Las consecuencias del estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania van a llegar a todos los rincones de la economía. Y la banca, su sistema circulatorio, también se va a ver afectada. Este conflicto, que tan solo horas después de los primeros bombardeos ya está disparando los precios del petróleo y el gas natural, va a poner a prueba las costuras de la política económica europea, lo que podría retrasar, una vez más, la ansiada subida de los tipos de interés que los bancos españoles esperan desde hace años.
El inicio de esta guerra, que desplomó las bolsas el jueves, especialmente la de Moscú, ha sacudido también los mercados de las materias primas, con el petróleo superando los 100 dólares, el gas natural disparado un 63% y el trigo y el maíz encareciéndose más de un 6%, mientras se devolvía al oro su carácter de refugio. Hay que recordar que los precios de la energía ya estaban siendo la principal causa del aumento de la inflación, como explicaba hace meses el Banco de España.
Una sacudida a la que se sumarán las sanciones que lleguen desde Occidente, que "intentarán que Rusia sea una isla económicamente hablando, como Venezuela o Irán" y van a generar una "inflación mala" a la que los bancos centrales van a tener que hacer frente, como explica Xavier Brun, director del Máster en Finanzas y Banca de la Universitat Pompeu Fabra-Barcelona School of Management a EL ESPAÑOL-Invertia.
Inflación adicional
"Rusia fabrica el 9% del aluminio mundial, es un principal suministrador de gas a Europa, tiene reservas de maíz y trigo... Si eliminamos esta oferta durante el periodo de tiempo que duren las sanciones, suben los precios. Es una inflación que no se esperaba", apunta este experto, que califica este fenómeno de "inflación mala". Un efecto con el que no se contaba hace meses y que tendrá graves consecuencias también fuera de Rusia. "Incluso se habla de que Alemania puede entrar en recesión por el incremento de los precios de las energías", advierte Brun.
Según expone, durante los últimos meses se ha producido una "inflación buena", consecuencia de un aumento de la demanda, mientras que la que viene ahora con este conflicto bélico se genera por una disminución de la oferta, algo que "no se soluciona con subidas de los tipos de interés".
"Las subidas de tipos las haces para frenar un poco al consumidor y que dé tiempo a la oferta y a la demanda a crecer al mismo ritmo. Si subes los tipos de interés lo que haces es castigar la demanda y si castigas la demanda ya no tienes vientos de cola", añade Brun.
Es por eso que los planes que el mercado tenía para la política monetaria podrían cambiar, con las consecuencias que eso tiene para el sistema financiero. "El gobernador de Austria ha dicho que la salida de los estímulos se va a retrasar. Esto significa que la guía que teníamos de subida de los tipos de interés ya no está. Si las subidas ya no están ahí para quedarse, eso afecta directamente al banco español. Nuestros bancos están más cerca de Ucrania de lo que podríamos pensar", concluye el profesor.
Una inflación "adicional" que se suma a todos los elementos que los banqueros centrales deben tener muy en cuenta en un momento crucial de la retirada de los estímulos puestos en marcha durante la pandemia. Justo ahora que en la zona euro se empezaba a hablar de subidas de los tipos de interés y el mercado asimilaba que podrían llegar este mismo año. Los bancos españoles ya lo estaban sintiendo en una revalorización notable de sus cotizaciones bursátiles y el jueves, tras la invasión rusa, Santander y Sabadell eran los farolillos rojos del Ibex 35 con caídas superiores al 7%.
El propio Banco Central Europeo (BCE) ya advertía el jueves, tras los primeros bombardeos, que monitoriza las implicaciones de esta guerra en la economía de la zona euro. "El BCE está vigilando de cerca las implicaciones de la situación en Ucrania. [El BCE] Realizará una valoración exhaustiva de las perspectivas económicas en su reunión de marzo", afirmaba un portavoz del banco central a Europa Press.
Otras implicaciones
Este hipotético nuevo retraso en las subidas de tipos no sería la única consecuencia que tendría su eco en los bancos europeos y, por tanto, españoles. Y es que también tendrá su efecto en la banca y las empresas comunitarias el botón nuclear de la desconexión de Rusia del sistema SWIFT, una sanción con la que ya han amenazado la Unión Europea, Estados Unidos y Reino Unido.
Salir del sistema de telecomunicaciones clave para el funcionamiento de la banca mundial, el "talón de Aquiles de Rusia", dejaría al país que preside Vladímir Putin considerablemente descolgado.
De materializarse esta sanción, las empresas y los ciudadanos de Rusia no podrían transaccionar internacionalmente en divisas como el euro y el dólar. "Estarían afectadas todas las compañías rusas que tienen una relación internacional, porque la moneda de cambio internacional se llama dólar. No podrán hacer la contrapartida porque la hacen bancos americanos y europeos", explica Brun, que añade a este riesgo la depreciación del rublo.
Pero no solo tendrá consecuencias para las empresas y los ciudadanos rusos. "Una empresa española o un banco que tiene relación con una empresa rusa no podrá hacer transacciones. Si eres una empresa rusa y tienes sucursal en España tendrás complejidad para acceder al mundo financiero fuera del sistema ruso", añade.
Y es que la mayor arma nuclear que Occidente está dispuesto a lanzar contra Rusia es la financiera. Desde Reino Unido las últimas sanciones anunciadas pasan por congelar y excluir los activos que tienen en el sistema financiero británico los bancos rusos, especialmente del VTB Bank, una de las principales entidades de Rusia.
El país que dirige Boris Johnson también quiere prohibir a las grandes empresas rusas levantar financiación en los mercados británicos, limitar los depósitos que los rusos pueden tener en cuentas de bancos del país anglosajón y expulsar a Rusia de SWIFT. Unas sanciones que quiere extender también a Bielorrusia.
Exposición manejable
Donde no existirá riesgo para la banca española será en la exposición directa, algo que sí tienen otras entidades europeas. En Ucrania, la exposición de los bancos declarantes del Banco de Pagos Internacionales (BPI) ascendía a 13.500 millones de dólares de transferencias de riesgo al cierre del tercer trimestre y los bancos franceses y austríacos representan la mitad del total. "Esto no plantea problemas de solvencia", apuntan desde Scope Ratings.
Y es que "solo un puñado de grupos bancarios europeos mantiene una presencia local significativa, como el Bank Aval de Raiffeisen, el Ukrsibbank de BNP Paribas y el Kredobank de PKO", explica Marco Troiano, responsable de calificación de instituciones financieras de Scope Ratings.
En cuanto a Rusia, la exposición total de los bancos extranjeros era en la misma fecha de 121.500 millones de dólares de transferencias de riesgo. "Las exposiciones de los bancos italianos, franceses y austríacos ascienden a decenas de miles de millones, principalmente por su presencia local" y "la exposición a través de las relaciones comerciales de la banca comercial y privada tampoco es baladí", pues, por ejemplo, los bancos suizos tenían más de 20.000 millones de dólares en pasivos de clientes rusos, según destaca la calificadora.
"Una profunda crisis económica en Rusia, posiblemente unida a la volatilidad de las divisas, hará mella en la calidad y la rentabilidad de los activos bancarios rusos, lo que aumentará las presiones sobre la rentabilidad de los bancos europeos. Aun así, es poco probable, en nuestra opinión, que esto suponga riesgos importantes para el capital", añade Troiano.
Y es que, como resume el experto de Scope Ratings, "justo cuando los bancos europeos están informando sobre el fuerte repunte de sus beneficios y pasan página con respecto al Covid, el riesgo geopolítico se acerca desde el Este".
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