Duro Felguera vive las dos caras de una empresa con importantes problemas económicos. El miércoles puso en marcha las conversaciones de un nuevo ERTE para la plantilla de sus cinco sociedades, al mismo tiempo que el equipo de gestión del CEO José María Orihuela busca la mejor oferta para dar entrada a nuevos inversores y desbloquear los 100 millones del rescate que pidió a la SEPI.
En este último punto, Invertia ha podido confirmar que una de las cuatro ofertas presentadas para entrar en la compañía corresponde a Ultramar Energy. De esta manera, se sumaría a la del dueño de Capital Energy, Jesús Martín Buezas, y a la de Blas Herrero, que sin embargo no es reconocida por la compañía al no firmar el acuerdo de confidencialidad exigido.
Ultramar Energy es una empresa con sede en Londres formada por inversores privados para el desarrollo de proyectos de energía y combustibles en Upstream, Midstream y Downstream.
La compañía está capitaliza con 100 millones de libras esterlinas a fin de participar en la privatización tanto en proyectos de desarrollo de campos petrolíferos y Farm-Outs. Han trabajado en México y ahora lo hace en Medio Oriente.
Otra área de desarrollo está en proyectos de energías renovables como plantas de metanol verde, DME y un proyecto de producción de hidrógeno verde, así como inversiones en empresas líderes en tecnologías de baterías, fuel cells, energy storage y electrolizadores para producción de hidrógeno.
Interés en septiembre
A comienzos de septiembre la compañía ya trasladó al Consejo de Administración de Duro Felguera su interés formal de invertir como "socios de referencia" ya sea adquiriendo acciones directamente en el mercado o de manera preferente haciendo una inversión en un aumento de capital.
El grupo indicó en ese momento que tenían capacidad financiera para dotar a la empresa de líneas de crédito a través de avales de su holding (EPI Holding B.V), principalmente obteniendo las garantías necesarias para poder contratar; al mismo tiempo que contaban con capacidad de promoción para la obtención de contratos a nivel internacional, incluyendo sus propios proyectos.
La compañía decidió posteriormente participar en el proceso de búsqueda de inversores pilotado por Alantra y presentó su oferta formal para entrar a formar parte del capital de Duro Felguera. Una oferta de la que no se pueden dar detalles por los compromisos de confidencialidad firmados, pero que equiparía los 200 millones solicitados a la SEPI e incluiría garantías, líneas de crédito y proyectos para dar cartera y asegurar el futuro de Duro.
'Convencer' a la SEPI
De esta manera, con cuatro ofertas sobre la mesa, estamos ante el escenario más favorable para el equipo gestor liderado por José María Orihuela. El futuro de Duro Felguera depende de los 200 millones que pidió a la SEPI a finales de agosto, pero la entidad pública no ha dado señales de aprobar el plan de manera inminente.
Lo mismo pasa con la banca. En mayo, Orihuela envió una carta a los acreedores de Duro Felguera -BBVA, Banco Cooperativo Español, Sabadell, Santander, Bankia, CaixaBank y Liberbank- pidiendo una quita del 85% de una deuda de 95 millones. La carta no fue contestada y fue la mejor demostración de que necesitan garantías y nuevos inversores en la compañía.
Búsqueda de inversores
Para ello, el CEO contrató a Alantra hace dos meses para realizar una búsqueda exhaustiva de inversores. Orihuela buscó revertir el rechazo de la banca acreedora que no confía en su gestión; dar una señal de confianza y de tranquilidad a la SEPI para que acelere el rescate, pero sobre todo para buscar una alternativa a la oferta de Blas Herrero.
Durante los últimos tres meses, la única propuesta en firme ha sido la del asturiano, pero este plan es rechazado por el equipo gestor ya que, entre otras cosas, pide el control accionarial de la compañía y la salida fulminante del propio Orihuela.
De esta manera, con cuatro ofertas sobre la mesa, el CEO de Duro Felguera coge un respiro que le permitirá presentarse ante la SEPI con garantías de una liquidez que en estos momentos no posee. La idea es dar entrada a todos los interesados, pero sin dar el control de la gestión ni de la compañía a ninguno y forzar un acuerdo de todos para entrar de manera conjunta en el capital.