Los cuatro escenarios de la opa de BBVA a Sabadell que abre la CNMC: veto, fusión 'limpia', 'remedies' o retirada a tiempo
- No hay referencias recientes de operaciones bancarias hostiles, pero sí de una gran fusión que en 2021 fue aprobada con condiciones.
- Más información: Sabadell prevé que la opa se decida en el segundo trimestre de 2025 una vez resuelto el análisis de competencia.
La opa que BBVA lanzó sobre el capital de Sabadell hace ahora seis meses ha abierto esta semana un nuevo capítulo. La decisión de la autoridad de Competencia de llevar el proyecto a fase 2 -cumpliendo así las profecías de Sabadell, pero no las de BBVA- abre cuatro posibles escenarios hacia los que puede derivar el proceso. Aunque algunos son más probables que otros, todos son posibles.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) acaba de decidir llevar a fase 2 su análisis sobre el impacto en competencia que podría tener una hipotética integración entre Sabadell y BBVA, lo que va a implicar un alargamiento de los plazos previstos inicialmente para la operación.
Además, esta decisión abre la puerta a que el Gobierno pueda opinar sobre la opa y posterior fusión como parte del proceso de análisis de la competencia. No en vano, si la operación se aprueba en fase 2 con compromisos o condiciones o se prohíbe, se elevaría al Consejo de Ministros para que este diera su visto bueno final.
Esto permitiría al Gobierno imponer condiciones adicionales si así lo requiere. Y hay que recordar que el Ejecutivo ha sido muy crítico con la operación, llegando incluso a amenazar con pararla.
Se abre ahora un nuevo escenario gracias a esta prerrogativa, pues este último paso no tendría lugar si la operación se aprobara sin compromisos ni condiciones, ya sea en fase 1 o en fase 2, o si la operación se hubiera quedado en la fase 1.
Además, la fase 2 permite a cualquiera que se considere parte del proceso presentar alegaciones. Es el caso del propio Sabadell, que ya ha avisado de que se ha personado para poder realizarlas.
Aunque el banco no ha desvelado qué va a trasladar a la autoridad de Competencia, se presupone que tendrán que ver con el impacto que la hipotética fusión tendría en los mercados, especialmente en el segmento de pymes, en el que Sabadell es especialista y en que dejaría de existir un competidor.
Ok, pero con condiciones
Uno de los escenarios más probable sería que la CNMC diera su visto bueno a la operación, pero impusiera a BBVA el cumplimiento de algunas condiciones (requerimientos que impone la autoridad) que considerara necesarias para salvaguardar la competencia en el mercado tras la fusión.
Estas podrían ser complementarias a los compromisos (acuerdos que parten de la compañía) que el banco azul asumiera por su cuenta y riesgo, como los que trasladó ya a la CNMC durante la primera fase.
Tomando como referencia la fusión bancaria más reciente, la de CaixaBank y Bankia, se aprobó en fase 1, pero fue necesario que la entidad resultante asumiera ciertos compromisos.
Entre ellos se encontraba la obligación de mantener a sus clientes las mismas condiciones de los productos que tenían contratados con Bankia o los acuerdos con otras entidades para la retirada de efectivo de los cajeros, entre otros.
Fusión limpia
También es posible que la CNMC decida aprobar la integración de BBVA y Sabadell sin condiciones ni compromisos. Visto el precedente de CaixaBank y teniendo en cuenta el tamaño del gigante bancario que crearían ambas empresas, parece improbable que se dé este escenario, pero es posible.
Y lo es porque el hecho de que el análisis haya pasado a fase 2 no implica que las condiciones que la CNMC vaya a imponer finalmente sean más duras que las que habría propuesto en fase 1. La propia autoridad lo decía en su comunicado de esta semana: "La apertura de la segunda fase no prejuzga las conclusiones definitivas que la CNMC pueda alcanzar en relación con la operación de concentración".
Retirada a tiempo
Una retirada a tiempo es una victoria, dicen. Es posible que BBVA no pueda acceder a esa meta si no es terminando la opa y la fusión como las planificó en un inicio, pero lo cierto es que tiene opción de echarse atrás.
Hay que recordar que la oferta que BBVA lanzó a los accionistas de Sabadell para comprar sus acciones con la intención de fusionar ambos bancos está condicionada a la obtención de todas las autorizaciones regulatorias pertinentes y, en concreto, la de la CNMC.
Es por eso que si el banco no logra el visto bueno de la autoridad de Competencia o si esta (o el Gobierno, en este mismo proceso) le obliga a deshacerse de una parte significativa del negocio, por ejemplo el de pymes -lo que se conoce en el argot financiero como carve out-, puede echarse atrás y poner fin a todo. Es su principal línea roja.
"Si la creación de valor está comprometida, tenemos la opción de echarnos atrás. No dudaremos ni un segundo en hacerlo si la creación de valor no está ahí", afirmaba hace unos días Onur Genç, consejero delegado de BBVA.
Veto
El escenario más improbable podría decirse que es el veto. Así, al menos, lo consideró Cani Fernández, presidenta de la CNMC, hace unos meses al hablar del tema. En su opinión, sería "excepcional" que la autoridad prohibiera la operación.
No imposible, pues la CNMC ha vetado algunas operaciones en el pasado. Sin embargo, no tendría mucho sentido que lo hiciera habiendo aprobado, aunque con condiciones, la integración de CaixaBank y Bankia hace apenas tres años y medio.
Pero el veto puede llegar por otra vía, más allá de la CNMC. El Gobierno podría parar la operación en la fase final, pues el Ministerio de Economía tiene la última palabra a la hora de autorizar la fusión. Aunque es cierto que hace algunos meses las casas de análisis veían improbable este escenario.
Por el momento, es difícil anticipar qué puede pasar, pues no existen referencias recientes de grandes operaciones del sector bancario que no se hayan gestado de forma amistosa. Así que la operación está más abierta que nunca.