Inquietud en la plantilla de la nueva Unicaja sobre el desarrollo del Expediente de Regulación de Empleo (ERE). Los trabajadores saben que los afectados serán, en principio, 1.513 y que se cerrarán 395 oficinas, pero lamentan que el banco se está guardando para el periodo de negociación formal la información más detallada, lo que fuentes sindicales interpretan como poca voluntad de ceder.
Ambas partes han celebrado ya tres reuniones dentro del periodo informal de negociación, en el que la entidad ha comunicado a los representantes de la plantilla la afectación total del despido colectivo. No obstante, el avance hacia un acuerdo es ínfimo por el momento y desde CCOO consideran que el último encuentro, celebrado el jueves, "se podría haber sustituido por un simple envío por email de los documentos".
Entre la plantilla existe inquietud por conocer las condiciones económicas que tendrán los empleados que salgan del banco, los límites que ponga el banco a la voluntariedad del proceso (o la ausencia de ellos) y el detalle geográfico de los cierres de sucursales, así como la distribución por departamentos de las bajas.
Varias organizaciones sindicales han pedido específicamente a la entidad que informe sobre las clausuras de oficinas, las salidas de personal y las movilidades geográficas, pero "la empresa rechaza la petición de información de la representación sindical, emplazando al periodo formal la entrega de esa documentación", como lamentan desde UGT. No será hasta la semana que viene, más de un mes después de plantear la puesta en marcha del ERE, cuando el banco ofrecerá los detalles.
Es cierto que el banco no tiene obligación legal de compartir esta información detallada antes del periodo formal, si bien es habitual en las negociaciones los despidos colectivos del sector que el banco adelante estos detalles como un gesto de buena fe negociadora.
Armonizar las condiciones
Y no solo eso. Al mismo tiempo que el banco está aplazando la entrega de información sobre estos aspectos hasta el periodo formal de negociación, ha planteado ya el tema de la armonización de condiciones de los antiguos trabajadores de Liberbank y de la propia Unicaja, algo que los sindicatos consideran que no procede abordar en el inicio de la negociación sobre el ERE.
El banco quiere tratar ambos temas de forma paralela. "Ahora mismo a la empresa le preocupa homologar condiciones y los compañeros están preocupados por el cierre de oficinas", lamenta una fuente de la mesa de negociación en conversación con EL ESPAÑOL-Invertia.
De acuerdo con varias fuentes sindicales, además, la entidad ha trasladado a los representantes de la plantilla que espera realizar "sin coste" esta homologación de condiciones -que en todo caso se llevará a cabo "con las condiciones Unicaja"-, lo que los sindicatos temen que se traduzca en una armonización "a la baja".
El proceso de homologación, además, no va a ser nada fácil. Según lamentan desde CCOO, "Liberbank no llevó a cabo este proceso en los diez años de historia en los que se integraron Caja Asturias, Caja Extremadura, Caja Cantabria y Banco CCM", de forma que "los colectivos provenientes de cada entidad siguen manteniendo sus propias condiciones".
Una situación poco común dentro del sector bancario. En fusiones anteriores -es el caso, entre otras, de la de Santander y Popular y la de CaixaBank y Bankia- la dirección del banco y los sindicatos se han esforzado en lograr un acuerdo para que todos los empleados tengan las mismas condiciones laborales.