Crisis bancaria en Estados Unidos.

Crisis bancaria en Estados Unidos. Diseño: Arte EE / EP, iStock E. E.

Banca

Radiografía de una crisis: qué puede hacer Estados Unidos para evitar que más bancos caigan como fichas de dominó

Las autoridades y los propios bancos tienen mucho que hacer para parar la sangría de depósitos.

7 mayo, 2023 02:57

Las últimas ocho semanas en Estados Unidos han estado marcadas por una crisis bancaria cuyo final no se vislumbra aún en el horizonte. Silvergate, Silicon Valley Bank, Signature Bank, First Republic Bank... cuatro bancos medianos han caído ya y el mercado tiene sus ojos puestos ahora en PacWest. Las peculiaridades del negocio de estos bancos, sumadas a una cuestionable gestión del riesgo y a la rápida subida de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal (Fed), han propiciado estas caídas. Y la mala noticia es que la salida a esta crisis bancaria va a ser de todo menos fácil.

El sistema bancario de Estados Unidos poco tiene que ver con el que opera en países como España. Allí funcionan unas 3.000 entidades, que van desde bancos muy pequeños que se circunscriben a un pueblo o a una ciudad hasta gigantes como JP Morgan.

En el medio se encuentran las entidades medianas, que tienen un perfil regional. Esto es así porque en Estados Unidos rige una norma que impide que un solo banco aglutine más del 10% de los depósitos de un estado, así que cuando una entidad alcanza esta porción sigue creciendo en estados cercanos.

[La crisis bancaria de EEUU no ha terminado: el mercado apunta ahora a PacWest]

Estos bancos medianos, que por su tamaño en España podrían ser considerados grandes, no están sometidos a la misma supervisión y regulación que los sistémicos, lo cual ha sido uno de los orígenes de estas caídas. 

Es cierto que tras la crisis financiera la regulación se endureció tanto en Estados Unidos como en Europa, pero en el primer caso se reformó nuevamente durante la Administración Trump, dejando a bancos como estos fuera del férreo control de las autoridades. Ahora solamente las entidades sistémicas (las más grandes, que tienen capacidad de desestabilizar el sistema financiero por sí solas) deben someterse a los famosos test de estrés, entre otras exigencias.

Subida de los tipos

La cascada de caídas de bancos esconde varias causas, entre las que destacan una cuestionable gestión del riesgo, una acelerada subida de los tipos de interés y esa supervisión bancaria relajada para ciertas entidades tras los cambios introducidos durante la era Trump.

La propia Reserva Federal reconoció hace unos días en un informe sobre la crisis de Silicon Valley Bank que hubo fallos en la supervisión del banco, pero también achacó la responsabilidad de su caída a la gestión del riesgo que llevaron a cabo sus directivos. Y es que otro de los principales motivos de estas caídas está siendo la mala adaptación de las carteras de deuda de los bancos a la rápida subida de los tipos de interés.

Logo de Silicon Valley Bank en la sede central del banco en Santa Clara.

Logo de Silicon Valley Bank en la sede central del banco en Santa Clara. Nathan Frandino Reuters California (Estados Unidos)

En el caso de Silicon Valley Bank, la entidad captaba millones en depósitos de startups y empresas de capital riesgo, pero no respaldaba este pasivo con préstamos, sino que lo invertía en bonos de deuda estatal que empezaron a devaluarse con la subida de los tipos. Una gestión que muchos expertos no entienden, dado que lo habitual en los bancos comerciales es, en pocas palabras, respaldar la financiación otorgada con la captación de depósitos.

A otras entidades les ha pasado algo similar, a lo que se suma el pánico que generan las caídas bancarias (tanto las quiebras como los desplomes bursátiles) en los clientes, que por miedo deciden retirar sus depósitos. En su caso concreto, SVB se vio obligado a vender a pérdidas una cartera de deuda de gran tamaño para frenar una fuga de depósitos que también tuvo que ver con el endurecimiento de la política monetaria por parte de la Fed.

