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Hipotecas baratas y poca rentabilidad: el resultado de seis años de Euríbor negativo que están a punto de terminar

La escalada de la inflación, que ya hace al BCE replantearse las subidas de tipos, está acercando el escenario de un Euríbor en positivo.

5 febrero, 2022 04:19

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El Euríbor, el índice al que está referenciada la mayoría de las hipotecas en España, está, en cierta manera, de aniversario. Este mes de febrero cumple seis años en terreno negativo, una circunstancia que al principio se vislumbraba de corto plazo, pero que ha terminado convirtiéndose en un verdadero lastre para los márgenes bancarios... y en una gran noticia para los hipotecados.

Lo ha sido no solo para los que firmaron préstamos hace años, sino también para los que lo sean a partir de ahora, pues las hipotecas son en estos momentos más baratas que nunca. Eso sí, como todo lo que sube termina bajando (o al revés, como en este caso), la evolución de Euríbor está cada día más cerca de cambiar de sentido.

Ha sido precisamente esta semana cuando Christine Lagarde, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), ha dejado la puerta abierta a que las subidas de los tipos de interés lleguen ya este mismo año, una noticia que ha sentado mal en todos los sectores menos en el financiero.

Los bancos llevan años esperando con ganas escuchar algo así. Que el precio del dinero sea negativo ha constreñido sus márgenes y, por ende, su rentabilidad, convirtiendo en su principal reto la mejora de la misma, como los supervisores nunca dejan de recordarles.

Anclado en mínimos

Las hipotecas y el resto de préstamos son el negocio principal de la banca y se ven directamente afectados por el escenario de tipos de interés negativos y un Euríbor que lleva meses anclado en torno al nivel del -0,5%.

No es de extrañar por ello que los bancos hayan intentado durante los últimos años -y con éxito- llevar a los clientes desde las hipotecas variables, cuya cuota se renueva cada seis o doce meses, a las fijas con el objetivo de evitarse bajadas en los ingresos a consecuencia de un Euríbor decreciente.

Los expertos del sector llevan años vaticinando que un horizonte claro sobre las subidas de tipos en la zona euro sería el detonante de la subida del Euríbor y ese escenario, tras la intervención del pasado jueves de Lagarde, puede cambiar el destino del índice por primera vez en seis años.

Los bancos, sin embargo, siguen sin hacerse ilusiones y trabajan con un escenario en el que el Euríbor sigue negativo hasta que no se produzcan de verdad las subidas de tipos. Han aprendido del pasado y de todas las revisiones de planes que han tenido que hacer cuando las mejoras del precio del dinero se alejaban cada vez más. No creen que sea hasta 2023 o, como pronto, finales de 2022 cuando se pueda ver un Euríbor positivo, según han ido explicando los banqueros en los últimos meses. Y, en todo caso, tardará unos meses en trasladarse a los márgenes bancarios.

Al alza

El Euríbor cerró el mes de enero en el -0,477% -justo un año después de marcar su mínimo histórico en el -0,505%- y podría ser el preludio de un ascenso continuado. "Todo apunta a que esta subida del Euríbor no será anecdótica. Varios especialistas del mercado hipotecario afirman que este índice seguirá cotizando al alza a lo largo del 2022", explicaban desde HelpMyCash hace unos días, antes de conocer las nuevas intenciones del BCE.

Desde el comparador de productos financieros advierten de que si la inflación de la zona euro continúa por encima del 2% -objetivo del BCE- durante varios meses más y el supervisor sube los tipos de interés para contenerla "puede provocar que el Euríbor suba abruptamente y supere la barrera del 0%".

Lo que parece una buena noticia para la banca no lo es para los hipotecados con préstamos variables, que se han beneficiado durante los últimos seis años de bajadas en sus cuotas. Especialmente aquellos que firmaron contratos hipotecarios en los años de bonanza del Euríbor, es decir, antes de la pasada crisis financiera.

Como en aquella época el índice de referencia se situaba por encima del 4% y el 5%, incluso, los diferenciales estaban más ajustados y, al caer el Euríbor, sus cuotas se han ido abaratando considerablemente. De hecho, algunas han visto reducido el interés a cero o, incluso, a negativo, lo que abrió hace unos meses el debate sobre si las entidades deben pagar a estos clientes por sus hipotecas, algo que al sector en conjunto le parece un despropósito.

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Hipoteca. Pixabay Pixabay

Además, el Euríbor negativo ha dado lugar a un mercado que ofrece a los clientes hipotecas cada vez más baratas. Los bancos, de hecho, están sumidos en una verdadera guerra hipotecaria y ofrecen tipos de interés cada día más bajos, pero también otros elementos para atraer clientes, como aceptar dar préstamos por encima del 80% del precio de la vivienda.

A partir de ahora, si la tendencia ascendente del Euríbor se confirma, los hipotecados irán viendo cómo las cuotas se encarecen poco a poco. Eso sí, se tratará de un incremento progresivo.

Por ejemplo, la subida del índice del mes pasado se traduce en un encarecimiento de 16,4 euros en su cuota anual respecto al mismo mes del año pasado o, lo que es lo mismo, de 1,4 euros al mes para una hipoteca de unos 120.000 euros a 20 años con un diferencial de Euríbor +1%. Y es que, como añaden desde HelpMyCash, "los hipotecados a tipo variable seguirán pagando unas cuotas muy bajas, aunque algo más caras que las que abonaron en 2021". Una de cal para los clientes y otra de arena, por fin, para la banca.