La creación del nuevo gravamen sobre los ingresos de los grandes bancos llegó llena de muchas polémicas. Una de ellas fue la posibilidad de que los bancos terminaran repercutiendo su coste a los clientes.

No en vano, la normativa bancaria europea, en pos de la estabilidad financiera, obliga a las entidades a trasladar a los créditos todos sus costes. De hecho, el Banco Central Europeo (BCE), cuando emitió su dictamen sobre el impuesto, advirtió de los riesgos de que el coste del gravamen no se repercuta al cliente.

Contradicción

"Las entidades tendrán en cuenta, y reflejarán en los precios de sus préstamos, todos los costes pertinentes hasta la siguiente fecha de revisión del precio o vencimiento. Dichos costes incluirán: cualquier otro coste real asociado al préstamo en cuestión, incluidas las consideraciones tributarias, cuando proceda", indican las directrices de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés).

Pese a las advertencias del sector y del BCE sobre que supondría una contradicción para la banca cumplir al mismo tiempo con la normativa europea y con la prohibición de trasladar el coste del impuesto, el Gobierno finalmente incluyó este punto en la norma. El Parlamento lo corroboró.

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En concreto, la normativa apunta que "la nueva prestación no es deducible en el Impuesto sobre Sociedades y no puede trasladarse a los clientes, constituyendo infracción grave el incumplimiento de la prohibición".

Además, añade que "corresponde a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia [CNMC] en el caso del sector energético y en el caso de las entidades de crédito el control de la correcta aplicación de la prohibición de traslación, a la misma Comisión, con la colaboración del Banco de España".

Metodología ya diseñada

En efecto, ambos organismos están colaborando para poder cumplir con esta obligación legal, si bien la supervisión sobre este aspecto compete exclusivamente a la CNMC. En concreto, la institución que dirige Cani Fernández y el Banco de España han celebrado ya varias reuniones de trabajo para que la primera pueda configurar la metodología que ha de seguir a la hora de llevar este control.

Una metodología que la CNMC ya tiene diseñada, tras lo cual el Banco de España aportará a la autoridad datos a través de un informe que permitan a Competencia sacar conclusiones y tomar una decisión en solitario. Deberá analizar si es preciso hacer requerimientos a los bancos.

Cani Fernández, presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), durante su intervención en el curso de economía organizado por la APIE en la Universidad Menéndez Pelayo. APIE Santander

Así lo explicó la propia Cani Fernández el pasado viernes durante su intervención en el curso de verano que organizan la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) y BBVA en la UIMP de Santander.

"En estos momentos tenemos ya un diseño de metodología", afirmó Fernández. "Con ese diseño de metodología el Banco de España trabajará en sus datos. Nos emitirá un primer informe a nuestra petición que vamos a analizar y en ese momento vamos a ver también si tenemos que hacer requerimientos de información específicos a cada uno de los bancos", indicó.

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Sin embargo, Fernández puntualizó que "todavía en la fase de tramitación de la metodología, no estamos aún en el análisis de los datos". Desde el Banco de España confirman a este periódico que este va a ser el proceso.

La presidenta de la autoridad, en cuya opinión la CNMC está "colaborando muy estrechamente" con el supervisor bancario, cree que aún es "muy pronto" para ver el impacto del impuesto sobre los precios.

Y considera que el mandato que introduce la norma "es muy ambiguo", dado que los bancos podrían, por ejemplo, trasladar el impuesto a través de comisiones, lo cual no sería tan visible en el precio del crédito.

Lo que está claro es que la vista de la CNMC está puesta en los grandes bancos. A su vigilancia sobre la traslación del impuesto se suma el seguimiento que está haciendo Competencia sobre por qué las entidades no están ofreciendo depósitos remunerados y si se trata de una "colusión tácita". "Me cuesta trabajo pensar que no haya un banco que quiera ganar clientes, me cuesta mucho trabajo ver que uno no quiera incrementar su cuota de mercado", reflexionaba su presidenta hace unos días.