Esta vez parecía que sí, pero al final ha sido que no. Ibercaja ha vuelto a aplazar su salida a bolsa "a la vista de la alta volatilidad" que impera en el mercado en medio de la tensión geopolítica entre Rusia y Ucrania. La siguiente ventana de oportunidad se abre la próxima primavera, en torno a abril, cuando la entidad ya tendrá formuladas las cuentas del pasado ejercicio y podrá reiniciar los trabajos sobre el folleto de salida a bolsa que presentará ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), según informan fuentes del mercado a EL ESPAÑOL-Invertia.
La entidad y su ejército de asesores -JP Morgan y Morgan Stanley como coordinadores, con Bank of America y UBS en la segunda fila y Alantra y Société Générale en la tercera, Rothschild como asesor financiero independiente y Linklaters, Uría Menéndez y David Polk & Wardwell al frente a los temas legales- han estado trabajando durante las últimas semanas en la elaboración del folleto necesario para su debut en el mercado en base a las cuentas de los primeros tres trimestres del pasado ejercicio, las últimas disponibles.
Una circunstancia que limita el plazo para salir a bolsa al próximo 11 de febrero. Esto es así porque es precisamente ese día cuando caduca el periodo que la entidad tiene para poder utilizar las cuentas cerradas el pasado 30 de septiembre como referencia para la salida a bolsa -dura algo más de 100 días- y ahora tiene que esperar, al menos, a tener formuladas las del cierre del pasado ejercicio.
Es por eso que, tras desechar la opción de salir a bolsa en febrero, la siguiente oportunidad para Ibercaja llegará en abril. Será entonces cuando, en primer lugar, se estima que se habrá despejado la volatilidad actual y, en segundo, se habrán podido actualizar los trabajos sobre el folleto teniendo en cuenta el resultado a cierre del ejercicio 2021.
Estos trámites se desarrollarán a lo largo de marzo, por lo que no será hasta entonces cuando pueda reiniciarse el proceso que ahora queda en pausa. Y eso solo si la volatilidad remite, según comentan fuentes del mercado. Si, por el contrario, esta inestabilidad persiste, las siguientes ventanas de oportunidad llegarán justo antes del verano y en otoño.
La clave es encontrar un momento en el que saltar al parqué no implique un sacrificio en el precio, un objetivo fundamental para la Fundación Ibercaja, que tiene la obligación legal de reducir a lo largo de este año su participación en el banco por debajo del 50% desde el 88% actual. La intención comunicada al mercado hace algunos días hablaba de situar esta participación en el 46%.
Con todo, el ITF (el documento en el que manifiesta su voluntad de salir a bolsa) que Ibercaja remitió al mercado hace unos días sigue vigente. Y hasta entonces el banco estará ocupado en aprobar las cuentas del pasado ejercicio y zanjar el relevo de su presidente, José Luis Aguirre, que dará paso a Francisco Serrano.
Alternativas
Ibercaja, por tanto, tiene aún varias oportunidades para intentar poner fin a esta larga historia y salir finalmente a bolsa antes de que expire el plazo legal, lo que ocurrirá en diciembre de este año. Con todo, si en ninguna se considerara que el momento es el adecuado, la entidad dispondría de opciones alternativas.
La reestructuración de las antiguas cajas de ahorro tras la crisis financiera dejó como herencia varios compromisos con Bruselas y uno de ellos fue la obligación de que las fundaciones bancarias perdieran peso como accionistas de los actuales bancos. Para ello tenían dos opciones: sacar a las entidades a bolsa para reducir su participación por debajo del 50% o mantenerse en el capital con una porción significativa y constituir un fondo de reserva con parte de los dividendos cobrados del banco.
El escenario central en el que trabaja la fundación aragonesa pasa por tomar la primera opción, algo en lo que el banco lleva trabajando más de tres años y que debe hacer antes de final de año para cumplir con la normativa. Sin embargo, la fundación cuenta con la alternativa de ajustarse al mandato legal a través de la constitución del fondo de reserva.
Y, con todo, existe una opción que puede dar aire al banco. Como ha ocurrido ya anteriormente, el Gobierno podría decidir ampliar el plazo para su salida a bolsa más allá del final de 2022, algo que por el momento no se está barajando dado que el plan inicial es debutar en el mercado este mismo año. Claro que también el Ejecutivo podría decidir no ampliar el plazo y forzar a la entidad a tomar una decisión, si bien no parece el escenario más probable teniendo en cuenta la disposición a ampliar los plazos años atrás.
Volatilidad en aumento
Al enésimo paso atrás de Ibercaja en su intención forzosa de saltar a bolsa tampoco han ayudado los últimos vaivenes de cotización. De hecho, la entidad zaragozana señaló directamente a "la alta volatilidad que se está registrando en los mercados de capitales internacionales en los últimos días" como principal argumento para haber paralizado una vez más sus planes.
En este sentido, aunque el bamboleo de las bolsas está ahora muy lejos de los máximos históricos alcanzados en esta pandemia, lo cierto es que recientemente la volatilidad ha ido en aumento. Así lo refleja el índice Vibex, que mide la virulencia de los bandazos de precios del Ibex 35, el indicador más representativo de la bolsa española.
A lo largo de los ocho días que han pasado hasta hoy desde que Ibercaja anunció su intención de estrenarse como cotizada, el Vibex -también conocido como 'índice del miedo' de la bolsa española- ha marcado un registro medio de 22,01 puntos. Por su parte, el índice VIX, que es el decano en este ámbito y mide la variabilidad del S&P 500, ha señalado 28,81 puntos.
Estos números sitúan a los dos índices prácticamente en tablas con su lectura de hace exactamente un año. Sin embargo, se colocan sensiblemente por encima de los que llevaron al fiasco de dos debuts previstos para la bolsa española en 2021. Y mucho más arriba de la volatilidad registrada cuando se produjo el último estreno de un banco español en el parqué.
Cuando la renovable Opdenergy dio marcha atrás en su camino hacia el mercado en abril de 2021, el VIX rondaba los 18 puntos y el Vibex se movía en torno a los 16 enteros. Dos meses después, cuando pegó la espantada Primafrio, estos índices registraban lecturas de 17 y 15 puntos, respectivamente.
Si se toma como referencia el periodo transcurrido desde que Unicaja anunció la fecha de su estreno hasta que este se produjo en junio de 2017, el incremento de la volatilidad sí que es significativo. El banco andaluz, el último que hasta ahora ha pegado el salto a cotización, tuvo que lidiar con un VIX en solo 10,61 puntos. Casi la tercera parte de lo que ahora marca este termómetro del miedo inversor.
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