Solución compleja

Estas quiebras han llevado a la Fed a replantearse su política. En su reunión de marzo se esperaba que el banco central subiera los tipos en 50 puntos básicos, pero finalmente los alzó 25 puntos básicos. Y con el avance de mayo parece haber terminado este ciclo de subidas.

En este escenario, ¿qué pueden hacer las autoridades para frenar estas caídas? "No va a ser fácil en el corto plazo, de la noche a la mañana, pero tienen que avanzar en dos líneas: aclarar cuáles son las reglas del juego para los bancos y qué va a pasar con la garantía de los depósitos", explica a EL ESPAÑOL-Invertia Eduardo Areilza, senior director de Alvarez & Marsal.

[Silicon Valley Bank: las 48 horas que desataron la mayor quiebra bancaria de Estados Unidos desde 2008]

Hay que recordar que, como salida para Silicon Valley Bank y Signature Bank, las autoridades estadounidenses prometieron la garantía de todos los depósitos de sus clientes, aunque superaran los 250.000 dólares, pero no está claro si a futuro esto se aplicará a todas las entidades intervenidas o que tengan problemas ni cómo se repondrán esos fondos públicos.

Janet Yellen, secretaria general del Tesoro, ya rechazó que esta premisa se fuera a instalar para siempre, lo que, según los expertos, está llevando a muchos clientes con depósitos por encima de los 250.000 dólares a mover su dinero a otras entidades por miedo. Es lo que en el sector se conoce como flight to quality (vuelo hacia la calidad).

Precisamente en relación con este tema los bancos también pueden hacer algo para frenar la sangría: "Ser transparentes sobre qué está pasando con los depósitos. Al caer el precio de las acciones, el cliente que tiene los depósitos se pone nervioso y saca el dinero. El pasado lunes una serie de bancos medianos anunció que no habían tenido salida de depósitos. Con eso quitas el miedo del cuerpo a la gente", añade Areilza.

De vuelta a las autoridades, también hay que tener en cuenta que, como explica el experto de Alvarez & Marsal, "muchos inversores juegan a la contra, a hundir las acciones para ganar en bolsa", por eso quizás deberían valorar, como se hace en Europa, "prohibir los cortos", algo difícil porque Estados Unidos "es mucho más abierto al mercado".

El logo de First Republic Bank en una sucursal.

El logo de First Republic Bank en una sucursal. Loren Elliott Reuters San Francisco, California (Estados Unidos)

"En mi opinión, no tiene una solución sencilla, tenderá hacia la consolidación y los bancos más grandes, tipo JP Morgan, acapararán la mayoría de los depósitos y seguirán interviniendo para comprar", apunta, por su parte, Carlos Santisoprofesor del Máster en Finanzas Corporativas del IEB.

Y es que "una de las cosas que [las autoridades] tienen que empezar a pensar es si tiene sentido un sistema bancario tan atomizado. Está muy bien tener bancos pequeños, pero ese tramo intermedio que son bancos grandes, pero no regulados como los grandes, es donde está el susto", añade Areilza.

Lo que está claro es que las autoridades bancarias de Estados Unidos van a tener que trabajar mucho para frenar la cascada de caídas bancarias, que se ha llevado por delante ya a cuatro bancos y amenaza a otros tantos de similar perfil.

Por lo pronto, el fin del ciclo de subidas de los tipos de interés que parece que va a tener lugar en Estados Unidos ayudará "a estabilizar las valoraciones de los activos financieros de los bancos", según Areilza. Será un primer paso.

Cuatro bancos en dos meses

Han pasado apenas dos meses desde que el pasado 8 de marzo Silicon Valley Bank, una entidad californiana desconocida para el gran público y dedicada en exclusiva a las startups y a las compañías de capital riesgo, anunció su necesidad de realizar una milmillonaria ampliación de capital para cubrir una fuerte fuga de depósitos. 

El anuncio desató una sangría bursátil de la banca, tanto estadounidense como europea, que se agravó unos días después con la caída, por motivos muy diferentes, de Credit Suisse y que no ha cesado al calor de los temores de los inversores a lo que pueda venir en el marco de esta crisis bancaria.

