Sabadell, al igual que el resto del sector, se enfrenta a un primer semestre de año clave para gestionar las consecuencias de la llegada de la Covid-19. Va a ser en los próximos meses cuando empiecen a vencer las carencias de los créditos con aval del Estado concedidos a empresas con problemas financieros durante la pandemia y, por tanto, cuando empezará a notarse el repunte de la morosidad. En el caso de la entidad que dirige César González-Bueno, solo en los primeros seis meses del año afrontará el vencimiento del 88% de las carencias concedidas.
A medida que ha ido evolucionando la pandemia lo han hecho también, y a mejor, las expectativas sobre las consecuencias que tendría en forma de impagos para el sector bancario. Y, especialmente, en relación con la financiación concedida durante los últimos casi dos años, en los que la banca ha ido canalizando millones de euros en préstamos con garantía pública a las empresas en problemas por la paralización de la actividad que derivó del confinamiento y otras restricciones sanitarias, los conocidos como créditos ICO.
Y no solo eso, sino que, en vista de las dificultades de muchas empresas para recuperar su nivel de ingresos y, por tanto, para poder devolver estos créditos, concedieron carencias, es decir, periodos de gracia durante los cuales el titular de la financiación solamente está obligado a pagar el interés y no el principal de la cuota.
La gran mayoría de estas carencias va a vencer antes del verano, por lo que desde el sector se prevé que empezará a repuntar la morosidad al no poder parte de los beneficiarios devolver estos préstamos, mediante los cuales la banca y el Instituto de Crédito Oficial (ICO) han distribuido 135.382 millones de euros en más de un millón de operaciones.
Aunque no hay muchas previsiones, desde S&P Global estiman que esta ratio alcanzará, como máximo, un 7% -en Axis Corporate estiman un 6,5%-, y que, pese a la incertidumbre, será "manejable" para todas las entidades.
El fin de las carencias
Así lo creen también en Sabadell, desde donde transmiten un mensaje de tranquilidad frente a los vencimientos de las carencias de los créditos ICO, que en su caso se van a producir, principalmente, a lo largo del actual semestre.
Más concretamente, según cálculos de la entidad, el 7% de estas carencias finalizará durante el primer trimestre, pero el grueso, un 81%, lo hará en el segundo. El resto lo hará más adelante (un 5% en el tercer trimestre y el otro 7% a partir del cuarto).
Sabadell canalizó a través de este tipo de financiación 13.700 millones de euros, de los que los titulares del 60% ya están pagando el principal, lo cual significa que su carencia ya venció y han podido empezar a devolver el préstamo.
Y la parte positiva para el banco es que, como estos créditos cuentan con un aval público de entre el 60% y el 80% -dependiendo del tipo de crédito y el destinatario-, la financiación otorgada por Sabadell está cubierta en un 76% por el Estado, de forma que la entidad solamente se expone a pérdidas sobre el 24% restante.
Las moratorias, expiradas
Por otra parte, todas las moratorias que el banco concedió sobre la financiación previa a la llegada de la pandemia (hipotecas, créditos al consumo...) han expirado ya (excluidas las del turismo y el transporte, según detalla el banco en sus cuentas).
De acuerdo con datos proporcionados por el banco, concedió moratorias por un total de 3.500 millones de euros, de los que 500 millones ya están amortizados (entre ellos, dos tercios de los créditos al consumo) y los titulares de los 3.000 millones restantes ya están pagando el principal.
Es decir, el 14% del total ya está amortizado y, del resto, la mayoría, el 54%, se encuentra calificado como normal -esto es, que la previsión es que se devuelva-, otro 20% está etiquetado como en vigilancia especial -se prevé que podría ser impagado- y otro 12%, como dudoso -ya se han impagado varias cuotas-.