La situación de Duro Felguera se vuelve cada día más compleja. Hace un mes la compañía comunicó al mercado que tenía cuatro ofertas sobre la mesa para entrar en su capital, pero han pasado las semanas y nada se ha concretado. Las fuentes consultadas por Invertia indican la poca concreción de las ofertas y la falta de liquidez han frenado que se cierre algún tipo de acuerdo.
De hecho, estas mismas fuentes indican que el interés de estos cuatro inversores se ha "enfriado" en las últimas semanas y que ninguna de ellas ha dado el paso definitivo para consolidar una entrada formal en Duro Felguera.
Estas informaciones indican que ninguna de ellas propone una inyección de capital fresco sino que, por el contrario, la mayoría ofrecen cartera de proyectos e inversiones a largo plazo -no en el corto-, muchas de ellas supeditadas a la entrada de la Sociedad de Participaciones Industriales (SEPI).
Una situación que empuja a Duro Felguera al preconcurso de acreedores ya que sin entrada de capital, la SEPI no aprobaría el rescate de 120 millones solicitado. Las fuentes consultadas indican que la situación es muy complicada y que la compañía ya está teniendo problemas de liquidez a raíz del empeoramiento de la situación económica generada por la pandemia de coronavirus, lo que le impide buscar nuevos proyectos y cerrar más contratos.
En esta línea, la compañía busca soluciones de emergencia. La primera fue comenzar a negociar un nuevo ERTE a 778 trabajadores de los 875 de su matriz y las sociedades DF Operaciones y Montajes, DF Mompresa, Felguera IHI y Duro Felguera Oil & Gas. En abril, Duro Felguera ya aprobó un ERTE de suspensión por un máximo de seis meses que afectó a un total de 672 trabajadores.
Dinero adicional de la SEPI
Por otro lado, hace una semana Duro Felguera pidió 20 millones adicionales a la SEPI por el "empeoramiento de la situación por la pandemia", con lo que elevó a 120 millones el montante solicitado al organismo público.
Al mismo tiempo, la SEPI se comprometió por escrito con Duro Felguera a dar una respuesta del rescate antes del final de enero, un mes antes de que expire el plazo legal de seis meses para valorar las propuestas llegadas al organismo.
Una situación que da la compañía un estrecho margen de un mes para buscar la ansiada capitalización que abra la puerta al rescate de la SEPI y ordene sus cuentas. El organismo público ha trasladado a la compañía que la entrada de un socio inversor daría un empujón al rescate.
En cualquier caso, mediante la SEPI o un nuevo inversor en estos momentos Duro Felguera necesita una inyección de capital urgente para asegurar su viabilidad. De lo contrario, la única posibilidad que se abre es presentar un preconcurso de acreedores para ordenar sus cuentas.
Sus últimos resultados presentadas correspondientes al primer semestre del año incluyeron unas pérdidas históricas de 114 millones de euros, frente a los beneficios de 4,9 millones de igual periodo del año anterior; y una caída del 59,8% de sus ventas que llegaron a los 71,7 millones.
Desequilibrio patrimonial
La empresa tuvo que provisionar otros 100,8 millones de euros para hacer frente a la Covid, lo que la ha dejado en una situación patrimonial crítica. De esta manera, a 30 de junio de 2020 la sociedad dominante de Duro Felguera presenta un patrimonio neto negativo por importe de 110,4 millones de euros y el patrimonio neto del grupo llega a los 96,8 millones.
Y todo ello sin el impacto de la segunda ola de la Covid, que la compañía ha reconocido ante la SEPI para ampliar en montante solicitado para su rescate.
El grupo presenta un fondo de maniobra negativo de 161,3 millones de euros. La Ley de Sociedades de Capital indica que si una sociedad tiene un patrimonio inferior a las dos terceras partes de la cifra del capital social (en el caso de Duro Felguera 4,8 millones de euros) debe entrar en causa de disolución.
Esta normativa indica este desequilibrio debe ser restablecido en dos meses si este desfase es más de la mitad del capital, de lo contrario la sociedad deberá disolverse al finalizar este plazo. No obstante, Duro Felguera no está en causa de disolución gracias a la normativa aplicada por el Gobierno para aliviar a las empresas más afectadas por la Covid.
En los últimos seis meses la caja también se ha visto afectada con unas pérdidas de 46 millones de euros. Al 31 de diciembre de 2019, la compañía tenía una caja neta de 22,9 millones de euros y al 30 de junio de 2020 tiene una deuda neta de 23,1 millones.
Con estas cifras de patrimonio, caja, resultados e ingresos, parece difícil creer que los 120 millones solicitados a la SEPI sean suficientes para sacar adelante la compañía y evitar su desequilibrio patrimonial y su disolución.