad y desarrolla proyectos relacionados con la transformación digital.

Condiciones

BBVA, por su parte, ha aprovechado la reunión de este martes para presentar a los representantes de los trabajadores el plan de recolocaciones que llevará a cabo con Randstad para ayudar a buscar trabajo al 100% de los afectados por su ERE, que por el momento son unos 3.798.

El banco, sin embargo, no ha planteado aún a los sindicatos las condiciones económicas que ofrecerá a los trabajadores que finalmente abandonen la entidad, algo que les ha llevado a empezar a organizar movilizaciones.

En líneas generales, en Moncloa se ven con buenos ojos estos pequeños avances y esperan que se produzcan más movimientos. Consideran que van en la línea de lo que han transmitido al sector en las últimas semanas, pero son cautos a la espera de que avancen los acontecimientos.

Como ya contó este diario, el Ejecutivo reclama que las entidades atenúen los despidos recurriendo a fórmulas que ya se habían puesto encima de la mesa en otras reestructuraciones laborales. Entre ellas, facilitar la recolocación en otras empresas, formar a los afectados para que recalen en otros sectores, mejores indemnizaciones o incluso primas.

Creatividad

"Es el momento de ser creativos", explicaron hace unos días fuentes de la Vicepresidencia segunda de Asuntos Económicos, que ocupa Nadia Calviño. "No todo el ajuste se tiene que hacer a través de un ERE, los directivos tienen que ser responsables", sentencian. 

Y es que Ejecutivo se ha mostrado crítico, en público y en privado, con unas reestructuraciones de personal que se traducirán en más de 13.000 despidos. Por ello, está lanzando diferentes mensajes a las entidades para suavizar estos recortes a través de otras fórmulas empleadas por grandes empresas en el pasado. 

Unas advertencias que también se han trasladado, explican algunas fuentes, a los principales responsables de ambos bancos, José Ignacio Goirigolzarri y Carlos Torres, presidentes de CaixaBank y BBVA respectivamente.

La vicepresidenta segunda, Nadia Calviño, fue la primera en mostrarse extremadamente crítica con el sector bancario tras el anuncio de los ERE de CaixaBank (8.291 trabajadores afectados) y BBVA (3.800 trabajadores afectados). Este martes aseguró que el Gobierno ha "venido instando" desde hace tres años a "buscar y trabajar activamente en alternativas" y "hacer todo lo posible" para evitar los despidos.

José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

En esta línea, el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, apuntó que "los dirigentes de las instituciones financieras deben ser conscientes de hasta qué punto se ha protegido al sector para evitar males mayores. En esta situación, esa reflexión debería inspirar cualquier decisión empresarial".

También se pronunció la titular de la cartera de Trabajo, Yolanda Díaz, y en varias ocasiones. Para la vicepresidenta tercera, es "evidente" que las cifras de los sueldos de los directivos de la banca son "bastante llamativas", por lo que sería necesario "hablar menos de los salarios mínimos" y "poner la mirada en esos salarios que a veces no sabemos ni decir la cifra de lo que perciben al día".

Sueldos de los directivos

En esta línea, Calviño ha puesto sobre la mesa castigar a los responsables de las entidades bancarias. "Creo que los salarios y bonus de los ejecutivos bancarios deben estar alineados con la evolución del sector y la economía en su conjunto", indicó. Y ha instado al Banco de España y al Banco Central Europeo a buscar fórmulas para ello.

Los bancos españoles, como el resto de los que operan en la zona euro, están sujetos a la supervisión del Banco Central Europeo (BCE), por lo que tendría lógica que cualquier medida se tomara con efecto para todos ellos, como ocurrió con la restricción al pago de dividendos.

Sin embargo, Moncloa se aferra a un dictamen emitido por el Consejo de Gobierno del BCE en 2018 en respuesta a una petición del Ejecutivo holandés que le permitiría controlar la parte fija de los sueldos de los directivos de bancos con importancia sistémica.

En la actualidad, solamente Santander tiene consideración de entidad de importancia sistémica mundial, mientras que BBVA, CaixaBank y Sabadell (así como la antigua Bankia) están en la categoría de entidades de importancia sistémica.

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