[Cae el cuarto banco de EEUU en solo mes y medio: se espera que JP Morgan o PNC salven First Republic Bank]

Apenas 48 horas después de comenzar su crisis, Silicon Valley Bank fue intervenido por las autoridades estadounidenses y tras días bajo su mando se declaró en bancarrota. Ha sido la mayor quiebra bancaria en Estados Unidos desde 2008, cuando hizo lo propio Washington Mutual. Los temores se agravaron al coincidir el inicio de estas tensiones con la caída de Silvergate, un banco cripto que se vio obligado a cerrar por el impacto que había provocado en su negocio el colapso de FTX.

La caída de Silicon Valley Bank contagió de inmediato a dos bancos con algunas características en común. Signature Bank encontró rápidamente una salida con la venta de sus activos (salvo los depósitos cripto) a Flagstar Bank tras intervenir las autoridades, que tuvieron que esperar unos días más para poder vender Silicon Valley Bank a First Citizens.

First Republic Bank salvó el match ball de su caída durante un mes gracias al balón de oxígeno que supuso un préstamo sindicado de 30.000 millones de dólares que recibió de otros bancos del país. Como se demostró semanas después, no le sirvió ni para empezar.

El banco anunció a principios de la semana pasada que había sufrido una fortísima fuga de depósitos, superior a los 100.000 millones, con lo que firmó sus últimas horas. Ese fin de semana las autoridades ya habían orquestado su venta a través de una subasta que ganó JP Morgan.

[JP Morgan compra los activos de First Republic Bank y EEUU evita otro caos bancario]

El siguiente banco en la diana parece ser Pacific Western Bank (PacWest), una entidad californiana especializada en pymes que tras el rescate de First Republic Bank el pasado lunes se desplomó en bolsa. Los miedos continuaron el miércoles al conocerse que estaba explorando su venta tras sufrir una fuga de depósitos, como informó Bloomberg.

La propia entidad confesó al mercado horas después que estaba estudiando "todas las opciones para maximizar el valor de los accionistas", aunque intentó tranquilizar a los mercados de que había ido recuperando fondos. Sirvió de poco, pues los desplomes en bolsa continuaron.

Rejonazo a la banca española

Y es que estas turbulencias bancarias han puesto muy nerviosos a los inversores y han derivado en fuertes desplomes bursátiles, principalmente para las entidades afectadas, pero también para el resto del sector bancario de Estados Unidos y su homólogo en Europa.

En el caso de España, los bancos del Ibex 35 han pasado de vivir un auténtico rally a principios de año a deshacer las ganancias de los últimos meses afectados por esta situación.

[La banca española sufre en bolsa por la crisis de Credit Suisse aunque su exposición es prácticamente nula]

Un rejonazo más para un sector que no está viviendo su mejor momento bursátil en los últimos años. La era de tipos de interés negativos, la incertidumbre sobre la evolución de la economía, el veto temporal al pago de dividendos por la pandemia, el aumento de la fiscalidad y ahora las turbulencias bancarias de Estados Unidos han impedido a la banca española levantar cabeza y recuperar las altas valoraciones de las que disfrutaba años atrás.

¿Habrá acabado aquí el martirio bursátil del sector? "Existe el riesgo de que entremos en un ciclo autocumplido de sentimiento negativo que provoque una bajada de las cotizaciones bursátiles, un aumento de los costes de financiación y una fuga de depósitos, lo que podría dar lugar a pérdidas a precios de mercado en los activos mantenidos hasta su vencimiento de los bancos", apunta James Rutherford, responsable de renta variable europea de Federated Hermes.

Lo que está claro es que, como añade este experto, "hasta ahora la crisis se ha circunscrito al sector bancario estadounidense, aunque ha provocado que el sector bancario europeo haya registrado un rendimiento inferior al del mercado en general". Y, con una recesión en ciernes en Estados Unidos, aún queda margen para que la crisis bancaria continúe, cosa que ocurrirá si las autoridades no actúan con rapidez.